La desaceleración del crédito y el tope a las subas salariales condicionan la recuperación del consumo

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Dos de los tres motores de la recuperación del consumo empezaron a perder fuerza en las últimas semanas y ponen en duda la reactivación que se había iniciado a mediados del año pasado. Un estudio privado alertó que el financiamiento bancario y los salarios privados ganándole a la inflación, que explicaban buen parte de las mejoras en las ventas de una gran cantidad de categorías de consumo -desde bienes durables como autos, motos y electrodomésticos hasta algunos rubros de alimentos y bebidas-, empezaron a mostrar una marcada desaceleración y ya no acompañan las buenas noticias que sigue trayendo la baja del costo de vida.

“El consumo de los hogares muestra signos de reactivación desde mediados del año pasado, aunque con algunas idas y vueltas en el proceso y distintas velocidades. La recuperación del financiamiento bancario en pesos para las familias ha perdido dinamismo, en un escenario de incremento de la morosidad. También se advierte cierto amesetamiento en la recuperación de los salarios reales”, advirtió Juan Pablo Ronderos, socio de la consultora MAP a cargo del estudio.

En MAP destacan que los bienes durables continúan liderando la recuperación del consumo, con tasas de crecimiento interanual que se acercan y en algunos casos superan los tres dígitos, como autos (cuyas ventas crecieron un 83,9% en los primeros cinco meses de 2025 frente al mismo período de 2024), lavarropas (con una suba de 99,9% en el primer trimestre) o heladeras (+115,5%).

En cambio, en el consumo masivo (alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza), los principales indicadores si bien empezaron a mostrar números positivos, todavía exhiben un repunte mucho más gradual y en la mayoría de los casos todavía tienen terreno por recorrer para volver a los niveles de fines de 2023.

“Lo que está pasando con el consumo no es muy diferente a lo que pasa con la heterogeneidad que muestra toda la economía. Lo que cambió en el último año y medio es el mapa de los negocios. Hoy ya no alcanza con la información promedio para entender lo que pasa en la economía, tenés que tener una mirada más quirúrgica, porque conviven dos realidades. Una empresa de heladeras premium tuvo el mejor trimestre en los últimos veinte años, y en paralelo las ventas de los supermercados no terminan de despegar”, aseguró Ronderos.

“Hay un segmento ABC1 que recuperó sus ingresos muy rápido, mientras que los salarios privados recuperaron el terreno perdido tras la devaluación de diciembre de 2023, pero su ingreso disponible es inferior, porque creció el peso de los servicios en su canasta de gastos”, añadió.

El informe privado también dio cuenta de un alto nivel de heterogeneidad según la región del país, con algunas provincias ganadores, como las petroleras Río Negro y Chubut, y otras más golpeadas como Tierra del Fuego, que depende en gran parte de la industria electrónica.

La mayoría de las categorías de alimentos y bebidas todavía no recuperaron todo el terreno perdido a partir de la devaluación de fines de 2023Daniel Basualdo

“La ciudad de Buenos Aires lidera la recuperación del consumo en supermercados, pero muestra un pobre comportamiento en las ventas de automóviles y motos y en el despacho de combustibles. Por su parte, Tierra del Fuego se sitúa en las últimas posiciones de los rankings de tres de los cuatro indicadores considerados (ventas de autos, motos, supermercados y combustibles) y sólo consigue ubicarse a mitad de tabla en la venta de 0 km”, precisaron en MAP.

El informe además destacó que, aunque la desaceleración de la inflación seguirá contribuyendo, la recomposición del poder adquisitivo será muy gradual. “Con el objetivo de evitar presiones inflacionarias, las negociaciones salariales están siendo cuidadosamente monitoreadas por el Ejecutivo, con aumentos autorizados que no superan el 1% mensual. Esto limitará el dinamismo de los ingresos y, en consecuencia, del consumo de los hogares”, señaló el informe.

En MAP también precisaron que, a diferencia de otros años electorales, no se espera una política más activa para fogonear el consumo, como en su momento fue el “plan platita” que impulsó Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía. “En un marco de priorización del superávit fiscal, y a diferencia de años electorales anteriores, no se espera que el actual Gobierno impulse medidas expansivas de gasto orientadas a fomentar el consumo en los meses previos a los comicios. Esta decisión también reduciría la probabilidad de un repunte significativo en las compras de los hogares durante el segundo semestre”, advirtió Ronderos.

En el caso del financiamiento, en MAP dan cuenta de una desaceleración en los préstamos y ponen el acento en el salto en los niveles de morosidad. Los préstamos al consumo al sector privado (personales y tarjetas de crédito) se expandieron 4,9% mensual real en mayo último, hilvanando 14 meses de mejora ininterrumpida. Aunque el dato sigue siendo muy positivo, estuvo por debajo del avance promedio de 5,7% en los primeros cuatros meses del año y de 8,5% con que cerró el segundo semestre de 2024, advirtió el informe.

La desaceleración del crédito es acompañada por problemas en la cadena de pagos. Los saldos impagos de tarjetas de crédito subieron a 2,8% en marzo, el nivel más alto en tres años, mientras que la morosidad en los préstamos personales trepó al 4,1%, el mayor porcentaje en nueve meses, según datos del Banco Central.

El estrés financiero también da señales a nivel corporativo. La cantidad de cheques rechazados alcanzó en abril su nivel más alto desde la pandemia de hace cinco años, y en las últimas semanas se multiplicaron los default corporativos y las postergaciones de pago de deuda, como en los casos de Celulosa, Grupo Albanesi, Aconcagua Energía, Surcos y Los Grobo.

La menor capacidad de tracción también se advierte a partir del amesetamiento en la recuperación de los salarios reales y las presiones del Ministerio de Economía para topear las paritarias en un 1% mensual. El último acuerdo en cerrarse con este techo fue el que acaba de firmar el Sindicato de los Camioneros. El gremio que encabeza Hugo Moyano acordó un aumento salarial de 3% en tres cuotas por el trimestre junio-agosto.

En MAP, precisaron que el índice general de salarios del Indec anotó 11 meses creciendo por encima de la inflación hasta febrero, acumulando una suba de 19,9% desde el mínimo de marzo de 2024. Sin embargo, la tendencia se resintió en marzo último, cuando el salto del IPC (3,7%) superó la recomposición de los ingresos (3%).

“El Gobierno está forzando a que los salarios suban por debajo de la inflación y la presión para que aumenten a una tasa de 1% o 1,5% llegó en un momento previo a que se consolidará la inflación por debajo del 2%. De hecho, en el segundo bimestre de este año, según los datos oficiales, los salarios perdieron con fuerza frente al costo de vida. En mayo, el panorama fue distinto porque la inflación se ubicó en 1,5%, pero la gran pregunta es qué pasará en los próximos meses. La única forma que tiene el Gobierno de que los salarios no pierdan terreno es mantener la inflación corriendo por debajo del 2%”, señaló el economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra.

Hacia delante, no se esperan grandes cambios y analistas y empresarios coinciden que el consumo seguirá muy fragmentado de acuerdo al nivel de ingresos. Por un lado, no se descarta un repunte del crédito, aunque este financiamiento sólo tracciona la demanda de inmuebles o vehículos, consumos asociados mayormente a los hogares de la punta de la pirámide. En cambio, las familias de menores recursos continúan enfrentando restricciones importantes, con una gran proporción de sus ingresos ya comprometidos, especialmente producto de la suba de los precios relativos del transporte y los servicios públicos.

“El consumo masivo no termina de levantar. En mayo nuestras ventas crecieron un 3% interanual, pero para este mes teníamos proyectada un alza del 9%. El consumo puede crecer un poco más, pero no creo que vuelvan a repetirse estas tasas de dos dígitos”, explicaron a LA NACION en una compañía líder de alimentos.

“Esta heterogeneidad llegó para quedarse y está claro que el consumo no va a ser el motor del crecimiento en este ciclo de negocios, lo que obligará a las empresas del rubro a adecuar su propuesta para la nueva Argentina”, concluyó Ronderos.