LA PAZ.- Las cuatro encuestas de intención de voto difundidas por el diario boliviano El Deber en las últimas semanas confirman un escenario electoral sumamente reñido entre Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libre, y Samuel Doria Medina, de Unidad. Ninguna de las mediciones mostró una diferencia entre ambos superior al margen de error, lo que llevó a analistas y observadores políticos a proyectar, con alto grado de certeza, que las elecciones del 17 de agosto derivarán en una segunda vuelta el 19 de octubre.
De concretarse, será la primera vez en la historia democrática del país que se recurra a un balotaje para definir la presidencia.
Doria Medina, el aspirante de centroderecha de 66 años, lidera las encuestas de cara a las elecciones del próximo domingo. El exitoso empresario fue ministro de Planificación en la década de los 90, miembro de la Asamblea Constituyente y ya tres veces candidato a la presidencia.
Quiroga, el candidato de derecha perteneciente a Alianza Libre, fue presidente de Bolivia entre 2001 y 2002 y aseguró que impulsará “un cambio sísmico en Bolivia, el fin de un ciclo nefasto de lo que ha sido el Movimiento Al Socialismo (MAS)”. El ingeniero de 65 años figura en segundo lugar en las encuestas de intención de voto.
La evolución de los sondeos muestra cómo la competencia entre ambos candidatos se mantuvo cerrada desde el inicio. La primera encuesta de la consultora Spie SRL, publicada el 18 de junio, situaba a Doria Medina en el primer lugar con un 24,02% de intención de voto, seguido muy de cerca por Quiroga con un 22,07%. Un mes más tarde, el 16 de julio, ambos registraron un retroceso: Doria Medina bajó a 21,76% y Quiroga a 20,70%, reduciendo la diferencia a poco más de un punto porcentual. El 1 de agosto, en la tercera medición, Doria Medina repuntó hasta el 24,5%, pero Quiroga no se quedó atrás y alcanzó el 22,9%, manteniendo una distancia de apenas 1,6 puntos. La cuarta encuesta, difundida el 8 de agosto, introdujo un giro: Quiroga pasó al frente con 24,45%, mientras Doria Medina descendió a 23,64%. La brecha final fue de 0,81 puntos porcentuales, por debajo del margen de error muestral de ±2,2%, confirmando un empate técnico y anticipando una definición voto a voto en los últimos días de campaña.
Según la última proyección de El Deber, la votación del 17 de agosto no arrojará un ganador en primera vuelta, por lo que se convocará a un balotaje el 19 de octubre.
Los especialistas coinciden en que la diferencia tan estrecha entre ambos aspirantes impide cualquier predicción definitiva. La historiadora Sayuri Loza advirtió que los candidatos “se están pisando los talones”. El politólogo Daniel Valverde afirmó que “no hay un ganador en estas elecciones” y la economista Claudia Pacheco destacó el carácter histórico de esta contienda, ya que por primera vez en dos décadas el balotaje no incluiría a un representante del bloque izquierdista, sino a dos figuras opositoras al MAS. El analista político Rolando Shrupp, por su parte, cuestionó la efectividad de las estrategias proselitistas y señaló que “los equipos se aplazaron” al no conseguir un crecimiento sostenido en la intención de voto.
El artículo 166 de la Constitución Política del Estado (CPE) determina que, al igual que en la Argentina, para ganar en primera vuelta, una fórmula presidencial debe obtener más del 50% de los votos válidos o al menos el 40% con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo. Si ninguno lo logra, se convoca a una segunda vuelta entre las dos fórmulas más votadas, que debe celebrarse dentro de los 60 días posteriores. Según la Ley del Régimen Electoral, en esta instancia solo participan las dos candidaturas con mayor respaldo en la primera ronda, y la que consiga mayoría simple de votos válidos se consagra ganadora.
Mientras Quiroga y Doria Medina acaparan la atención principal, en el segundo bloque de aspirantes también se registran movimientos. El senador tarijeño Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, consolidó su lugar como tercera fuerza con un 9,10% de la intención de voto, manteniendo la posición alcanzada en encuestas anteriores. Le sigue de cerca Manfred Reyes Villa (APB-Súmate) con 8,79%, mientras que Andrónico Rodríguez (Alianza Popular) aparece en quinto lugar con 8,46%, aunque con una tendencia descendente pronunciada desde el 14,69% que obtuvo en la primera medición de junio. Más rezagados se ubican Jhonny Fernández (2,44%), Eduardo Del Castillo (MAS) con 1,83%, Pavel Aracena (0,33%) y Eva Copa (0,20%), quien ya se retiró de la contienda.
Eduardo Del Castillo, de 36 años, es el la carta con la que juega el oficialismo de Luis Arce. Reprobado por la oposición del expresidente Evo Morales y ministro del Interior de Arce, Del Castillo fue una de las causas de la fragmentación del MAS. Desde 2021, Morales criticó al joven abogado, pidió su renuncia y lo acusó de proteger al narcotráfico en Bolivia.
Uno de los elementos que añade incertidumbre al desenlace es la magnitud del voto no definido. El 9,91% de los encuestados declaró su intención de votar en blanco, el 5,74% se inclinó por el voto nulo —opción promovida por el expresidente Evo Morales— y el 5,10% se mantiene indeciso. En conjunto, este segmento representa el 20,75% del electorado, una porción lo suficientemente grande como para inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos candidatos en carrera.
La última encuesta, realizada entre el 31 de julio y el 4 de agosto de 2025, incluyó 2500 entrevistas presenciales en 100 localidades de todo el país, con un margen de error de ±2,2% y un nivel de confianza del 95%. La muestra fue proporcional según departamento, zona, edad y género.
Agencia AFP
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