Celulosa Argentina sumó un segundo pedido de quiebra. La papelera argentina, controlada por Tapebicuá Investment Company, fue demandada judicialmente por la firma brasileña Bbunker, especializada en soluciones y sistemas.
De acuerdo a lo precisado por la firma, la notificación recibida no incluye copia de la demanda ni consigna monto alguno. La presentación quedó radicada en el Juzgado en lo Civil y Comercial N.º 1 de San Lorenzo -localidad vecina a Capitán Bermúdez, donde Celulosa tiene domicilio legal-, en la provincia de Santa Fe.
Dos meses atrás, la firma recibió también una demanda judicial por parte de Tecmaco Integral -firma dedicada a la prestación de servicios de alquiler y venta de maquinaria-. Fue por una deuda aproximada de $17 millones, correspondiente a dos cheques electrónicos rechazados por falta de fondo, por servicios prestados en noviembre de 2024. Y esto derivó en la apertura de un concurso de acreedores -actualmente vigente- para negociar las deudas bajo supervisión judicial.
“La presentación de este pedido de quiebra fue anterior a la presentación del concurso preventivo de la sociedad, que tramita por ante el mismo juzgado, por lo que la sociedad procederá a ejercer sus derechos de defensa dentro del marco del referido proceso”, aclararon desde Celulosa Argentina, frente a la notificación de Bbunker, en un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores.
El concurso preventivo de Celulosa fue aprobado por el directorio e informado al mercado el 1° de septiembre. La presentación quedó radicada el 5 de septiembre bajo la carátula “Celulosa Argentina S.A. s/ Concurso Preventivo”. En esta etapa, el juzgado concedió el plazo de 10 días que establece la Ley 24.522 para la presentación de documentación y dictó medidas cautelares, aunque todavía no resolvió la apertura formal del proceso.
Previamente, la compañía ya había detenido operaciones en sus plantas y salido a la búsqueda de inversores que aporten capital para garantizar la continuidad. En paralelo, prorrogó su Programa Global de Emisión de Obligaciones Negociables, que vence en abril de 2026, con el objetivo de mantener la herramienta disponible en caso de que una eventual reestructuración de pasivos requiera de ese instrumento. No obstante, mediante un comunicado, aclararon que no existen planes concretos de emitir nuevas ON más allá de esa previsión.
Controlada por Tapebicuá Investment Company, un grupo integrado por José Urtubey, Juan Collado y Douglas Albrecht, Celulosa Argentina arrastra una deuda financiera total que supera los US$128 millones. Como parte del plan de reestructuración, en abril, contrató a la firma VALO Columbus, especializada en banca de inversión, para llevar adelante un esquema de refinanciación que incluye la atracción de capital nuevo.
En su último reporte financiero -correspondiente al semestre cerrado el 31 de mayo-, Celulosa registró una pérdida integral de $172.634,3 millones, frente a una la ganancia de $37.831 millones obtenida en el mismo período del año anterior.
Según precisaron desde la firma, los ingresos se desplomaron por la caída de la demanda interna (32% menos en toneladas), el incremento de costos fijos en dólares, la imposibilidad de trasladar las subas de costos a precios debido a la falta de demanda y a la amenaza de la importación, y una parada de mantenimiento programada a fines de 2024. Aunque las exportaciones crecieron un 104%, su rentabilidad sigue siendo muy inferior a la del mercado local.