WASHINGTON.- En momentos en que la guerra tarifaria de Estados Unidos está en un impasse para mantener negociaciones con países afectados y con una cautela extrema, el gobierno argentino avanza en el diálogo con la administración de Donald Trump para suavizar los aranceles recíprocos que lanzó el gobierno norteamericano el 2 de abril.
Según pudo confirmar LA NACION, la misión que viajó a Washington el fin de semana está encabezada por el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis Kreckler, funcionario de peso en la estructura del canciller Gerardo Werthein, acompañado por el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Carolina Cuenca.
Aunque se mantiene en estricta reserva, la delegación mantuvo reuniones con representantes de la Secretaría de Comercio de Estados Unidos y la Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés). Fueron reuniones largas, según comentó una fuente a LA NACION.
Kreckler y su equipo también habían visitado Washington el 12 de mayo pasado. Desde hace varias semanas que funcionarios argentinos dialogan con autoridades del área comercial de EE.UU. para avanzar en acuerdos que apacigüen el impacto de la guerra tarifaria de Trump, que tras los anuncios del 2 de abril pasado (el llamado “Día de la liberación”) dictaminó una tregua de 90 días que expirará el próximo 9 de julio.
En aquella visita, la comitiva argentina rubricó un Acuerdo de Confidencialidad (Non-Disclosure Agreement, en inglés) para resguardar el contenido de las conversaciones en Washington. La confidencialidad se mantuvo para esta visita, según supo LA NACION.
Kreckler, un diplomático de carrera que en entre otros cargos fue embajador en Brasil, Alemania, China y Suiza, es uno de los principales asesores de Werthein en materia comercial. Altas fuentes de la Cancillería ya habían señalado que desde hace meses trabaja con el Ministerio de Economía para “equiparar aranceles”, y bajarlos en los casos en los que superen a los norteamericanos.
El viaje de la delegación argentina se produce luego del anuncio del presidente norteamericano, Donald Trump, primero en un acto ante trabajadores de una planta en West Mifflin, Pensilvania, de la US Steel Corporation, la principal siderúrgica norteamericana, y luego en su propia red social, Truth Social, de que duplicará los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, del 25 al 50%.
El anuncio generó reacciones de sus principales proveedores, como Canadá, Brasil, México y Corea del Sur, una medida que también impactará a la Argentina. En 2024, el país exportó a Estados Unidos unos US$630 millones entre ambos productos.
Trump finalmente firmó este martes la orden ejecutiva que aumenta formalmente los aranceles al acero y al aluminio del 25% al 50% a partir de este miércoles.
“He determinado que es necesario y apropiado incrementar la tasa arancelaria para las importaciones de artículos de acero y artículos derivados del acero, y artículos de aluminio y artículos derivados del aluminio, de 25% ad valorem a 50% ad valorem efectivo a partir de las 0.01 del 4 de junio de 2025″, señala la orden ejecutiva, que aclara que los aranceles de esos productos procedentes del Reino Unido se mantendrán en el 25% en virtud de un acuerdo sellado entre ambos países el 8 de mayo pasado.
Esta medida aumentaría las tensiones comerciales en un momento en que Estados Unidos está inmerso en negociaciones con decenas de socios comerciales -entre ellos la Argentina- sobre los aranceles recíprocos antes de la fecha límite del 9 de julio.
La capacidad del presidente norteamericano para imponer aranceles de forma unilateral se encuentra en un terreno jurídico más inestable, después de que un tribunal federal anulara los aranceles que había anunciado en virtud de una ley de emergencia. Sus gravámenes sobre los metales no estaban sujetos a esa sentencia.
El 3 de abril pasado, Kreckler había acompañado a Werthein en la reunión en Washington con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, y con el representante de Comercio, Jamieson Greer. Entonces, Werthein había manifestado que, luego de analizar las cuestiones identificadas en un informe elaborado por la Oficina de Comercio de Estados Unidos, las adecuaciones correspondientes ya estaban en proceso de implementación.
Kreckler también tuvo un rol importante para rebajar las tensiones entre el gobierno de Javier Milei y el Mercosur, en el marco de la propuesta de mayor flexibilidad que permita a los miembros del Mercosur hacer acuerdos de comercio bilaterales con terceros países sin tener que negociarlos todos en conjunto.
En abril pasado, el gobierno de Estados Unidos había vuelto a incluir a la Argentina en la lista de “Vigilancia prioritaria”, grupo en el que ubica a sus socios comerciales con mayores barreras en materia de propiedad intelectual. Así lo indica el Informe Especial 301, un reporte que elabora todos los años laUSTR y que identifica trabas que enfrentan sus empresas y productos para el intercambio de bienes y servicios.
Estados Unidos apuntó a 26 naciones como “Países extranjeros prioritarios”, es decir, aquellos que merecen su atención por algún motivo comercial, y los divide a su vez en dos elencos: la “Lista de Vigilancia Prioritaria”, que es la que mayores barreras tiene e incluye a la Argentina; la “Lista de Vigilancia”, con menos dificultades, y un tercer grupo que, según sus parámetros, resguarda mejor la propiedad intelectual.
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