Riquelme está ante su decisión más difícil y Mariano Herrón gana terreno en Boca: ¿se queda como técnico para los playoffs?

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Al igual que sucedió con la salida de Diego Martínez, esta vez tampoco hubo una explicación oficial de Juan Román Riquelme sobre el despido de Fernando Gago. A diferencia de aquel episodio en Córdoba, donde el presidente de Boca enfrentó los micrófonos luego de la derrota con Belgrano y la renuncia del entrenador, ahora el final de ciclo se dio con más sigilo: fue apenas horas después del Superclásico perdido ante River y antes del primer entrenamiento de la semana. No hubo declaraciones, pero sí una aparición pública.

Fue el miércoles por la tarde-noche, en el predio de Ezeiza, donde Riquelme se mostró en una de las cabinas con vista a la cancha principal durante el partido de la Reserva. Estuvo acompañado por todo el Consejo de Fútbol, por Blas Giunta —coordinador de Inferiores—, por entrenadores de las Juveniles y también por Mariano Herrón, el técnico interino de la Primera, quien observó atentamente a varios de los jugadores que suele dirigir.

Aunque no se trató de una aparición inusual —Román suele seguir de cerca a la Reserva cuando juega de local—, fue la primera desde el despido de Gago, y su presencia junto a sus principales colaboradores resultó significativa. Porque mientras puertas adentro ya se debate el nombre del nuevo entrenador, en las últimas horas el escenario pasó del apuro inicial a un estado de relativa calma. En ese contexto, el Plan Herrón empieza a tomar forma.

Más allá de que el Consejo de Fútbol trabaja en la búsqueda del nuevo DT, todo indica que Herrón será quien dirija a Boca durante los playoffs del Torneo Apertura. El sueño de repatriar a Carlos Bianchi agitó por un momento el ambiente, pero con el correr de los días las aguas se aquietaron. Hoy, el foco parece estar más puesto en la planificación para el Mundial de Clubes que en el torneo local.

Salvo que alguna negociación se acelere —algo que, por ahora, no se vislumbra— Herrón se mantendría al frente del equipo durante la fase final. Luego, si Boca avanza, habrá que ver cómo continúa la historia. Pero por estas horas la premisa que circula en Ezeiza es clara: “tomarse todo con calma y no volver a equivocarse”.

En el entorno de Riquelme lo saben: no hay margen para otro error. La elección del próximo entrenador será determinante para el futuro inmediato del club y, también, para la conducción actual. Se buscará un consenso pleno dentro del Consejo y se tomarán todas las charlas necesarias antes de definir al nuevo DT.

En cuanto a los nombres, se mantienen los mismos candidatos: Gabriel Milito fue el primero en aparecer en el radar apenas se oficializó la salida de Gago, y Gustavo Quinteros continúa en compás de espera, postergando decisiones y vacaciones ante la posibilidad de recibir el llamado desde Boca. Sin embargo, no se registraron avances concretos y, como suele suceder en estos casos, vuelve a sonar la chance de un tapado.