WASHINGTON.- En una drástica medida en respuesta al brutal ataque de un ciudadano afgano en Washington contra dos miembros de la Guardia Nacional, en el que una oficial murió y otro quedó en estado crítico, el presidente Donald Trump anunció en la madrugada que suspenderá “permanentemente” la migración hacia Estados Unidos desde “todos los países del tercer mundo”.
El mandatario republicano, que no dio especificaciones de los países que se verán afectados, justificó la decisión al afirmar que permitirá que Estados Unidos “se recupere por completo” en su estrategia migratoria y amenazó con revocar visados concedidos por la administración de su antecesor, Joe Biden, a quien suele calificar como el peor presidente de la historia del país.
“Suspenderé permanentemente la migración desde todos los países del tercer mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo. Cancelaré todas las millones de admisiones ilegales de Biden, incluidas las firmadas por el autopen de Sleepy Joe [el apodo peyorativo que utiliza para el expresidente] y expulsaré a cualquiera que no sea un activo neto para Estados Unidos“, escribió Trump, desafiante, en dos largos posteos en su red Truth Social.
Aunque Trump no dijo a qué países se refería con el “tercer mundo”, el término, asociado a países con economías menores y bajos niveles de industrialización, hace tiempo dejó de usarse. Fue reemplazado por el de países “en vías de desarrollo”. El concepto “tercer mundo” se originó en la Guerra Fría para referirse a los países que no estaban alineados con los bloques liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética.
Fue un duro anuncio -del que aún se esperan más detalles- en respuesta al tiroteo en Washington perpetrado por el afgano Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, el miércoles por la tarde, a metros de la Casa Blanca, en el que murió Sarah Beckstrom, de 20 años, miembro de la Guardia Nacional de Virginia Occidental. Su compañero Andrew Wolfe, de 24 años, permanece internado en estado crítico.
El plan, de concretarse, podría enfrentar impugnaciones legales, como ha pasado con otras medidas lanzadas por Trump en su segunda administración.
El presidente, que ha hecho de la política migratoria una de las banderas de su gestión, también advirtió que pondrá fin a todos los beneficios y subsidios federales para los “no ciudadanos”, que desnaturalizará a los “inmigrantes que socaven la tranquilidad interna” y que deportará a cualquier extranjero considerado una carga pública, un riesgo para la seguridad o “no compatible con la civilización occidental”.
“Estos objetivos se perseguirán con el fin de lograr una reducción significativa de las poblaciones ilegales y disruptivas, incluidas las admitidas mediante un proceso de aprobación no autorizado e ilegal del autopen [como se conoce a la máquina que replica automáticamente la firma presidencial]. Solo la migración inversa puede remediar por completo esta situación“, afirmó Trump, quien dijo que pese a los avances tecnológicos, la política migratoria ha erosionado las condiciones de vida y que, por tal motivo, ordenó la suspensión.
Trump afirmó que, según el último censo, la población extranjera oficial de Estados Unidos es de 53 millones de personas, de las cuales la mayoría que recibe asistencia social proviene de países en crisis o “viven en prisiones, instituciones psiquiátricas, pandillas o carteles de la droga”.
“Ellos y sus hijos reciben el apoyo de enormes pagos de ciudadanos estadounidenses patriotas que, por su nobleza, no quieren quejarse abiertamente ni causar problemas de ninguna manera. Soportan lo que le ha sucedido a nuestro país, pero hacerlo los está devorando”, sostuvo el mandatario.
“Un migrante que gana 30.000 dólares con una tarjeta de residencia recibirá aproximadamente 50.000 dólares en beneficios anuales para su familia. La población migrante real es mucho mayor. Esta carga de refugiados es la principal causa de disfunción social en Estados Unidos, algo que no existía después de la Segunda Guerra Mundial (escuelas fallidas, alta criminalidad, deterioro urbano, hospitales saturados, escasez de viviendas y grandes déficits y más)”, ahondó.
En el cierre de su mensaje, el presidente lanzó otra fuerte advertencia: “Feliz día de Acción de Gracias excepto a aquellos que odian, roban, asesinan y destruyen todo lo que representa Estados Unidos. ¡No estarán aquí por mucho tiempo!”. Durante su segunda gestión, las redadas y deportaciones de extranjeros ilegales han sido uno de los principales ejes de la política migratoria.
Más tarde, en otro posteo, profundizó su rechazo al uso del autopen en la administración Biden y anunció la “rescisión” de los documentos firmados así. “Cualquier documento firmado por Sleepy Joe Biden con el autopen, que representaba aproximadamente el 92%, queda por la presente rescindido y sin efecto. El autopen no puede usarse sin la aprobación específica del presidente de Estados Unidos”, escribió en Truth Social.
“Los lunáticos de la izquierda radical que rodeaban a Biden en el hermoso Resolute Desk de la Oficina Oval le arrebataron la presidencia. Por la presente, cancelo todas las órdenes ejecutivas y cualquier otra cosa que no haya sido firmada directamente por el corrupto Joe Biden, porque quienes operaron el autopen lo hicieron ilegalmente. Joe Biden no participó en el proceso del autopen y, si afirma haberlo hecho, será acusado de perjurio. ¡Gracias por su atención a este asunto!”, concluyó.
Antes, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) dijeron que Trump había ordenado una revisión generalizada de los casos de asilo aprobados bajo la administración Biden y de las Green Cards emitidas a ciudadanos de 19 países, entre ellos de Afganistán.
La tajante medida de Trump se produjo horas después de conocerse la muerte de Beckstrom, una miembro de la Guardia Nacional que fue baleada el miércoles por Lakanwal.
La fiscal para Washington, Jeanine Pirro, dijo el viernes que enfrentará, entre otros, cargos de asesinato en primer grado por haber tendido una emboscada a los miembros de la Guardia Nacional de Virginia Occidental.
“Lo que ocurrió en ese crimen es inconfundible. Es un asesinato premeditado”, declaró Pirro en Fox News. “Estamos elevando los cargos iniciales de agresión a asesinato en primer grado”, añadió.
El ciudadano afgano había entrado al país en 2021 bajo un programa implementado por la administración Biden tras la caótica retirada de las fuerzas norteamericanas de Kabul, que dio paso a un nuevo régimen talibán. También resultó herido durante el intercambio de disparos contra los agentes de la Guardia Nacional.
Las autoridades revelaron que el ciudadano afgano trabajó durante 10 años con las fuerzas norteamericanas en Afganistán –formó parte de una unidad respaldada por la CIA- antes de ser evacuado a Estados Unidos en septiembre de 2021.
Fue mediante un programa de inmigración para reasentar a miles de afganos que ayudaron a Estados Unidos durante la guerra, y que temían represalias de las fuerzas talibanes que tomaron el control después de la retirada estadounidense. Más de 70.000 afganos fueron reasentados en Estados Unidos con ese programa.
En un mensaje de video, Trump calificó a Beckstrom como “una persona increíble” que murió tras ser “brutalmente atacada”. “Era una joven muy respetada y una persona magnífica. Comenzó su servicio en junio de 2023, sobresaliendo en todos los sentidos. Acaba de fallecer“, confirmó.
Tras el episodio y antes del anuncio, Trump había puesto nuevamente el foco en las políticas de inmigración e hizo alusión a una revisión masiva de asilos y green cards, mientras que el director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés), Joseph Edlow, informó que, por orden del mandatario, su agencia volverá a examinar “todas las green cards de todos los extranjeros de todos los países de alto riesgo”.
En junio pasado, el gobierno prohibió los viajes a Estados Unidos a ciudadanos de 12 países (Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen) y restringió el acceso de otros siete (Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela), alegando motivos de seguridad nacional.
Este viernes, en tanto, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló que trabajan para “eliminar los beneficios federales para los inmigrantes ilegales y preservarlos para los ciudadanos estadounidenses”.