La marea “cola de dragón” en el río Qiantang dio origen a un espectacular danza de olas gigantes que volvió a maravillar a China.
La particularidad de este fenómeno natural, producto del encuentro entre la marea oceánica y el cauce del río y habitual entre el fin del verano y los albores del otoño, reside en el avance de estas olas colosales -que pueden alcanzar hasta los 9 metros de altura– contra la corriente. Su desplazamiento coordinado parece ser una suerte de coreografía fluvial de la propia naturaleza.
Aunque bella, la marea “cola de dragón” es peligrosa porque este fuerte oleaje suele estar acompañado por corrientes repentinas que, en cuestión de minutos, puede transformar las aguas tranquilas en un escenario impredecible.
Si bien el fenómeno atrae a surfistas y turistas, las autoridades aconsejaron suspender la actividad náutica -al menos durante todo el desarrollo del fenómeno- y activar la prohibición de baño debido a su fuerza y peligrosidad.