CARACAS.- El gobierno de Venezuela advirtió este lunes a Estados Unidos sobre un presunto plan de “sectores extremistas” para colocar explosivos en la embajada estadounidense en Caracas, en medio de una creciente tensión bilateral por el despliegue militar norteamericano en el Caribe.
Las relaciones diplomáticas entre ambos países están rotas desde 2019, cuando Washington desconoció la primera reelección de Nicolás Maduro. Desde entonces, la sede diplomática permanece cerrada, aunque aún cuenta con personal local de mantenimiento y seguridad bajo custodia del Estado venezolano.
“Por tres vías distintas hemos advertido al gobierno de Estados Unidos de una grave amenaza”, declaró Jorge Rodríguez, jefe de la delegación venezolana para el diálogo con Washington y presidente de la Asamblea Nacional. Según dijo, “una operación de falsa bandera, preparada por sectores extremistas de la derecha local, busca colocar explosivos letales en la embajada de Estados Unidos”.
Rodríguez aseguró que el gobierno reforzó la seguridad en el complejo, que ocupa unas 11 hectáreas en el sureste de la capital, y notificó a una embajada europea —sin especificar cuál— para que comunique la alerta a las autoridades estadounidenses. “Nuestro gobierno respeta y protege esa sede diplomática”, subrayó.
El chavismo denunció de forma recurrente supuestos complots para desestabilizar al Ejecutivo, a menudo atribuidos a la oposición. En esta ocasión, la advertencia llega mientras circulan rumores en redes sociales sobre un posible refugio de la dirigente opositora María Corina Machado —en la clandestinidad desde las disputadas elecciones presidenciales de julio de 2024— en la embajada estadounidense. Ninguna fuente oficial ha confirmado esa versión.
La oposición liderada por Machado reivindica su victoria en aquellos comicios, mientras Washington se negó a reconocer la segunda reelección de Maduro. El nuevo escenario de tensión se agudizó a fines de agosto, cuando Estados Unidos desplegó ocho buques de guerra y un submarino nuclear frente a las costas venezolanas, bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
El Pentágono anunció el viernes su quinto ataque contra embarcaciones presuntamente utilizadas por traficantes, con un saldo de cuatro muertos. Según datos estadounidenses, al menos 21 personas fallecieron en las operaciones recientes. El presidente Donald Trump calificó la ofensiva como “tan exitosa que ya no hay más botes” en la zona.
Caracas, en cambio, considera que se trata de un “asedio” con fines de “cambio de régimen”. En respuesta, Maduro ordenó el despliegue de miles de soldados en las fronteras, llamó a civiles a alistarse y dispuso maniobras militares en los estados costeros.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que Venezuela activó “planes de defensa progresivos ante la amenaza militar” estadounidense. Además, el gobierno convocó para este lunes a una marcha nacional “contra las agresiones imperialistas”.
En paralelo, Trump volvió a acusar a Maduro de ser “uno de los mayores narcotraficantes del mundo” y anunció la duplicación de la recompensa por su arresto, que ahora asciende a 50 millones de dólares. Maduro respondió que Washington “construye una narrativa falsa” para justificar su intento de removerlo del poder.
La advertencia sobre la embajada ocurre, así, en un contexto en el que ambos gobiernos parecen haber agotado los canales diplomáticos y regresado a un clima de abierta hostilidad, con el Caribe como nuevo escenario de su enfrentamiento.
Agencias AP y AFP