TEHERÁN.- Tras el final de los ataques con Israel que duraron 12 días y terminaron por la intervención de Estados Unidos, el gobierno de Irán le prohibió al jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA), Rafael Grossi, ingresar al país para inspeccionar plantas nucleares, en medio del malestar con el argentino por las declaraciones que realizó sobre el programa nuclear iraní.
De acuerdo con lo publicado la agencia de noticias iraní Mehr, Irán ya no permitirá que el funcionario de la ONU visite sus instalaciones nucleares ni instale cámaras de vigilancia en ellas. Así lo anunció Hamid Reza Haji Babaei, vicepresidente del parlamento iraní.
La decisión se produce después de que Teherán criticara repetidamente al argentino durante la guerra con Israel y tras la suspensión de la cooperación con el OIEA.
El vicepresidente del parlamento iraní dijo este sábado que la decisión se debe al descubrimiento de datos confidenciales sobre instalaciones dentro de documentos obtenidos del régimen israelí.
“Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”, había dicho Ali Larijani, un destacado asesor cercano al ayatollah Ali Khamenei, la semana pasada, antes del ataque lanzado por Estados Unidos sobre sus plantas, en lo que significó una primera amenaza directa. Líderes iraníes marcan las declaraciones de Grossi sobre el estado de su programa nuclear como las culpables de provocar el ataque de Israel, al que finalmente se sumó Estados Unidos.
Horas antes de la sorpresiva ofensiva israelí el 13 de junio, la junta de gobernadores del OIEA censuró a Irán por no cumplir con sus obligaciones nucleares por primera vez en 20 años y llamó al régimen islámico a proporcionar respuestas “sin demora” sobre los rastros de uranio encontrados en varios lugares que no estaban declarados como instalaciones nucleares.
Grossi señaló que había dos temas centrales en su informe previo al ataque: que Irán no estaba cooperando con la agencia como debía hacerlo y que el régimen estaba enriqueciendo uranio hasta un 60%,“un paso técnico corto de los niveles de grado armamentístico del 90%”, restringiendo el acceso a sus centros nucleares. En ese sentido, remarcó que su agencia no tenía «ninguna prueba tangible de que Irán hubiera pasado a la fase de fabricar un arma nuclear“, pero advirtió que ”no estaba lejos» de hacerlo.
Tras las críticas de Grossi al programa nuclear, el régimen islámico presentó una queja contra el argentino ante el Consejo de Seguridad de la ONU por “su enfoque, según informó IRNA, la agencia de noticias estatal iraní. La conducta de Grossi tras los ataques israelíes “evidencia un incumplimiento constante de los estándares de neutralidad, objetividad y profesionalismo requeridos”, escribió el enviado de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani.
Tras la primera amenaza, este viernes Grossi sufrió una nueva ola de críticas de de Irán por su rol del organismo. El régimen lo acusó de tener “intenciones malignas” y lo responsabilizó por la mala relación entre la agencia de la ONU y el gobierno de Teherán.
Esta vez lo criticó el canciller iraní, Abbas Araghchi, quien comentó ayer sobre la decisión del Parlamento, que votó a favor de suspender la colaboración hasta que “se pueda garantizar la seguridad de las actividades nucleares” del régimen. Fue en una publicación de X que el ministro culpó a Grossi por su “lamentable papel”.
“Esto es consecuencia directa de Rafael Grossi al ocultar que, hace una década, el organismo ya había cerrado todos los asuntos pendientes”, arremetió.
Luego del ataque de Estados Unidos, el argentino dijo el miércoles que las centrifugadoras de la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo, en Irán, ya no están operativas al hacer una evaluación preliminar de los daños. Dijo que le parece “demasiado” decir que el programa nuclear de Irán fue destruido, aunque señaló que “sufrió enormes daños”.