Nueva señal en el proceso de concesión de la mayor ruta comercial del país

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La frase popular dice que “segundas partes nunca son buenas”, pero el Gobierno busca una excepción a dicha regla. La licitación por la concesión de la Hidrovía, tal vez la más importante de la gestión de Javier Milei, enfrentó al Ejecutivo con la empresa belga DEME tras la suspensión del pliego en febrero pasado en medio de denuncias cruzadas. Nueve meses después, la historia parece haber cambiado y la compulsa está cerca de ser relanzada.

“La compañía valora positivamente el proceso de licitación en curso para la Hidrovía, destacando los esfuerzos de consenso y transparencia“, afirmó DEME en un comunicado. Estas palabras contrastan con los escritos judiciales que esta compañía presentó durante el primer intento de licitación. En ese entonces, hablaban de presunto direccionamiento a favor de otra firma, Jan de Nul.

El Gobierno siempre negó esa acusación, pero no logró evitar que el asunto escalara en los primeros días de febrero. La Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) emitió un dictamen en el que señaló que presuntamente había “elementos suficientes para advertir serias irregularidades en la redacción de los pliegos del procedimiento”.

La empresa belga DEME valoró la «transparencia» del nuevo proceso de la licitación por la Hidrovía, a diferencia de lo ocurrido en febrero

La compulsa por la concesión de la Hidrovía no es una más. Se trata de la licitación más grande de la gestión de Milei. Según los primeros pliegos del Gobierno, el ganador iba a quedarse durante 30 años con un negocio que, según cálculos oficiales, podría facturar hasta US$410 millones anuales por el cobro de peajes a los barcos que llevan y traen bienes a través de la vía navegable, a cambio de que este se haga cargo de las obras de dragado y señalización.

Entonces, con una previa judicializada, la única oferta que se presentó en febrero fue la de DEME. El señalado como el sospechoso del presunto direccionamiento, Jan De Nul, no volcó su propuesta para la competencia, algo que también significó toda una novedad en esos días. Pero todavía faltaba más: el Gobierno decidió suspender esa licitación.

DEME pasó de acusadora a acusada. “Se instruirá la intervención de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia para que investigue la posible presión por parte de la única oferente sobre las restantes empresas, o la existencia de una connivencia entre las mismas en perjuicio del Estado Nacional”, indicó la cartera dirigida por Luis Caputo en un comunicado oficial.

El titular de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, Iñaki Arreseygorargentina.gob.ar

LA NACION consultó a fuentes oficiales sobre la apertura y avance de dicha acusación del Gobierno contra la empresa belga, pero al momento de publicación de este artículo no emitieron respuesta.

La vieja tensión parece haber quedado atrás y ahora DEME valoró el nuevo proceso licitatorio que encaró el Gobierno por la concesión de la Hidrovía. “Estos procesos proporcionan claridad y previsibilidad para futuras inversiones en infraestructura”, expresó en su reciente comunicado.

Sucede que la historia fue distinta después del intento fallido de febrero. El Gobierno impulsó encuentros multisectoriales en el que distintas partes interesadas en el funcionamiento y dragado de la Hidrovía emitieron opiniones y recomendaciones sobre cómo debería ser el nuevo pliego.

Fuentes del sector dijeron a LA NACION que “se está trabajando rápido y bien”. Incluso, a mitad de año, luego de uno de los encuentros multisectoriales, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA)y director del board del Centro de Exportadores de Cereales (CEC),Gustavo Idígoras, consideró que “en mayo debería estar adjudicada”. En paralelo, el director ejecutivo de la Bolsa de Comercio de Rosario, Javier Cervio, había indicado que esos plazos “parecen lógicos”.

Precisamente, CIARA y CEC son dos jugadores interesados en el dragado de la Hidrovía, dado que comúnmente se la llama “la autopista” de las agroexportaciones. Por ella circula cerca del 80% del comercio internacional del sector. Una vía navegable con un dragado más profundo permitirá que viajen buques más cargados con menor riesgo de quedar encallados.

Por esta razón (a mayor profundidad, más comercio), una de las propuestas que surgieron de los encuentros multisectoriales especifica que en cuatro años el ganador debería completar los trabajos de dragado con el objetivo de llevar la profundidad de la Hidrovía a 40 pies. Actualmente, se encuentra entre 32 y 34 pies, según la zona.

Fuentes del sector afirmaron que se está elaborando el informe final producto de todos los encuentros multisectoriales. El paso siguiente será transformar eso en un pliego publicable para que otra vez se lance la compulsa. Por lo tanto, después de una primera suspensión, la Hidrovía empezó a atravesar el final de su segunda chance.