MOSCÚ.- En una situación macabra, Rusia afirmó haber llevado más de 1200 cuerpos de soldados ucranianos caídos en combate a la frontera entre ambos países, cerca de la ciudad rusa de Bryansk, pero Kiev no envió a representantes para recibir a los fallecidos, que permanecen apilados en camiones frigoríficos.
En declaraciones citadas por medios estatales rusos, el teniente general Alexander Zorin, representante del grupo negociador ruso, declaró que sus fuerzas están esperando en la frontera la confirmación por parte de Ucrania, pero que hay “señales” de que el proceso se pospondrá hasta la próxima semana.
Según Moscú, el acuerdo alcanzado en negociaciones en Estambul establecía la transferencia unilateral a Ucrania de más de 6000 cuerpos de sus militares y el canje de prisioneros heridos, gravemente enfermos y menores de 25 años.
Citando a Zorin en su canal de Telegram, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, se preguntó si era la “decisión personal del presidente ucraniano Volodimir Zelensky no aceptar los cuerpos de los ucranianos” o si “alguien de la OTAN lo prohibió”.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que, además del primer convoy con 1212 cuerpos, ya tenía listos cuatro más, de modo que el número total de cadáveres a entregar superará los 6000.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente de Rusia, Dimitri Medvedev, dijo que “Kiev no quiere llevarse los cuerpos de sus soldados muertos por dos razones: les da miedo admitir que son 6000 y no quieren pagar a las viudas las compensaciones».
Moscú también dijo haber entregado a Kiev la primera lista de 640 prisioneros de guerra heridos y enfermos de gravedad, así como presos menores de 25 años para iniciar el canje. Pero señalaron que el gobierno de Zelensky se ha abstenido hasta ahora de fijar una fecha para el retorno de estas personas y entregar el número correspondiente de militares rusos prisioneros.
En respuesta, Ucrania denunció que Rusia estaba empleando “juegos sucios” y manipulando los hechos.
Según la principal autoridad ucraniana encargada de los intercambios, nunca se fijó una fecha para la repatriación de los cuerpos. En un comunicado el sábado, la agencia también acusó a Rusia de presentar listas de prisioneros de guerra para repatriación que no correspondían a los acuerdos alcanzados el lunes.
No fue posible aclarar de inmediato las afirmaciones contradictorias.
Por otra parte, muy lejos de alcanzar la paz, la invasión rusa de Ucrania avanza peligrosamente hacia el frente.
Según Moscú, por primera vez las fuerzas rusas habrían alcanzado la región de Dnipropetrovsk, el pulmón minero e industrial del país.
Unidades de la 90a división acorazada “alcanzaron la frontera occidental de la República Popular de Donetsk, y siguen desarrollando una ofensiva en la región de Dnipropetrovsk”, anunció el ejército ruso.
Solo varias horas después, Kiev desmintió secamente: “Esta información no es cierta. Los combates continúan en la región de Donetsk” y el anuncio “es desinformación rusa”, según el vocero del Estado Mayor ucraniano, Andriy Kovalev.
La información pone mucho en juego: la apertura de un nuevo frente en la región supondría un serio revés para la defensa de Kiev, que se encuentra en una situación extremadamente difícil, con los rusos manteniendo la iniciativa y avanzando sobre las líneas, desde Sumy hasta Donetsk, mientras que el estancamiento en las negociaciones para una tregua favorece al Kremlin.
“El enemigo no abandona sus planes de entrar en la región de Dnipropetrovsk, pero nuestros combatientes mantienen su línea de frente, frustrando los planes del ocupante”, es la postura oficial del Comando de las Fuerzas de Defensa del Sur de Ucrania.
Independientemente de si entraron o no, las voces de los soldados en el frente, reiteradas por los medios de comunicación, hablan de intensos combates y un avance lento, pero inexorable de las fuerzas del Kremlin: el ejército ruso publicó fotos que muestran a sus tropas en el momento de izar la bandera rusa sobre la localidad de Zorya en Donetsk, cerca de la frontera interior con Dnipropetrovsk.
Y en Mezhova, a una decena de kilómetros de la misma frontera, una persona murió en un ataque nocturno.
Dnipropetrovsk no se encuentra entre las cinco regiones ucranianas (Donetsk, Kherson, Lugansk, Zaporiyia y Crimea) que Moscú ha reclamado públicamente como territorio ruso.
Pero la región es muy valiosa para la economía y la logística de Kiev, y desde el comienzo de la guerra fue un lugar de refugio para millones de ucranianos que huyen del este, a pesar de que también sufre brutales bombardeos diarios, incluida la capital, Dnipropetrovsk.
Dadas estas premisas, una invasión de la región tendría una profunda trascendencia práctica, pero también simbólica.
De hecho, la postura rusa presentada en la mesa de negociaciones en Estambul no mostró ninguna concesión respecto a las reivindicaciones territoriales de Moscú en Ucrania.
El estancamiento persiste tras las últimas conversaciones en Turquía, sin avances en cuanto a un alto el fuego y con la actitud expectante de Estados Unidos respecto a las sanciones que Kiev lleva semanas solicitando para obligar a Putin a ceder.
Agencias AP y ANSA