La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) modificó la base imponible del impuesto interno a los autos, también conocido como impuesto al lujo. De ahora en adelante, pagarán el gravamen del 18% aquellas unidades cuyo valor recién salida de fábrica sea de $63.166.936,5.
Así quedó establecido en la Resolución General N°4257. “El incremento de este piso, que por última vez había sido ajustado en febrero, se encuentra por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). El peso se devaluó más que la inflación, entonces hay vehículos que tienen componentes de fabricación en dólares o son importados que están alcanzados por impuestos internos por la devaluación y la inflación», explicó Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios.
La actualización de la base imponible responde a un intento de evitar que se repitan los famosos topeos. En épocas de mayor presión tributaria en el sector, las automotrices recurrían a estas estrategias para evitar caer en el pago de impuestos internos. Así, aparecían modelos con diferencias sutanciales en el nivel de equipamiento al mismo precio, generando altas distorsiones en el mercado.
De ahora en adelante, pagarán este gravamen aquellos autos cuyo precio de venta al público ronde los $83 millones aproximadamente, pudiendo variar al alza según la estrategia comercial de cada marca. Según consta en la resolución, estos montos tendrán vigencia inmediata y hasta el 30 de noviembre de 2025 inclusive.
La decisión se da en un contexto de fuertes aumentos en el sector. Tras los movimientos del tipo de cambio, los autos experimentaron un aumento promedio del 9% en los últimos dos meses marcando la diferencia respecto a lo que venía ocurriendo, cuando las subas promediaban el 1,5% mensual.
En el último tiempo, el tributo experimentó modificaciones. En primer lugar, a principio de año el Gobierno nacional decidió eliminar la primera escala, que alcanzaba con una alícuota del 20% a los autos cuyo precio de venta se ubicaba entre los $41 millones y los $75 millones.
En paralelo, la segunda escala se mantuvo vigente, aunque con una reducción que la llevó del 35% al 18%, lo que en la práctica equivale a una tasa efectiva del 21,95%.
Según había comentado César Litvin, CEO de Lisicki Litvin & Abelovich, el impuesto al lujo era uno de los gravámenes que mayor incidencia tenían en la distorsión de precios de mercado años atrás.