La voz más respetada de la literatura israelí rompe el silencio y dice la palabra que Netanyahu no quiere oír: “genocidio”

1


ROMA.- “Durante muchos años me negué a utilizar esa palabra. Pero ahora, con las imágenes que he visto, con lo que he leído y oído de las personas que han estado allí, ya no puedo contenerme. Con inmenso dolor, con el corazón partido, debo constatar que está ocurriendo delante de mis ojos. ‘Genocidio’. Es una palabra avalancha: una vez que la pronuncias, no hace otra cosa que crecer, como una avalancha justamente. Y trae aun más destrucción y más sufrimiento”.

Con estas palabras llenas de dolor, David Grossman, el más importante escritor israelí vivo, desde hace décadas candidato al Nobel de Literatura, rompió el silencio. Y, en una entrevista de tapa al diario italiano La Repubblica, se sumó a las voces que, desde el propio Israel, comienzan a levantarse para denunciar lo que está sucediendo en la Franja de Gaza.

Días atrás, en efecto, las organizaciones humanitarias israelíes B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos, acusaron al gobierno del premier Benjamin Netanyahu de estar cometiendo un “genocidio”. Algo parecido hizo la jurista israelí Orit Kamir, que desde el diario israelí Haaretz definió lo que ocurre en Gaza “una traición a las víctimas del Holocausto”; el historiador israelí, Omar Bartov, experto en genocidios, en un extenso artículo en The New York Times no dudó en afirmar que es eso lo que está ocurriendo en el enclave palestino.

Yazan Abu Ful, un niño de 2 años que padece desnutrición, mira a su alrededor el miércoles 23 de julio de 2025 en el campamento de refugiados Shati, en Ciudad de Gaza. (AP Foto/Jehad Alshrafi)Jehad Alshrafi – AP

Nacido en Jerusalén en 1954, comprometido desde siempre con el diálogo palestino-israelí y que en 2006 perdió a un hijo de 21 años, Uri, durante la guerra en el Líbano, Grossman en la entrevista con La Repubblica explicó que decidió hablar porque ya no soportaba el espanto. “Siento la urgencia interior de hacer lo justo y que este es el momento para hacerlo”, dijo, al ser interpelado sobre los números de decenas de muertos que van acumulándose, a diario, en Gaza.

“Estoy mal. Aunque sé que esos números pasan a través del control de Hamas y que Israel no puede ser el único culpable de todas las atrocidades a las que asistimos. Pese a eso, leer en un diario o escuchar en las conversaciones con los amigos en Europa la yuxtaposición de las palabras ‘Israel’ y ‘hambre’, hacerlo partiendo desde nuestra historia, de nuestra presunta sensibilidad ante los sufrimientos de la humanidad, de nuestra responsabilidad moral que siempre dijimos tener hacia cada ser humano y no sólo hacia los judíos… todo esto es devastador. Y me confunde, no desde el punto de vista moral, sino personal”, comentó el gran narrador.

“Me pregunto: ¿cómo hemos podido llegar a este punto? ¿A ser acusados de genocidio? Aun sólo pronunciar esta palabra, ‘genocidio’, en referencia a Israel, al pueblo judío: bastaría esto, el hecho de que haya esta yuxtaposición, para decir que está pasando algo muy feo. Una vez un juez de la Corte suprema israelí dijo que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe de modo absoluto. Y es así como nos pasó: la Ocupación nos ha corrompido. Yo estoy absolutamente convencido del hecho de que la maldición de Israel nació con la Ocupación de los territorios palestinos de 1967. Quizás la gente está cansada de que se hable de eso, pero es así. Nos hemos convertido muy fuertes del punto de vista militar y hemos caído en la tentación generada por nuestro poder absoluto y por la idea que podemos hacer todo”, añadió, entrevistado por la reconocida periodista Francesca Caferri, experta en Medio Oriente.

“Debemos encontrar el modo de salir de esta asociación entre Israel y el genocidio. Ante todo, no debemos permitir que quienes tienen sentimientos antisemitas usen y manipulen la palabra genocidio. Y después tenemos que preguntarnos: ¿somos capaces, como nación, somos lo suficientemente fuertes para resistir a los gérmenes del genocidio, del odio, de los asesinatos de masa? ¿O debemos rendirnos al poder que nos garantiza el hecho de ser los más fuertes? Escucho gente como Smotrich y Ben Gvir (dos ministros israelíes de extrema derecha) decir que debemos reconstruir asentamientos en Gaza: pero ¿qué dicen? ¿No recuerdan qué pasaba cuando estábamos ahí, con Hamas que mataba a centenares de civiles israelíes, mujeres y niños, sin que pudiéramos protegerlos?», siguió.

Itamar Ben-Gvir (izquierda) y Bezalel Smotrich (derecha) ejercen una importante influencia en el Ejecutivo que dirige Benjamin NetanyahuGetty Images

No hemos dejado Gaza por generosidad, sino porque no podíamos proteger a nuestra gente. El gran error de los palestinos es que podrían haber podido transformarla en un lugar floreciente, pero en cambio han cedido al fanatismo y la han usado como rampa de lanzamiento de misiles contra Israel. Si hubieran decidido otra cosa quizás esto habría empujado a Israel a ceder también Cisjordania y poner fin a la ocupación hace años. En cambio los palestinos no fueron capaces de resistir a la tentación del poder: ellos nos dispararon a nosotros, nosotros les disparamos a ellos y nos hemos encontrado en la situación de siempre. Si nosotros y ellos hubiéramos sido más maduros políticamente, más valientes, la realidad podría haber sido totalmente distinta”, lamentó.

El autor de Gran Cabaret y La vida juega conmigo, entre muchos otros títulos traducidos a decenas de idiomas, se mostró a favor de la solución de los dos Estados, que consideró la única alternativa. Y definió “una buena idea”, la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de un reconocimiento de un Estado palestino: “no entiendo la histeria con la que fue recibida aquí en Israel”, dijo.

“Quizás tener que confrontarse con un Estado verdadero, con obligaciones reales, no con una entidad ambigua como la Autoridad Nacional Palestina, podrá tener sus ventajas. Es claro que deberá haber condiciones bien precisas: nada de armas. Y la garantía de elecciones transparentes en las que sea vetado cualquiera que piensa en el uso de la violencia contra Israel”, añadió.

La entrevista tuvo gran repercusión, también en Italia. Nicola Fratoianni, líder de Izquierda Italiana, en su X se preguntó: “¿Después de las palabras de Grossman qué van a hacer los ministros del gobierno Meloni? ¿Dirán que es antisemita? ¿Se atreverán a decir que es aliado de Hamas? ¿Pero no se avergüenzan de ser cómplices del criminal Netanyahu?”, disparó, aludiendo a la posición hasta ahora pro-israelí del gobierno de derecha de Giorgia Meloni y elogiando el “lúcido y amargo análisis” de uno de los grandes intelectuales israelíes.