A la hora de pensar en hacer remodelaciones en una propiedad, los ambientes más caros y que más tiempo generan son la cocina y el baño. Por eso, antes de pensar en realizar una reforma de estas características, es importante conocer qué presupuesto hay que destinar y cuánto tiempo puede demorar.
Los costos se encuentran en una curva ascendente y todo indica que seguirán creciendo. De esta manera, en base al último informe de Reporte Inmobiliario (julio de 2025), remodelar tanto la cocina como el baño de un departamento standard en la ciudad de Buenos Aires requiere una inversión de $15.891.747, equivalentes a US$13.079 según el valor del dólar blue vendedor de inicios de julio de 2025. Este monto implica un aumento de casi US$800 respecto al trimestre precedente y de US$4001 frente al mismo período de 2024.
En términos locales, el costo de refacción del baño creció un 23,16% interanual (julio 2024 vs. julio 2025), mientras que, al medirlo en dólares, el incremento llega al 38,9%. Por su parte, en la cocina, la suba en pesos alcanzó el 32,13% en el mismo lapso y, en moneda estadounidense, se disparó un 49%.
German Gómez Picasso, fundador de Reporte Inmobiliario, señaló que hace tres años viene recomendando remodelar y que “siempre es más barato hacerlo hoy que mañana”.
Para refaccionar una cocina de 5,6 m² y una altura de 2,5 m se necesitan $8.415.511,89 (US$6926), incluyendo mano de obra y materiales; según datos del informe, los costos desagregados son los siguientes:
El relevamiento contempla una remodelación integral, que incluye demolición, retiro de mobiliario y revestimientos existentes, cambio de cañerías (agua, desagües y gas), renovación completa de grifería, artefactos, muebles y revestimientos, instalación eléctrica, luminarias y pintura.
En este punto no hay respuestas cerradas: depende de la escala de la cocina, del presupuesto del propietario y de la profundidad de los cambios.
“Una refacción puede demorar un mínimo de 20 días, pero en la mayoría de los casos termina extendiéndose mucho más, incluso meses”, explica Gómez Picasso. Según él, un factor decisivo para no estirar plazos ni inflar presupuestos es contar con un profesional a cargo: “La falta de un arquitecto o maestro mayor de obras multiplica las demoras y lleva los costos a niveles inesperados”.
En este sentido, el arquitecto Javier Rendo, director de Contemporáneo Estudio, detalla el proceso:
“El plazo promedio ronda entre 30 y 45 días, básicamente el tiempo que tardan los carpinteros en fabricar e instalar el mobiliario y las marmolerías en cortar y colocar las mesadas. Si se trata de cocinas grandes con isla, ese plazo puede extenderse a 60 o 75 días”, señala Rendo.
Según explica el arquitecto, los mayores retrasos se dan cuando hay que mover instalaciones sanitarias, por ejemplo, cambiar la ubicación de la bacha o preparar conexiones para un lavavajillas. También generan demoras las nuevas instalaciones eléctricas, necesarias para tomas adicionales, campanas extractoras o conductos de ventilación.
A esto se suman los tiempos de fabricación y entrega de muebles y mesadas, que suelen demorarse más de lo pactado. En definitiva, el tiempo final dependerá de cuán compleja sea la obra y de qué tan coordinados estén proveedores y profesionales.