El boom de los maratones a nivel mundial lleva casi medio siglo, impulsado por los 42,195 kilómetros de Nueva York y luego extendido globalmente. Por el impacto económico y por los resultados deportivos, a la elite de estas pruebas se las denomina Majors: la citada de la Gran Manzana, Boston, Chicago, Tokio, Londres, Berlín y, desde el próximo 31 de agosto, Sydney. Aunque Valencia ya reclama un lugar en ese sitial.
Los vertiginosos avances técnicos de los últimos años en los sistemas de entrenamiento, el equipamiento de los atletas -especialmente las zapatillas- y la estructura económica producen un gran crecimiento en calidad y en cantidad. Berlín y Chicago se proyectaron como los circuitos más veloces, donde se batieron los récords mundiales de la última década, mientras que las carreras en Estados Unidos son las que provocan un mayor impacto económico. Tal es así que la semana de los maratones de Boston, Chicago y Nueva York llegan a mover entre 350 y 500 millones de dólares cada una, sobre todo por la afluencia turística.
Sin embargo, lo que sucederá este domingo 27 de abril en Londres puede colocar nuevamente a esta cita como un faro en el movimiento global del atletismo. Con la mejor lista de corredores de la historia, gracias a una organización que no escatimó en gastos, será para la elite el verdadero “maratón de los sueños”.
Volverá la leyenda de la disciplina, el bicampeón olímpico Eliud Kipchoge, aunque a sus 40 años y tras su deserción en París, la mejor época del keniata parece haber pasado. Se aguarda el debut del joven ugandés Jacob Kiplimo, un proyecto de fenómeno de la distancia. Y estarán los ganadores de los principales maratones del año pasado, como el campeón olímpico Tamirat Tola (Etiopía), su compatriota Milkesha Mengesha (vencedor en Berlin), el neerlandés Abdi Nageeye (vencedor en Nueva York y subcampeón olímpico) y los keniatas Alexander Mutiso Munyao, defensor de la corona en Londres, y Sabastian Sawe (ganador de Valencia). Y a ellos se suma el etíope Kenenisa Bekele, también una leyenda del atletismo de fondo.
El ugandés Jacob Kiplimo batió el récord del mundo de medio maratón en Barcelona.
Foto EFE
El récord mundial fue llevado por el keniata Kelvin Kiptum a la frontera de las dos horas, al ganar en Chicago, el 8 de octubre de 2023, en 2 horas y 35 segundos. Así dejó atrás las 2h01m09 que un año antes Kipchoge había fijado en Berlin. Lamentablemente, meses después de su hazaña y siendo tan joven -23 años-, Kiptum estrelló su auto en una humilde carretera keniata y murió al instante junto a su entrenador.
Ahora la reunión de tantas estrellas hace vislumbrar que el hombre está cerca de atravesar aquella frontera mítica de los 120 minutos.
La mayor presión recae sobre Kiplimo, un superdotado que viene de pulverizar el récord de medio maratón con 56 minutos y 42 segundos en Barcelona, el 16 de febrero pasado. Pero así como lleva esa presión, también está la incógnita: muy joven para la distancia (24 años), será su debut absoluto en la distancia mayor, la más exigente e imprevisible.
Kiplimo fue campeón mundial de medio maratón en 2020, medallista olímpico de los 10.000 metros en Tokio 2020 y bicampeón mundial de cross country en 2023 y 2024. Habrá que ver cómo responde en un maratón, donde el juego es muy distinto, en especial luego de los 30 kilómetros. Nacido en Uganda, un país que poco a poco va terciando en el habitual dominio de Etiopía y Kenia entre las potencias mundiales de fondo, Kiplimo tendrá los rivales más calificados y experimentados que podría imaginar.
Eliud Kipchoge y Kenenisa Bekele, las leyendas que correrán el Maratón de Londres.
Kipchoge y Bekele, tercero en el ranking histórico con 2h01m41 en Berlín 2019, pasaron los 40 años y aún pretenden dar batalla. El keniata ostenta, en su amplio palmarés ganador, cuatro triunfos en la capital británica: en 2015, 2016, 2018 y 2019. El keniata Sawe, quinto en el escalafón con los 2h02m05 con los que ganó en Valencia el año pasado, podría estar en la avanzada de la nueva generación. Mutiso Munyao, por su parte, tratará de reeditar su victoria de 2024, donde fue escoltado justamente por Bekele.
Pero si ese es el marco entre los hombres, lo de las damas es igualmente impresionante. Si bien hace pocos días se bajó la keniata Ruth Chepngetich, quien pulverizó el récord mundial el año pasado en Chicago con 2h09m56 y en enero tuvo que interrumpir sus entrenamientos al sufrir malaria en su campus de Kenia, estarán las otras dos maratonistas más rápidas de la historia: la etíope Tigst Assefa (2h11m53 en Berlín 2023) y la neerlandesa Sifan Hassan (2h13m44 en Chicago 2023).
El récord de 2h15m25 que la británica Paula Radcliffe había fijado en 2003 resultó intocable durante dos décadas, hasta que fue barrido por la oleada africana. Cinco mujeres ya corrieron más rápido que ese registro. Primero llegó la keniata Brigid Kosgei con 2h14m04 en Chicago 2019 y luego las mencionadas Assefa, Hassan y Chepngetich, quien el 13 de octubre de 2024 se convirtió en la primera mujer en la historia en bajar la barrera de las 2h10, algo que parecía “imposible”. Lo hizo poco después de deslumbrar en el Medio Maratón de Buenos Aires.
Sifan Hassan ganó el maratón olímpico en París 2024 delante de Tigst Assefa.
Foto EFE
“Ningún maratón en la historia ha tenido una alineación más rápida. Siempre nos sentimos orgullosos cuando escuchamos a los atletas decir que el Maratón de Londres es más difícil de ganar que el maratón olímpico o paralímpico. La razón es la calidad de los participantes que reunimos y este año es más fuerte que nunca”, comentó Hugh Brasher, director de la prueba.
Hassan y Assefa protagonizaron un memorable duelo en el maratón olímpico de París 2024, que la atleta de Países Bajos sentenció a metros de la meta. Hay “pica” fuerte entre ellas y la etíope irápor la revancha. Hassan es una temible competidora, con medallas y triunfos olímpicos y mundialistas que van desde las pruebas de pista hasta el maratón.
Junto a estos tres nombres estelares, asoman dos mujeres con iguales pretensiones: la keniata Joyciline Jepkosgei, ganadora en Londres 2021, y la etíope Megertu Alemu. La esperanza británica es Eilish McColgann, campeona de los 10 mil metros en los Juegos de la Commonwealth y debutante en maratón.
Tigst Assefa, Sifan Hassan y Joyciline Jepkosgei, en la previa.
Foto Reuters
Los números de una prueba única
Los organizadores tienen que pagarles a las estrellas garantías (primas por participación) que van de los 80.000 a los 200.000 dólares, aunque Kipchoge -en sus momentos estelares- llegó a tener garantizado un millón de dólares. Sin embargo, los premios en efectivo para los corredores que asigna Londres están por debajo de los otros Majors: 55 mil dólares a los ganadores, 30 mil a los segundos y 22.500 a los terceros, con la particularidad de que el podio de los atletas en silla de ruedas recibe las mismas cifras.
Las bolsas en premios a la elite -300 mil dólares, tanto en damas como en hombres- son inferiores a las carreras de Estados Unidos, Berlín o Tokio. Pero entre las garantías, los contratos y los bonus que estos atletas tienen con sus auspiciantes, igualmente Londres les resulta muy valioso.
Y hay premios especiales: 150.000 dólares a los hombres que bajan las 2h02 y a las damas que corran en menos de 2h15, y 125.000 por el récord mundial.
Después del parate de la pandemia, Londres experimentó un auténtico boom: recibe 400 mil pedidos de inscripción, pero sólo 50 mil personas pueden largar, ya sea por el sorteo entre aquellos pedidos como por los sitios asignados a los operadores turísticos. En 2023 largaron 49.272 hombres y mujeres, y 43.965 completaron la prueba. El costo de la inscripción es de 70 libras esterlinas para los británicos y 120 para los extranjeros.
La organización cuenta como principal sponsor a Tata Consultantcy Services (TCS), al igual que Nueva York, con New Balance como sponsor deportivo. Y otras marcas del nivel de Flora, Abbot o Tag Heuer.
Los resultados económicos son alentadores, tras algunas caídas una década atrás. La empresa promotora declaró beneficios por 9,5 millones de euros en 2019 y en las ediciones pos pandemia recobró ese nivel. Uno de sus elementos más destacables es el énfasis en las campañas de caridad y defensa del medio ambiente: el año pasado los participantes aportaron 97,8 millones de dólares para organizaciones solidarias.
Londres es una de las ciudades de mayor tradición con los maratones y fue allí, durante los Juegos Olímpicos de 1908, que se estableció la distancia oficial de esta carrera: 42.195 metros. También fue sede olímpica en 1948, con el inolvidable triunfo del argentino Delfo Cabrera, y en 2012.
El Maratón de Londres surgió en 1982. Desde entonces mantiene lo esencial de su recorrido, que comienza en Greenwich Park, atraviesa casi todos los sitios emblemáticos de la ciudad y culmina, tras pasar junto al Palacio de Buckingham, en The Mall.