LONDRES.- Redadas federales de inmigración en Los Ángeles provocaron dos días de protestas en toda la ciudad, lo que generó un enfrentamiento entre la Casa Blanca y las autoridades estatales sobre si la situación estaba bajo control.
El presidente Donald Trump ordenó el sábado por la noche el envío de la Guardia Nacional de California a Los Ángeles, en contra de la voluntad de los funcionarios estatales, y las tropas llegaron temprano el domingo.
Los demócratas del estado condenaron la medida por considerarla innecesaria y que solo contribuye a escalar las tensiones.
El viernes y sábado, manifestantes salieron a las calles de Los Ángeles y de las ciudades cercanas de Paramount y Compton para protestar contra redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés).
Videos de medios locales el sábado mostraron a agentes del orden con cascos y equipamiento táctico usando gas lacrimógeno y granadas aturdidoras para dispersar a las multitudes en Paramount.
Fotos y videos de Paramount y Compton mostraron daños en una gasolinera y vehículos incendiados, mientras los manifestantes parecían lanzar fuegos artificiales. El sábado, ICE acusó a los manifestantes de haber “destruido propiedad financiada por los contribuyentes en Los Ángeles” el día anterior.
El gobernador demócrata Gavin Newsom dijo el sábado en declaraciones que las autoridades locales tenían la situación bajo control.
Los incidentes más destacados parecían estar concentrados fuera de los límites de la ciudad de Los Ángeles. El departamento de policía de la ciudad dijo que las protestas del sábado habían sido “pacíficas” durante todo el día.
Algunos manifestantes fueron arrestados, dijo el sábado el jefe de la Patrulla Fronteriza, Mike Banks, alegando que habían agredido a autoridades federales. No especificó cuántos arrestos se realizaron.
El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles dijo el domingo que arrestó a dos personas el sábado por la noche en Paramount por agredir a oficiales, después de que varios agentes sufrieran heridas menores durante las protestas, incluso por un cóctel molotov.
Miembros de la administración Trump también acusaron a los funcionarios de California de haber respondido demasiado lentamente.
En un comunicado el sábado, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) dijo que no coordinó con las autoridades federales antes de las redadas de inmigración del viernes y que no pudo “planificar de manera proactiva ante la posibilidad de disturbios civiles.”
En un comunicado en redes sociales el sábado, ICE dijo que arrestó a 118 personas que se encontraban ilegalmente en el país. The Washington Post no pudo verificar independientemente dicha afirmación.
Angelica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), dijo el viernes en una conferencia de prensa que hubo siete redadas en toda el área de Los Ángeles, incluidas dos en tiendas Home Depot, una tienda de donas y un mayorista de ropa. Afirmó que su organización confirmó que más de 45 personas fueron detenidas en las operaciones, las cuales describió como “barridos aleatorios”. The Washington Post no pudo confirmar de forma independiente la naturaleza de las redadas.
Carlos González Gutiérrez, cónsul general de México en Los Ángeles, dijo anteriormente a The Washington Post que su oficina estima que más de dos docenas de los detenidos durante las redadas del viernes son ciudadanos mexicanos.
El viernes, el jefe del LAPD, Jim McDonnell, dijo que su agencia “no participa en la aplicación de leyes de inmigración civil” y que “no asistirá ni participará en ningún tipo de deportaciones masivas, ni el LAPD intentará determinar el estatus migratorio de una persona.”
Trump emitió una orden el sábado para que 2000 miembros de la Guardia Nacional de California intervinieran en las protestas en Los Ángeles. Su directiva a los secretarios de Defensa y Seguridad Nacional y al fiscal general decía que la movilización era necesaria para proteger temporalmente a los funcionarios federales mientras hacen cumplir la ley, y para proteger la propiedad federal. Indicó que el despliegue sería en “lugares donde se están produciendo protestas contra estas funciones o es probable que ocurran, según evaluaciones actuales de amenazas y operaciones planificadas.”
Miembros de la Guardia Nacional llegaron a la ciudad el domingo por la mañana. Un video de la estación local KABC mostró a los soldados descargando equipo de sus vehículos cerca del Ayuntamiento de Los Ángeles.
El sábado por la noche, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, respaldó la activación de la Guardia Nacional y sugirió que los marines en servicio activo también podrían ser desplegados. Desde su cuenta personal en X, escribió que los marines ubicados en Camp Pendleton, al sur de Los Ángeles, estaban “en máxima alerta” y podrían ser movilizados “si la violencia continúa.”
Newsom respondió rápidamente la noche del sábado, calificando la amenaza de Hegseth de desplegar marines en activo en suelo estadounidense como un “comportamiento desquiciado”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi L. Noem, dijo el domingo en el programa Face the Nation de CBS News que las tropas de la Guardia Nacional están “ahí por orden del presidente para mantener la paz y permitir que la gente pueda protestar, pero también para mantener el orden público.”
En un comunicado el sábado, Newsom dijo que la orden de Trump de desplegar la Guardia Nacional era innecesaria y “deliberadamente provocadora”. Afirmó que las autoridades policiales no tenían ninguna necesidad insatisfecha y que las autoridades locales tenían las manifestaciones bajo control.
En una publicación el sábado por la noche en X, instó a los manifestantes a “nunca usar la violencia” y a “expresarse pacíficamente”. Les pidió que le negaran a la administración Trump el espectáculo de fuerza que buscaba manteniéndose calmados.
“El gobierno federal está tomando el control de la Guardia Nacional de California y desplegando a 2000 soldados en Los Ángeles —no porque falte policía, sino porque quieren un espectáculo,” escribió. “No se lo den”.
La oficina de la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijo el domingo temprano que ella “seguirá respondiendo activamente a las operaciones de control migratorio en Los Ángeles” y que estará monitoreando “los reportes de disturbios fuera de la ciudad, incluyendo en Paramount”. Su oficina dijo que ha estado en contacto directo con funcionarios en Washington, así como con las fuerzas del orden, “para encontrar el mejor camino a seguir”.
Otros demócratas de California condenaron la decisión de Trump. El senador Adam Schiff calificó el despliegue sin autorización del gobernador como “sin precedentes” y dijo que la medida está “diseñada para inflamar tensiones, sembrar caos y escalar la situación”.
El senador Alex Padilla dijo que el gobierno federal estaba “simplemente sembrando más caos y división.” El representante Gil Cisneros señaló que Trump se negó a desplegar la Guardia Nacional cuando el Capitolio de EE. UU. fue atacado por una turba de sus seguidores el 6 de enero de 2021.