Riquelme está trolleado

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Boca es así, está en crisis aunque vaya puntero de su zona y de la anual. Es el equipo que más triunfos logró (10) y el segundo más goleador (23, dos menos que Racing). Todo bajo la gestión de Fernando Gago, el DT al que Riquelme acaba de despedir después de 191 días. Claro, Boca perdió el Superclásico y no juega la Copa.

La noticia del despido invadió los portales de noticias y las redes sociales. Allí el termómetro pone a Riquelme en la zona más caliente. Román está trolleado. Insultos, críticas despiadadas y burlas. Lo tratan de inútil, de chorro, de ignorante; o directamente de “negro villero”.

Lo dijo claro un ex dirigente de la gestión macrista en Río de Janeiro en la víspera de la final de la Copa Libertadores: “Estos muchachos se acostumbraron a un estilo de vida y ahora tienen que cubrir los gastos”. Boca perdió esa final con Fluminense y todo quedó expuesto. Siempre se trató de una lucha de clases con Boca en el centro de la batalla cultural.

Debe estar tranquilo Riquelme en BocaPredio cuando quienes lo critican son Mauricio Macri y Mario Pergolini. El ex Presidente confesó hace tiempo que “un dirigente de fútbol que pierde una elección en su club quiere que su equipo pierda hasta que él no vuelva a ser dirigente”. Lo del empresario y conductor fue (todavía) más explícito e intentó fumar un cigarrillo de marihuana en su programa de streaming para “celebrar” la derrota en el Superclásico. No pudo porque estaba mal armado.

Román, nacido y criado en la villa San Jorge de Don Torcuato, es el presidente más votado en la historia de Boca y del fútbol argentino. Y eso es lo que más le molesta a mucha gente: que un ex futbolista sin formación académica gestione el club más popular de Argentina. Eso incomoda mucho más que perder con Racing o River; o que este año no se juegue la Copa (tampoco Boca la jugó con Guillermo de DT y Angelici de presidente en 2017). “Uno muestra quién es cuando tiene plata en el bolsillo”, dijo Riquelme en una entrevista para Página/12 hace unos años. Nadie puede reprocharle los refuerzos que trajo en el último mercado de pases, de los más importantes de los últimos años.

Muchas veces desde los medios se buscó el testimonio de los ex entrenadores y ni Sebastián Battaglia (despedido en una estación de servicio) fue contundente con sus declaraciones -hasta asistió al homenaje de Riquelme en la Bombonera-. Russo, Almirón y Diego Martínez, en cambio, se mostraron agradecidos con el presidente. Los jugadores que se fueron tampoco lo criticaron, con Darío Benedetto como caso testigo.

En una de esas recorridos de los cronistas de TV por La Boca un hincha ofrece su opinión: “Román es el barrio, pero tienen (SIC) que hacer las cosas bien porque en algún momento se le va a terminar la paciencia a la gente”. Y tiene razón. El crédito de Riquelme está en los socios (que son los que pagan la cuota y votan) y en los hinchas (quienes llenan la cancha). Y este golpe entró en la gente que por primera vez se permite cuestionar al presidente-ídolo. “Tener poder es que la gente te quiera”, dijo Román en la campaña de diciembre de 2023 y dejó la frase tatuada. Para ellos gestiona al club y a ellos debe responderles por este presente deportivo. El resto tendrá que respetar el mandato por lo menos hasta diciembre de 2027. Le guste a quien le guste, trolleen lo que trolleen y caiga quien caiga.