WASHINGTON.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá este lunes en la Casa Blanca al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, junto con un nutrido grupo de líderes europeos, en una reunión que se perfila como uno de los momentos diplomáticos más tensos y decisivos desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.
La cumbre llega en un escenario complejo, apenas tres días después de la cita de Trump con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Alaska, donde el mandatario estadounidense sorprendió a aliados y críticos al modificar sustancialmente su posición: abandonó la exigencia de un alto el fuego inmediato y se mostró dispuesto a negociar un acuerdo de paz definitivo bajo los términos que proponga el Kremlin.
La nueva estrategia de Washington supone un giro con consecuencias profundas. Trump argumenta que cualquier proceso de negociación debe enfocarse en un acuerdo de largo plazo y no en un cese temporal de hostilidades.
Pero sus declaraciones en redes sociales el domingo elevaron la presión sobre Zelensky al sugerir que “puede terminar la guerra con Rusia casi de inmediato, si quiere, o puede continuar luchando”. La publicación incluía además un mensaje contundente: la aceptación de la anexión de Crimea por Rusia en 2014 y la cesión del Donbass deberían formar parte del paquete negociador.
El viernes, Trump y Putin se reunieron en Alaska en lo que fue la primera gran cumbre bilateral desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. Aunque no se alcanzó un acuerdo, ambos líderes calificaron el encuentro de “extremadamente productivo”. Funcionarios rusos celebraron la recepción de honor brindada a Putin en territorio estadounidense y sugirieron que el clima marcó un punto de inflexión en la relación con Washington. El hecho de que Trump no anunciara nuevas sanciones contra Rusia tras la cumbre fue interpretado en Moscú como una señal positiva.
El propio presidente estadounidense insinuó que podría viajar a Moscú en las próximas semanas para continuar el diálogo, aunque reconoció que tal gesto generaría fuertes críticas internas. “¿La próxima vez en Moscú?”, deslizó Putin al despedirse de Trump en Alaska. “Eso me generaría algunas críticas, pero creo que es posible que suceda”, respondió el presidente estadounidense.
En el encuentro, Putin reiteró que la condición para poner fin al conflicto es que Ucrania renuncie oficialmente al Donbass, la región industrial del este donde se libraron algunos de los combates más intensos de la guerra y que Moscú nunca logró conquistar por completo.
El Kremlin también exige el reconocimiento internacional de Crimea como parte del territorio ruso. A cambio, estaría dispuesto a aceptar que Washington y sus socios europeos brinden a Ucrania garantías de seguridad que simulen el principio del Artículo 5 de la OTAN, es decir, la promesa de que un ataque contra Ucrania se considerará un ataque contra todos los firmantes.
El enviado personal de Trump, Steve Witkoff, calificó esa posible concesión rusa como “decisiva”, aunque evitó detallar cómo se instrumentaría un esquema semejante y qué países se comprometerían formalmente. Trump reforzó la idea en entrevistas televisivas y señaló que Estados Unidos está preparado para comprometerse, pero sin que ello implique la adhesión plena de Ucrania a la OTAN, una de las líneas rojas históricas de Moscú.
El principio del Artículo 5 establece la defensa colectiva: un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos. Ucrania busca integrarse en la OTAN desde hace años, lo que ha sido un punto de fricción constante con Moscú.
Este lunes, Trump, Zelensky y los líderes europeos discutirán la posibilidad de un esquema alternativo de garantías que ofrezca protección a Kiev sin desafiar directamente a Rusia con la membresía plena en la alianza.
Zelensky respondió de manera categórica. Recordó que la Constitución ucraniana prohíbe la cesión de territorio o cualquier canje de tierras, lo que convierte en ilegal aceptar tanto la pérdida del Donbass como la de Crimea.
Lo máximo que su gobierno podría admitir, señaló, es congelar la línea del frente en su estado actual, una trinchera de más de mil kilómetros que atraviesa el país desde el noreste hasta el sureste. Hoy Rusia controla cerca del 20% del territorio ucraniano, incluidas extensas zonas de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Kherson.
“Ucrania no está dispuesta a sacrificar a millones de ciudadanos para satisfacer las ambiciones territoriales del Kremlin”, dijo un alto funcionario en condición de anonimato. La dirigencia de Kiev también advierte que Moscú ha incumplido numerosos compromisos internacionales, como el Memorando de Budapest de 1994, en el que Ucrania entregó su arsenal nuclear a cambio de garantías de respeto a su soberanía por parte de Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido.
La Casa Blanca reunirá a un elenco de primer nivel europeo para acompañar a Zelensky: el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Keir Starmer; el canciller alemán, Friedrich Merz; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el presidente finlandés, Alexander Stubb; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El objetivo es presentar un frente unido frente a las presiones de Moscú y sostener al mandatario ucraniano en un contexto cada vez más delicado.
Macron, antes de viajar, describió a Ucrania como “el puesto avanzado de nuestra defensa colectiva”, advirtiendo que una concesión a Rusia abriría la puerta a conflictos aún mayores en el continente. “Si somos débiles con Rusia hoy, estaremos preparando los conflictos de mañana”, dijo.
Los aliados europeos ven en la resistencia ucraniana un muro de contención frente a cualquier ambición futura del Kremlin sobre Polonia, los países bálticos o incluso otras regiones de Europa del Este. La guerra, para ellos, no es un conflicto lejano sino un frente crucial de su propia seguridad. Por eso, líderes como Macron o Von der Leyen insisten en que cualquier negociación debe incluir garantías verificables y permanentes, sin las cuales Ucrania correría el riesgo de nuevas invasiones en el corto plazo.
En la Casa Blanca no descartan organizar una reunión trilateral entre Trump, Putin y Zelensky hacia finales de la semana, aunque todavía no hay fecha confirmada. Kiev condiciona su participación al fortalecimiento de las sanciones contra Moscú en caso de que no se logre un compromiso concreto.
Mientras la diplomacia se concentra en Washington, los combates no se detienen. En las últimas semanas, las tropas rusas avanzaron en algunos sectores de Donetsk, aunque sin lograr una ruptura estratégica. El domingo por la noche, un ataque con drones rusos sobre Kharkiv, la segunda ciudad más grande del país, dejó seis muertos, entre ellos un bebé de 18 meses y un adolescente de 16 años, y más de veinte heridos. Moscú, a su vez, informó que interceptó 23 drones ucranianos sobre su territorio y sobre la península de Crimea.
Agencia AP y diario The Washington Post