-¿Qué sensación le deja este primer test electoral?
-Tuvimos un resultado muy contundente. Unidos por Cambiar le sacó 20 puntos al segundo y tenemos 33 convencionales sobre 69 posibles, quedamos muy cerca de la mayoría, y lejos del peronismo, que terminó con 11, y La Libertad Avanza, que tendrá entre 9 y 10. Pero tenemos que mantener la humildad en este momento, porque ganar no te da la razón. Vamos a debatir mucho para lograr la mejor Constitución de la República Argentina.
-De los temas a debatir en la reforma aparece su posible reelección, en caso de que la habiliten. ¿Es el más conflictivo?
-Bueno, entendemos que ese será uno de los debates, pero para nosotros hay otras discusiones que la oposición no focalizó. Como tener Ficha Limpia en la provincia, terminar con los poderes parlamentarios para que los corruptos no puedan ser candidatos ni se tengan que proteger con ese instrumento. También buscamos terminar con los cargos hereditarios en las empresas públicas, materializar el equilibrio fiscal en el Estado y en las empresas públicas, y que la seguridad sea un derecho garantizado y no que solamente se hable de los derechos o de las garantías que tienen los detenidos, sino también del rol que debe tener el Estado para poder custodiar a los detenidos.
-Una eventual reforma constitucional lo habilita a tener otro mandato. ¿Puede ser leído como un intento de seguir en el poder?
-No. A ver, si yo compito por otro mandato no va a ser sólo porque tenga la habilitación constitucional. Si soy gobernador reelecto va a ser porque la gente me volvió a votar, porque las cosas andan más o menos bien.
-Usted que la nueva Constitución no va a tener un gramo de garantismo. ¿Es contradictorio con los principios del radicalismo, su partido?
-Con el radicalismo Zaffaroniano será… A ver, que ubiquen al delincuente en el lugar de víctima, eso solamente se le puede haber ocurrido a Zaffaroni, que lideró la teoría jurídica desde el ’80 hasta hace unos años atrás. Acá el tema central es no ubicar al delincuente en el rol de víctima ni ubicar a la sociedad en el lugar de victimario. Nosotros necesitamos que los presos estén en la cárcel plenamente custodiados. A nosotros nos hizo mal el garantismo Zaffaroniano. Para cuidar a los ciudadanos, yo necesito que los tipos estén presos, aislados.
-¿Va a fortalecer su relación en el Congreso con gobernadores con Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Martín Llaryora (Córdoba)?
-Ya tenemos una estrategia conjunta en donde entendemos que hay que cuidar mucho el interior productivo. En ese sentido trabajamos mucho con Martín y con Rogelio, nos unimos para proteger las provincias frente a decisiones que las pueden perjudicar.
-¿El tercer puesto de Nicolás Mayoraz en esta elección es una derrota para Javier Milei?
-Es una elección provincial, cada uno la puede leer como quiere, pero acá no se debatió el modelo nacional, nacional, ni se debatió el rumbo del gobierno nacional. Se debatieron temas o principios y valores que iban a quedar plasmados en el texto de la constitución.
-Lo saludaron por el triunfo dirigentes aliados que están enfrentados entre sí, como Martín Lousteau y Mauricio Macri. ¿Cómo se hace para garantizar un equilibrio en esas relaciones?
-Acá en la provincia de Santa Fe nosotros tenemos un frente muy amplio en el que hay 11 partidos políticos: está el radicalismo, el PRO, el socialismo, la Ucedé… Este no es un frente político ideológico, es un frente político de gestión, que debate para resolver los temas que hay que debatir. Lousteau es mi hermano, y Macri es el presidente del partido de la vicegobernadora, y para mí es importante que me haya saludado. Todos los partidos que componen Unidos por Cambiar son protagonistas de este triunfo, que es contundente, porque ganamos en todos los departamentos y en todos los pueblos de la provincia.
-¿Cuál es la mirada de los gobernadores sobre el anuncio del fin del cepo al dólar y de los desembolsos del FMI?
-La verdad que no lo hemos charlado. Hubo apoyo nuestro, porque entendemos que Argentina tenía que tener ese aval y nunca se lo hemos negado. Ahora veremos cómo reaccionan los mercados con las medidas que se anunciaron el viernes.
-¿Qué expectativas tiene en ese sentido?
-Yo veo a muchos economistas enojados con Milei. Entonces creo que hay que abuenarse bastante. Hay que escuchar y darle una oportunidad. No le viene bien al país que le vaya mal al Presidente.
-¿Hay en su gestión y en la del presidente algunas ideas en común? ¿Hay cosas que apoya y otras que desaprueba?
-Yo apoyo mucho el equilibrio fiscal, porque lo necesitábamos en Argentina, y me diferencio, también mucho, cuando siento que no mira al interior productivo, cuando no mira al campo y a la industria, cuando no mira a los puertos, cuando no invierte en infraestructura. El equilibrio fiscal vale la pena si todos esos recursos se vuelcan a la infraestructura vial, energética, de conectividad, si se logra que la industria pueda producir más y generar empleo. Si no, el equilibrio fiscal por sí mismo es lo mismo que nada.