afirman que derogará un decreto de Alberto Fernández sobre el Estrecho de Magallanes

2

“Acá nadie va a venir con una motosierra a cortar ministerios para tratar de imponer su impronta”, declaró dos días atrás el presidente Gabriel Boric al inaugurar la Asamblea General anual del BID, que este año se hizo en Chile, en el que se vive un clima de campaña electoral para las presidenciales de noviembre. Los distintos sectores de izquierda a derecha tienen a Javier Milei como centro del debate, de críticas a elogios.

A pesar de las frías y por momentos tensas relaciones entre el ultraliberal Milei y el socialista Boric, sus respectivos gobiernos intentan evitar las rispideces que el argentino mantuvo con otros, más allá de las diferencias ideológicas por un lado, y las territoriales por el otro. Y en ese tren, en Chile aseguran ahora que el gobierno de Argentina les prometió derogar un decreto que data de julio de 2021, por el que Alberto Fernández unilateralmente formalizó que la administración del Estrecho de Magallanes y el Pasaje de Drake era compartida, lo que originó una fuerte molestia en Santiago.

Ocurre que por acuerdos bilaterales entre los dos países de entre 1881 y 1984, en distintas etapas se estableció que el Estrecho es íntegramente una zona de jurisdicción chilena aunque se aseguró que se permite “la navegación de buques de todas las banderas, en todo tiempo y circunstancia”.

El decreto por el que Argentina se atribuyó unilateralmente la administración “compartida” del Estrecho es el 457/2021 que data del 14 de julio de 2021 y que en realidad refería a la “Directiva de Política de Defensa Nacional” del gobierno de Fernández. Por eso también llevó la firma de su entonces canciller Santiago Cafiero y de su ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Chile, gobernado entonces por el fallecido ex presidente Sebastián Piñera, expresó su molestia, la que se sumó a otras rispideces ideológicas -Fernández se involucró en la política vecina apoyando al socialismo- y territoriales que hubo como las de un mapa argentino que estableció nuevos límites de la plataforma continental extendida, que Chile objetó en lo que hace a una demarcación debajo del Punto final de la delimitación marítima, abajo de Tierra del Fuego, y que cuando los vecinos hicieron lo mismo, la que objetó fue la Argentina.

Ese tema sigue irresuelto y continúa sin conformarse la comisión que debe tratarlo. También hay gestos antipáticos como cuando Milei y el canciller Gerardo Werthein pegaron un faltazo al Vaticano para no participar con Boric -que al final no fue- y su canciller Alberto van Klaveren -que si fue- de los 30 años del Tratado de Paz y Amistad que encabezó el papa Francisco.

Ahora, fuentes chilenas aseguraron a varios medios de su país que el embajador Antonio Viera Gallo insistió varias veces al gobierno de Javier Milei para que se revierta al decreto sobre el Estrecho de Magallanes y que recibió luz verde de distintas áreas. En Argentina, sin embargo, aún no fue confirmado.

El primero en dar luz verde, sin embargo, fue el embajador Jorge Faurie, que dijo que había que “hacer una corrección” al decreto 457/2021. “El tratado de 1984 lo reconoció así, así que no volvamos para atrás”. En esos términos, dijo que “el estrecho (de Magallanes) es algo valioso y está claro que es chileno”, y que “no es un territorio compartido”, agregó a la prensa trasandina. Clarín intentó hablar con quien fue el canciller de Mauricio Macri, y no fue posible.

Viera Gallo quiere ahora terminar con este tema y mantuvo conversaciones con el Ministerio de Defensa y habría recibido las mismas señales positivas que le dio Faurie, al menos en el ministerio que comanda Luis Petri.

Es el presidente Milei quien debe firmar el decreto final para revertir lo que dice sobre el Estrecho el decreto 457/2021. En el interín, la Armada chilena vienen haciendo incursiones disuasivas en dichas aguas. Y nadie puede asegurar en el Gobierno que Milei firme el decreto antes de los comicios presidenciales de Chile.

“Resulta fundamental continuar fortaleciendo la exploración, estudio y control conjunto sobre el Estrecho de Magallanes y Mar de Hoces, espacios estratégicos tanto por su rol como vías navegables naturales entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico como constituir puntos privilegiados de acceso al continente antártico”, señalaba el escrito de protesta chilena que, reiteraba que “el Estrecho de Magallanes, incluidas sus dos riberas, es territorio soberano chileno”.