Sin nueva evidencia, Trump vincula el uso de paracetamol en el embarazo con el autismo

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WASHINGTON.- El presidente Donald Trump afirmó este lunes que el uso de paracetamol durante el embarazo podría estar asociado con un mayor riesgo de autismo en los niños, y adelantó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) notificará a los médicos sobre esta posibilidad. Además, cuestionó la vacunación infantil, tras afirmar que “no hay motivos” para vacunar a los recién nacidos contra la hepatitis B.

“Tomar paracetamol no es bueno. Lo digo claramente. No es bueno”, declaró Trump, y añadió que “no se le debe dar paracetamol a los niños cada vez que les pongan una vacuna”. El mandatario no presentó evidencia científica que respalde estas afirmaciones.

Durante su discurso en la Casa Blanca, Trump también sostuvo que las embarazadas deberían evitar el consumo de paracetamol salvo que sea “medicamente necesario”, y recomendó que, idealmente, no lo tomen en absoluto.

En paralelo, Trump afirmó que “no hay motivos” para vacunar a los recién nacidos contra la hepatitis B, una enfermedad incurable y altamente contagiosa, sin dar pruebas de los beneficios de ese cambio radical. “Yo diría que esperen hasta que el bebé tenga 12 años y esté crecido”, dijo Trump, una recomendación que implicaría un cambio profundo en los protocolos de vacunación vigentes en Estados Unidos.

El anuncio generó reacciones inmediatas de la comunidad médica y científica. El presidente del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) calificó las advertencias de la administración sobre el paracetamol como “irresponsables”, señalando que el mensaje puede confundir y dañar a las pacientes embarazadas. “El anuncio de hoy no está respaldado por el cuerpo completo de evidencia científica y simplifica peligrosamente las muchas y complejas causas de los desafíos neurológicos en los niños”, dijo el Dr. Steven Fleischman.

El ACOG y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal enfatizaron que el paracetamol sigue siendo seguro durante el embarazo para tratar fiebre y dolor. Ambas entidades destacaron que la fiebre no tratada durante la gestación representa un riesgo mucho mayor, incluyendo abortos espontáneos, malformaciones congénitas y partos prematuros.

En paralelo, Trump sugirió que la leucovorina, un derivado del ácido fólico utilizado en algunos tratamientos oncológicos, podría aliviar ciertos síntomas del autismo. La FDA había publicado horas antes un aviso en el Registro Federal aprobando una versión del fármaco fabricada por GSK, retirada previamente del mercado, para tratar a pacientes con deficiencia cerebral de folato, un trastorno metabólico poco común que provoca síntomas neurológicos que se superponen parcialmente con algunos rasgos del espectro autista. Aunque ensayos muy pequeños con alrededor de 40 pacientes mostraron resultados prometedores, los expertos advierten que aún se necesitan estudios aleatorios a gran escala para confirmar su eficacia y seguridad como tratamiento del autismo.

El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., presente en el acto, ha promovido desde hace tiempo la idea de que el autismo podría estar relacionado con las vacunas o con toxinas ambientales, y reiteró su promesa de identificar la causa de la condición antes de fin de septiembre. Estas declaraciones se suman a un historial de controversias en torno a la administración de vacunas y el autismo, un vínculo que la comunidad científica ha refutado de manera consistente durante décadas.

El Tylenol es un reconocido paracetamol

El fabricante de Tylenol, la forma de paracetamol más vendida en Estados Unidos, dijo que “no está de acuerdo” con la sugerencia de que su medicamento pueda causar autismo. Kenvue señaló en un comunicado que “la ciencia sólida demuestra claramente que tomar paracetamol no causa autismo”, y citó revisiones científicas de múltiples reguladores gubernamentales en todo el mundo, incluidas las previamente publicadas por la FDA. Las acciones de Kenvue Inc. cayeron un 7,5% este lunes, reduciendo el valor de mercado de la compañía en unos 2600 millones de dólares. Tylenol, originalmente de Johnson & Johnson, se escindió en 2023.

Además de esta marca, el paracetamol se usa en cientos de otros medicamentos de venta libre para resfriados y gripe.

Expertos en neurología y genética insisten en que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo multifactorial, en el que intervienen múltiples genes y, potencialmente, ciertos factores ambientales que influyen en la vulnerabilidad del feto. Decenas de investigaciones identificaron cientos de genes implicados, algunos heredados y otros producto de mutaciones espontáneas durante el desarrollo cerebral.

No existe una única prueba para diagnosticar el autismo. Los profesionales utilizan evaluaciones del desarrollo y del comportamiento para identificar la condición. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el aumento en la prevalencia de diagnósticos observado en las últimas décadas se debe principalmente a una combinación de criterios clínicos más amplios, mayor conciencia pública y mejoras en la detección, que permiten identificar casos leves o sutiles que anteriormente pasaban inadvertidos.

Médicos y científicos advierten que las declaraciones presidenciales pueden generar alarma injustificada y afectar decisiones de salud pública. En particular, alertan que suspender el uso de medicamentos seguros o retrasar la vacunación de los niños puede exponer a madres y bebés a riesgos evitables, incluidos abortos espontáneos, malformaciones y enfermedades prevenibles mediante inmunización.

En cuanto a la leucovorina, aunque la evidencia preliminar sugiere potenciales beneficios para una condición metabólica rara, no existen pruebas de que funcione como tratamiento general del autismo. La presentación de estas hipótesis como soluciones inmediatas podría dar falsas expectativas a las familias y desviar recursos de programas educativos y terapias con eficacia comprobada.

Agencias AP y Reuters