Un plan de Meloni para subastar regalos de líderes extranjeros queda envuelto en una fuerte polémica

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ROMA.– La iniciativa de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, de subastar cerca de 270 regalos recibidos de líderes internacionales durante su gestión, con fines benéficos, quedó envuelta en una fuerte controversia política y judicial en Italia, luego de que la casa elegida para organizar la venta quedara bajo investigación por presunto tráfico ilegal de artefactos arqueológicos.

La subasta, que se esperaba recaudara alrededor de 800.000 euros destinados en su mayoría a organizaciones benéficas, iba a ser gestionada por Bertolami Fine Art, una firma con sede en Roma.

Sin embargo, –según informó el medio estadounidense Politico– el plan se desmoronó antes del primer golpe de martillo cuando la fiscalía italiana confirmó que la casa de subastas está siendo investigada por su presunta participación en una red que habría saqueado y “blanqueado” piezas arqueológicas a través del mercado legal del arte. El fundador y propietario de la firma fue suspendido de sus funciones, según medios locales.

Desde Palazzo Chigi aseguraron que la oficina de la primera ministra desconocía la investigación al momento de seleccionar a Bertolami y que la causa estaba bajo secreto judicial. Tras la publicación del caso por el diario Il Fatto Quotidiano, el gobierno rompió de inmediato relaciones con la casa de subastas.

El proyecto había generado atención tanto por su carácter inédito como por la naturaleza de algunos de los objetos a subastar. Entre ellos figuraba una estatuilla del presidente argentino Javier Milei empuñando una motosierra, que el mandatario le regaló a la premier italiana en una reunión bilateral que tuvo lugar en Buenos Aires, en noviembre de 2024.

También figuraban un par de zapatos de piel de pitón azul con tacones dorados regalados por un empresario saudí; un vestido tradicional de Kerala entregado por el primer ministro indio, Narendra Modi; una bufanda obsequiada por el albanés Edi Rama –que incluso se arrodilló al entregarla–; presentes del premier húngaro Viktor Orbán; un cuenco de cerámica que le obsequió el entonces presidente estadounidense, Joe Biden; un iPad que le regaló el mandatario ucraniano Volodimir Zelensky; pinturas de acuarela de Moldavia, maquillaje, una patineta y 15 alfombras recibidas durante viajes a Libia y otros países árabes.

Uno de los obsequios que le regaló Modi a Meloni

Según la legislación italiana, un primer ministro no puede conservar regalos cuyo valor supere los 300 euros. Por ese motivo, los objetos diplomáticos quedan bajo custodia del Estado y se almacenan en una sala segura del Palazzo Chigi. No existe, sin embargo, un inventario público oficial, lo que ha alimentado críticas sobre la falta de transparencia.

La polémica ya había escalado meses atrás, cuando Francesco Bonifazi, legislador del partido centrista Italia Viva, presentó en el Parlamento un listado de 11 páginas con los regalos declarados oficialmente y cuestionó si se habían respetado los límites legales de valor. El plan de Meloni incluía también subastar obsequios acumulados por exprimeros ministros que, según fuentes oficiales, llevan años guardados sin uso.

Desde Hermanos de Italia, el partido de Meloni, defendieron la iniciativa como una forma de dar un destino social a bienes que la mandataria no puede conservar y como una señal del renovado peso internacional del país. Sin embargo, la investigación judicial sobre la casa de subastas reavivó críticas de la oposición, que acusó al gobierno de improvisación y de subestimar los controles institucionales.

Por ahora, la subasta quedó cancelada sin nueva fecha y el futuro de los regalos diplomáticos permanece incierto.