ROMA.- En una señal de fuerte presión para Vladimir Putin, su gran enemigo, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky cosechó este jueves en la capital italiana no solo una serie de acuerdos que contemplan millones de euros –muy por debajo de lo que su país necesita para la futura reconstrucción–, sino, sobre todo, un respaldo político clave a su causa, que busca traducirse en más armas y sistemas de defensa.
Los discursos de solidaridad hacia Kiev y en contra de la agresión de Moscú que se oyeron en la Conferencia para la Recuperación y Reconstrucción de Ucrania, de la que participaron 15 jefes de Estado y de gobierno y representantes de 2000 empresas, fueron muchos. Aunque lo más relevante del encuentro fue la presencia del enviado de la Casa Blanca, Keith Kellogg, cuya participación, tras las idas y vueltas de Donald Trump, envió una señal contundente: Europa y Estados Unidos siguen unidos en su respaldo a Kiev y en su presión sobre Putin.
En lo que fue una jugada diplomática que se atribuyó la primera ministra Giorgia Meloni –considerada el principal nexo europeo de Trump–, lo más significativo fue que, desde Roma, el enviado estadounidense participó por primera vez por videoconferencia en la llamada “cumbre de los voluntariosos”, que se celebró en paralelo en Londres. Una cumbre que, según coinciden los analistas, tiene mayor peso que la de Roma para el futuro de Ucrania, un país que difícilmente puede pensar en reconstrucción mientras la ofensiva rusa arrecia como nunca y la defensa sigue siendo una urgencia vital.
“La unidad occidental es fundamental”, reconoció Meloni, anfitriona de la Conferencia para la Reconstrucción de Ucrania, al intervenir por videoconferencia en la reunión de los “voluntariosos”.
Por esta unidad “agradezco al enviado estadounidense Keith Kellogg, su presencia es muy importante”, destacó la premier, visiblemente orgullosa por los acuerdos firmados por la mañana en Roma en favor de Ucrania, por un valor superior a los 10.000 millones de euros. Aunque no es una cifra menor, representa un monto significativamente inferior al alcanzado en la edición anterior de esta conferencia, celebrada el año pasado en Berlín. Y no es difícil entender por qué: ¿qué empresario puede pensar en invertir en la reconstrucción de Ucrania cuando cada día siguen cayendo misiles y drones letales, y ni siquiera se vislumbra una tregua? La única inversión razonable, por ahora, es en el sector armamentístico y de defensa.
Lo cierto es que, incluso en los escenarios más optimistas, se estima que Ucrania necesitará cerca de 500.000 millones de euros para su reconstrucción, cuando finalmente llegue ese día que, por ahora, parece todavía muy lejano.
No por nada, en su discurso, Zelensky habló de la necesidad de un Plan Marshall. “Estamos trabajando para crear una gran coalición para la recuperación y la reconstrucción. Este debe ser el momento de comenzar la reconstrucción. Todo lo que destruyó Rusia puede reconstruirse. Esta coalición necesita que países, líderes y empresas se unan para reconstruir nuestra sociedad. Lo que se necesita es un plan claro de recuperación y resiliencia. Algo similar al Plan Marshall, cuando transformó y reconstruyó Europa hace tiempo”, aseguró, vestido con ropa militar negra y acompañado por su esposa, Olena.
En una cumbre celebrada en el complejo La Nuvola, en el barrio romano del EUR –fuertemente blindado para la ocasión–, una de las presencias más destacadas fue la de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Además de reiterar el apoyo incondicional de la Unión Europea (UE) a Ucrania, anunció la creación de un fondo europeo que utilizará recursos públicos para atraer inversiones privadas destinadas a la reconstrucción del país. En esta iniciativa participan también Italia, Alemania, Francia, Polonia y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
“Estamos literalmente asumiendo un papel en el futuro de Ucrania aprovechando el dinero público para atraer inversiones del sector privado a gran escala y ayudar a reconstruir el país”, afirmó Von der Leyen, en un discurso que pronunció apenas una hora antes de que el Parlamento Europeo votara una moción de censura en su contra, que finalmente fracasó al recibir el respaldo de 360 eurodiputados.
Von der Leyen subrayó que dicho fondo, el “mayor fondo de capital global para apoyar la reconstrucción”, dará sus primeros pasos con inversiones en el sector energético, el transporte, las materias primas críticas y las industrias de “uso dual” (civil y militar). Y recordó que desde la invasión de Rusia “Europa ha sido y es el mayor donante” de Ucrania con casi 165.000 millones de euros, así como que este año la UE “cubrirá el 84 % de las necesidades de financiación exterior”.
Con respecto al apoyo militar, Von der Leyen resaltó que la invasión de Rusia “es una guerra de recursos y de sistemas de defensa rivales tanto como una guerra de valores”, por lo que la UE “seguirá invirtiendo en su defensa y su vanguardia tecnológica”.
En este sentido, enfatizó que la hoja de ruta para aumentar las capacidades militares de los Estados miembros hasta 2030 será “clave” porque liberará “los recursos y el espacio fiscal necesario para conseguir un aumento de la capacidad militar”, así como que “aumentará las inversiones” en la industria militar ucraniana.
Igual de importantes fueron las palabras del enviado especial de Trump, que fue claro en su respaldo a Ucrania -más allá de los vaivenes de su presidente- y de la necesidad de su reconstrucción. “Los ataques de la última semana son simplemente horrorosos. Escuelas, hospitales, viviendas y demás infraestructura civil son blanco de ataques rusos. Como resultado, cientos de ucranianos han muerto, incluyendo mujeres y niños. Esto debe cesar», dijo Kellogg al intervenir en la conferencia, en la que enfatizó que Trump desea lograr una paz justa, tras la cual Ucrania será reconstruida por completo.
“Estados Unidos reconoce que reconstruir Ucrania es una tarea monumental, pero crucial. Y también tendrá implicaciones para toda la región europea”, subrayó.
También participó el canciller alemán, el conservador Friedrich Merz, quien mantiene una relación mucho más fluida con Meloni que su antecesor. Merz fue contundente en su intervención: “Una de las reconstrucciones de posguerra más exitosas fue la de Alemania y Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Para reconstruir una economía, se necesitan socios internacionales fuertes y apoyo político, y Ucrania cuenta con socios internacionales fuertes, que están aquí hoy”, aseguró.
Al margen de la conferencia, Merz anunció que Alemania está dispuesta a comprar sistemas de defensa aérea Patriot a Estados Unidos para entregarlos a las Fuerzas Armadas ucranianas. “Estoy discutiendo esta opción con el gobierno estadounidense y el presidente Donald Trump. Estamos dispuestos a comprar sistemas Patriot adicionales a Estados Unidos y ponerlos a disposición de Ucrania. El jueves pasado hablé con Trump sobre esto y le pedí que proporcionara estos sistemas. Los estadounidenses los necesitan. Pero también tienen muchos”, dijo.
No por nada, en su cuenta de X, Zelensky agradeció el apoyo militar alemán, “principalmente por los sistemas de defensa aérea que protegen a los ucranianos de los ataques todos los días”. Como reconoció luego en una conferencia de prensa, la perspectiva de una tregua sigue siendo lejana: según informes de la inteligencia ucraniana y de los principales países europeos, “Rusia todavía quiere seguir adelante con la guerra y esto significa que un cese del fuego no llegará pronto”.