Un histórico capo narco de Cártel de Sinaloa se rinde ante la justicia norteamericana

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NUEVA YORK.- El histórico capo mexicano Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa y durante décadas uno de los narcotraficantes más buscados y poderosos del mundo, se declaró culpable este lunes en un tribunal federal de Brooklyn de cargos de narcotráfico, crimen organizado y lavado de dinero.

Su decisión, que le permitirá evitar un juicio, lo expone a pasar el resto de su vida en prisión, como le ocurrió a su exsocio Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en 2019.

Zambada, de 75 años, admitió haber dirigido durante más de tres décadas una de las mayores operaciones criminales de la historia reciente, responsable de introducir al menos 1500 toneladas de cocaína en Estados Unidos, además de heroína, metanfetaminas y fentanilo. También reconoció que el cartel que fundó a principios de los años 80 junto con Guzmán y otros capos recurrió sistemáticamente a la corrupción en México, pagando sobornos a policías, mandos militares y políticos para operar con impunidad.

El excapo fue arrestado el 25 de julio de 2024 en suelo estadounidense tras arribar en un avión privado junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos del Chapo. Según denunció, habría sido emboscado y entregado por el propio Guzmán López. Su detención desató una nueva ola de violencia en México entre sus simpatizantes y los “Chapitos”, la facción liderada por los herederos del Chapo, que dejó más de un millar de muertos en menos de un año.

Dibujo de la audiencia del «Mayo» Zambada en Brooklyn el lunes 25 de agosto de 2025

Durante la audiencia en Brooklyn, Zambada respondió con voz casi inaudible, en español: “Culpable”. Lo hizo frente al juez Brian Cogan, el mismo magistrado que había condenado al Chapo. El excapo aceptó cargos de participación en una “empresa criminal continuada” entre 1989 y enero de 2024, así como conspiración para lavar dinero, ordenar asesinatos, perpetrar secuestros y traficar drogas en el periodo comprendido entre 2000 y 2012.

El magistrado fijó la fecha de sentencia para el 13 de enero de 2026, y aunque el pacto con la fiscalía descartó la pena de muerte, dejó en claro que el primer cargo es pasible de cadena perpetua. Además, Zambada deberá pagar una multa histórica de 15.000 millones de dólares.

En un discurso de ocho minutos, Zambada pidió perdón a las víctimas, aseguró que nunca consumió drogas y expresó que asumía “toda la responsabilidad” por el daño causado. “Reconozco el enorme daño que las drogas ilegales le han causado a personas en Estados Unidos y México. Me disculpo por todo eso y acepto la responsabilidad de mis actos”, dijo. También afirmó que su organización “promovió la corrupción” y pidió a la población de Sinaloa “mantener la calma, actuar con moderación y evitar la violencia”. “El derramamiento de sangre no sirve para nada, solo profundiza las heridas”, señaló.

Los fiscales detallaron que bajo su mando el cartel de Sinaloa se convirtió en la mayor organización de narcotráfico del mundo, con una red que incluía conexiones con productores en Colombia, el uso de rutas marítimas y aéreas para ingresar droga a México y su posterior contrabando a Estados Unidos. La estructura contaba con una fuerza de seguridad privada fuertemente armada y un ejército de sicarios que ejecutaban asesinatos, secuestros y torturas. Según la acusación, Zambada incluso llegó a ordenar el asesinato de su propio sobrino para proteger los intereses del cartel.

Zambada reconoció que comenzó en el negocio en su adolescencia, plantando marihuana en 1969, y que con el tiempo amplió su actividad a la venta de heroína y, principalmente, cocaína. Desde 1980 hasta su captura, él y sus hombres introdujeron alrededor de 1,5 millones de kilogramos de cocaína en Estados Unidos, además de cantidades significativas de fentanilo y metanfetamina, dos de las drogas que más alimentan la actual crisis de sobredosis en territorio estadounidense.

Frank Pérez, abogado del ex capo del cártel mexicano Ismael «El Mayo» Zambada, sale del tribunal federal en el distrito de Brooklyn de Nueva York, el lunes 25 de agosto de 2025Richard Drew – AP

El Departamento de Justicia había anunciado a principios de agosto que no buscaría la pena capital en su contra, decisión que se aplicó también a Rafael Caro Quintero, otro histórico capo extraditado este año, acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985. La fiscalía subrayó que el acuerdo de culpabilidad con Zambada no implica cooperación con el gobierno. Su abogado, Frank Pérez, lo remarcó: “Puedo afirmar categóricamente que no existe ningún acuerdo por el que esté cooperando con Estados Unidos ni con ningún otro gobierno”.

El fiscal Joseph Nocella, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, calificó el fallo como “el cierre de una de las últimas grandes persecuciones judiciales contra líderes del cartel de Sinaloa en Estados Unidos”. La captura y procesamiento de Zambada se enmarca en un endurecimiento de la estrategia de Washington contra los cárteles latinoamericanos. Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump redobló las amenazas a México con la imposición de aranceles si no detiene el tráfico de drogas y dispuso el despliegue de fuerzas navales en el Caribe. A la par, su administración designó al Cártel de Sinaloa y al venezolano Tren de Aragua como “organizaciones terroristas globales”.

En ese contexto, México ha intensificado las extradiciones: en agosto entregó a Estados Unidos a 26 presuntos narcotraficantes de alto perfil, que se sumaron a otros 29 enviados en febrero, entre ellos Caro Quintero. Sin embargo, a pesar de que sus líderes históricos están tras las rejas, el cartel de Sinaloa sigue operando con fuerza a través de nuevas generaciones y redes logísticas asentadas en ambos lados de la frontera.

Considerado el estratega del cártel y más involucrado en las operaciones diarias que el Chapo, Zambada logró durante años evitar el destino de sus socios, lo que alimentó su leyenda de “intocable”. Ahora, su declaración de culpabilidad lo coloca junto a Guzmán como los últimos grandes capos mexicanos condenados en Estados Unidos.

Agencias AP, AFP y Reuters