TEL AVIV.- El gobierno de Benjamin Netanyahu votó unánimemente el lunes la destitución de su fiscal general, Gali Baharav-Miara, a cargo del caso corrupción que complica al primer ministro israelí, quien se enfrenta a crecientes críticas dentro de Israel por la gestión de la guerra en Gaza. Poco después, la decisión fue suspendida por la Corte Suprema.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, anunció la decisión del gabinete, votada el mismo día durante un consejo de ministros, y envió una carta a Baharav-Miara, advirtiéndole que “no debía tratar de imponerse a un gobierno que no tiene confianza en ella y no puede trabajar de manera eficaz con ella”. Los funcionarios ya anticiparon que dejarán de invitarla a las audiencias gubernamentales y a las reuniones de los comités, según el diario Jerusalem Post.
Baharav-Miara está en conflicto con el gobierno pues cuestiona la legalidad de algunas decisiones tomadas por Netanyahu, especialmente su tentativa en mayo pasado de destituir al jefe del Shin Bet, Ronen Bar.
La procuradora general del Estado, que también es consejera jurídica del gobierno, le había prohibido destituir a Bar, argumentando que estaba en situación de “conflicto de intereses” por una investigación del Shin Bet sobre allegados de Netanyahu sospechosos de recibir sobornos de Qatar.
La votación para destituirla marca uno de los pasos más significativos en el esfuerzo de años de Netanyahu por reestructurar el poder judicial del país.
Tras la decisión del gabinete de destituir a la procuradora general, el partido opositor Yesh Atid y varias ONG presentaron de urgencia recursos ante la Corte Suprema para anular la decisión.
La Corte suspendió la decisión, impidiendo al gobierno nombrar a un reemplazo. Los recursos serán examinados en un plazo de 30 días, precisó el máximo tribunal.
Un comunicado de la oficina de Baharav-Miara, emitido el lunes por la mañana, calificó de “ilegal” su posible despido e indicó que indicaba que Netanyahu “busca un asesor legal que cumpla con las exigencias del gobierno y legitime acciones ilegales”.
Por su parte, el diputado de izquierda Yair Golan, del Partido Demócrata, criticó duramente al gobierno durante una protesta que tuvo lugar mientras se desarrollaba la votación.
“Justo al otro lado de las vallas que rodean el edificio cercano, se está celebrando una reunión gubernamental; una reunión que no aborda la liberación de los rehenes, el fin de la guerra, el reemplazo del gobierno de Hamás en Gaza, la seguridad de Israel, la rehabilitación de las comunidades fronterizas de Gaza, el costp de la vida ni la recuperación de nuestro sistema sanitario”, declaró Golan en la protesta. “Incluso en estos tiempos difíciles, el gobierno de Israel solo se centra en sí mismo”, dijo.
Según un borrador de resolución emitido la semana pasada, los ministros del gabinete afirmaron que la medida era necesaria porque “el gobierno no tiene ninguna confianza en la fiscal Gali Baharav-Miara como fiscal general”.
La decisión de Netanyahu tiene lugar mientras crece la presión interna en Israel para llegar al fin de la ofensiva en Gaza.
Cerca de 600 exfuncionarios de seguridad de Israel, entre ellos varios exjefes del Mossad y de la agencia de seguridad interior, pidieron al presidente Donald Trump en una carta divulgada el lunes que presione a Netanyahu para poner fin a la guerra en Gaza.
“¡Detengan la guerra en Gaza!”, exhorta una carta del movimiento “Comandantes por la Seguridad de Israel” (CIS), firmada por 550 exjefes de espionaje, militares, policías y diplomáticos.
“Esta guerra ha dejado de ser una guerra justa y está llevando al Estado de Israel a perder su identidad”, alerta Ami Ayalon, exdirector del Shin Bet, el servicio de seguridad interior, en un video difundido por el mismo movimiento para acompañar la publicación de esta carta.
“En nombre de CIS, el grupo más grande israelí de antiguos generales del ejército, Mossad, Shin Bet, policía y cuerpos diplomáticos equivalentes, lo exhortamos a poner fin a la guerra en Gaza. Usted lo hizo en el Líbano. Es hora de hacerlo también en Gaza”, le escribieron al presidente Trump.
El ejército israelí “ha cumplido desde hace tiempo con los dos objetivos que podían lograrse por la fuerza: desmantelar las formaciones militares y el gobierno de Hamas”, consideran los miembros de CIS.
“El tercero, y el más importante, solo puede alcanzarse mediante un acuerdo: traer a todos los rehenes a casa”, subrayan.
La guerra fue desencadenada por el ataque del grupo terrorista Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1200 muertos y 250 secuestrados. En represalia, Netanyahu ordenó una ofensiva que mató al menos a 60.430 personas en la Franja de Gaza, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamas, considerados fiables por la ONU.
En la carta, los exfuncionarios de Seguridad israelíes, consideran que “Hamas ya no representa una amenaza estratégica para Israel y nuestra experiencia nos indica que Israel dispone de todo lo necesario para gestionar sus capacidades residuales de terror, a distancia o de otra forma”, sostienen.
“Perseguir a los últimos altos responsables de Hamas puede hacerse más tarde”, pero los “rehenes no pueden esperar”, insisten los exresponsables de servicios de espionaje, inteligencia y seguridad general de Israel.
“Su credibilidad ante la gran mayoría de los israelíes refuerza su capacidad para guiar al primer ministro Netanyahu y su gobierno en la dirección correcta”, agregan los signatarios.
Recalcan que el objetivo en este momento es “poner fin a la guerra, traer a los rehenes, detener el sufrimiento y formar una coalición regional-internacional que ayude a la Autoridad Palestina (una vez reformada) a ofrecer a los habitantes de Gaza y a todos los palestinos una alternativa a Hamas y a su ideología perversa”.
Agencia AFP y The Washington Post