El clima financiero está tenso y las elecciones de medio término asomando a la vuelta de la esquina. El escenario actual combina tasas de interés en alza, un dólar relativamente contenido y un frente electoral abierto que genera volatilidad en los precios de los activos bursátiles.
Es un momento crucial para el inversor de a pie: debe decidir si va a pasar las legislativas en pesos o en dólares, asumiendo riesgo o mirando desde afuera con un perfil más conservador.
“En este contexto macroeconómico es recomendable evaluar el posicionamiento de las carteras de inversión según el perfil de riesgo que se desee asumir”, advierte Milo Farro, analista bursátil en Rava. “Los inversores conservadores tienden a preferir dolarizar una gran parte de su portafolio frente a eventos que pueden traer volatilidad. Para esta estrategia, entre las alternativas disponibles sugerimos cedears como XLV (ETF del sector salud de EE.UU.) y BRKB, del fondo de inversión Berkshire Hathaway, junto a Obligaciones Negociables de alta calidad crediticia como YPF, Vista o Pampa”.
Isabel Botta, Product Manager en Balanz, apunta directamente a la renta fija privada para el segmento más adverso al riesgo y la volatilidad. “Para un perfil conservador, la prioridad está en la previsibilidad y la baja exposición a shocks políticos o de mercado”, explica la analista, que sugiere un camino: “La renta fija privada hoy ofrece rendimientos atractivos sin la volatilidad típica de la deuda soberana o de las acciones”. Entre las alternativas, destaca al papel de Pluspetrol 2030, con una TIR por encima del 7,5%, Pampa Energía 2028, también en torno al 7%, o Telecom 2033, que ofrece una TIR cercana al 8,5%. “La lógica detrás de esta estrategia es evitar exposición a activos más sensibles al resultado electoral, priorizando estabilidad y retornos predecibles”, explica Botta.
Eric Ritondale, economista jefe de Puente, pone una primera sugerencia sobre la mesa, para cruzar octubre dolarizados con títulos públicos. “En el tramo de bonos soberanos en dólares, preferimos el tramo corto de la curva, y particularmente el Bonar 2030 (AL30), ya que creemos que ofrece el mejor riesgo retorno a lo largo de los posibles escenarios post electorales”.
Para inversores que buscan permanecer en pesos, Ritondale va por un mix de títulos a tasa variable. “Entre los bonos soberanos en pesos -que los consideramos una apuesta más agresiva que los bonos en dólares-, preferimos los bonos CER en el tramo más corto con vencimientos este año; los bonos duales ajustables a la tasa Tamar, puntualmente el Dual con vencimiento en junio 2026 para sumar duration; y para los tramos más largos los bonos CER con vencimientos en 2027 con rendimientos del 15% más inflación”.
En un escenario de tasas de interés altas como el que se está dando en el mes de agosto -en torno al 40-45% anual en instrumentos de tasa fija- la oportunidad llama a la puerta de quienes se animan a quedarse en pesos.
“El Gobierno está muy concentrado en que no sobren pesos en la economía argentina. Ese es el foco pre-elecciones, y esa escasez de pesos hace que las tasas sean realmente muy atractivas para el inversor”, dice Ian Colombo, Asesor Financiero de Cocos Gold.
“Entendemos que este nivel de tasas va a ser transitorio, post-elecciones no van a ser tan altas, con lo cual quien esté pensando que el oficialismo va a ganar las elecciones, tiene que pensar en hacer tasa (invertir en bonos en pesos) y también en acciones y bonos soberanos”, aporta Colombo. Claro que no todos esos instrumentos encajan para cualquier perfil de inversor.
¿Opciones concretas? “En lo que respecta al universo tasa fija en pesos, las Lecap con vencimiento más inmediato permiten optimizar los retornos de corto plazo, brindando rendimientos ampliamente por encima de los fondos comunes de inversión (FCI) de money market o de los plazos fijos”, advierte Damián Vlassich, Team Leader de Estrategias de Inversión en IOL. “La letra S30S5, con vencimientos en 42 días aproximadamente, permite fijar una tasa atractiva al ofrecer una TNA en torno a 49 por ciento”.
Gustavo Araujo, Head of Research de Criteria, pone foco también en las tasas en moneda local. Proyecta que, “en este escenario pre-electoral, seguirán volátiles y con rendimientos reales más elevados”. “Queda en claro que el Gobierno no está dispuesto a negociar cierta estabilidad cambiaria que pueda poner en peligro el ancla nominal”, enfatiza.
Vlassich deja sugerencias concretas para perfiles más conservadores que busquen cobertura cambiaria y, al mismo tiempo, obtener rendimientos en dólares con una baja volatilidad. “La ON de Pampa Energía con vencimiento en 2031 cuenta con un cupón de casi 8% en dólares y paga intereses en septiembre y marzo. Estos instrumentos, idealmente deben ser pensados con el objetivo de ser mantenidos hasta su vencimiento”.
“Para quienes están dispuestos a asumir mayor riesgo, aparecen oportunidades ligadas al trade electoral”, dice Botta, de Balanz. ”En este caso, YPF, Galicia o TGS se presentan como papeles relevantes: cuentan con alta liquidez internacional y, además, permiten diversificar la exposición a distintas industrias clave de la economía argentina, como energía, servicios financieros y transporte de gas natural. En un escenario en el que el país logre posicionarse como mercado emergente, estas compañías podrían ser las primeras en captar el interés de fondos institucionales globales”.
Farro, de Rava apunta al sector energético. “Frente a un resultado electoral favorable para el Gobierno, vemos valor a largo plazo en acciones como YPF, Vista y Pampa, debido a que sus fundamentos permanecen sólidos a pesar de la caída en el precio internacional del petróleo”.
¿Y qué oportunidades puede haber en la renta fija? “Una victoria en los comicios del oficialismo también podría conducir a una compresión del riesgo país que permita la ansiada vuelta a los mercados internacionales de crédito y el bono que ofrece una mejor relación riesgo – retorno en ese escenario es GD35”, opina Farro de Rava.
“Con un resultado muy bueno para el oficialismo, podríamos plantear un escenario de 450 puntos básicos de riesgo país y ahí el bono AL41 subiría casi 20% en dólares con una TIR del 9,25%”.
Desde IOL, Vlassich apunta tanto el AL30 como el GD30. “Ambos bonos conforman una propuesta de inversión atractiva, no solo por su rendimiento (12,8% y 11,5%, respectivamente), sino por la propia estructura, ya que pagan amortización de capital e intereses de forma semestral (en enero y julio de cada año)”
“Este tipo de posicionamiento – advierte Botta- enfrenta riesgos más marcados” “En definitiva, para un inversor conservador la mejor estrategia pasa por consolidar la renta fija privada como núcleo de estabilidad, mientras que para perfiles más agresivos la clave está en la exposición selectiva a acciones de alta liquidez con diversificación sectorial, en el GD41 como bono con mayor potencial de upside, y en instrumentos en pesos de corto plazo con tasas atractivas”, resume la especialista de Balanz.