El crédito privado sigue en expansión, pero las tasas de interés no ceden

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El crédito al sector privado sigue en plena expansión. De la mano de los préstamos comerciales, los hipotecarios y los prendarios, las financiaciones en pesos acumulan 14 meses consecutivos de crecimiento y viajan a una velocidad de $4 billones mensuales promedio durante el último año, lo que deja atrás el piso histórico que alcanzaron en abril del año pasado. Sin embargo, algunas de las líneas empezaron a tener una menor demanda, en un contexto donde las tasas de interés no ceden.

En números, el saldo total de los préstamos en pesos al sector privado llegó a $76,1 billones en junio, una suba de 5,1% mensual en términos nominales. En tanto, el crecimiento interanual fue del 163,5%, frente a los $28,9 billones al cierre del mismo mes del año pasado. Si se tiene en cuenta el avance de la inflación, fue un alza real del 3,1% mensual y 88,2% anual, de acuerdo con un análisis de First Capital Group. Aun así, muestra una desaceleración respecto a meses previos, al tener en cuenta que el promedio de los seis meses anteriores fue del 3,9% mensual.

Luego de años sin oferta, los préstamos para acceder a una vivienda volvieron a liderar en junio al ver la suba mensual, incluso a pesar de que los bancos aumentaron en los últimos meses las tasas de interés. Algunas entidades cobran una tasa UVA (inflación) más 10% anual, cuando un año atrás eran del 5,5%. Esta línea totalizó los $3,8 billones, con un alza en términos reales del 10,7% y del 336,9% anual.

“Es la única línea que se destina prioritariamente a las familias que pudo incrementar sus saldos en un valor absoluto mayor que el mes inmediato anterior, lo cual indica que su curva de ascenso se mantiene firme y sigue atrayendo cada vez más interesados”, resaltó Guillermo Barbero, socio de First Capital Group. El fenómeno se explica en un contexto en el que hubo pocos períodos de la historia argentina en los que se habilitaron este tipo de líneas.

Préstamos al consumo en pesos en relación al PBI. Fuente: LCG

Los préstamos comerciales en pesos volvieron a ganar relevancia y fueron los que mayor contribución al crecimiento general del crédito hicieron, luego de varios meses sin mucha demanda, ya que las compañías preferían endeudarse en dólares. Esta línea alcanzó los $26,7 billones en junio, con un avance real del 5% mensual y 52,7% interanual.

“Los motivos de este comportamiento de la demanda, podemos encontrarlos en algunos comentarios sobre la posible fluctuación del tipo de cambio”, explicó Barbero.

La línea de créditos prendarios también se desaceleró y en junio acumuló un saldo de $4,9 billones, un avance real del 3,6% mensual y del 147,9% interanual. Para el analista, se trata de meses de relativa calma para el sector, con un crecimiento que se encuentra entre los más bajos del semestre.

Algo similar sucedió con los préstamos personales, línea que sumó $16,3 billones el mes pasado, un alza del 1,8% real y del 187,2% frente a junio del año pasado. Estos créditos sufrieron una importante desaceleración en el ritmo de crecimiento, y el volumen de variación mensual de junio fue la mitad de lo que representaba durante los primeros meses del año.

“Debemos tener en cuenta que los trabajadores formales perciben en esta época la primera mitad del sueldo anual complementario, lo cual puede retrasar los pedidos de nuevas financiaciones y también acelerar algunas cancelaciones de préstamos tomados anteriormente”, aseguró Barbero. Además, esta línea de crecimiento tiene una tasa nominal del 72% anual desde mayo del año pasado, a pesar de que se espera una inflación del 30% para este año. Es decir, más que la duplican.

Tasas activas de los préstamos. Fuente: Lcg

Más notorio es lo que pasó con la línea de tarjetas de crédito, en el último mes de entrada en vigencia del programa estatal Cuota Simple. Las operaciones sumaron $19,5 billones en junio, lo que representó una caída real mensual del 0,9%, y un crecimiento anual del 64,1%. Se trata del segundo mes consecutivo con baja demanda para esta línea.

“Si bien también afecta la cercanía del aguinaldo, la mayor influencia en la caída la debemos buscar por el lado de la ausencia de programas de cuotas con y sin interés. Se ha comprobado en anteriores momentos que la utilización de esas herramientas potencia el crecimiento de la cartera y su ausencia las deprime”, completó Barbero. A partir de este mes, sin Cuota Simple, algunas procesadoras de pago sacaron sus propios planes de financiamiento.

Hay un dato que miran los economistas y que enciende algunas alertas para los meses venideros. Desde la salida del cepo a mediados de abril, los depósitos en pesos aumentaron 10,1% y los depósitos en dólares un 5,4%. No obstante, en ese mismo rango de fechas, los préstamos al sector privado en pesos aumentaron 15,3% y los créditos en dólares un 14,6%, según el analista Salvador Di Stéfano.

“Nos preocupa que los bancos estén perdiendo liquidez, que no logren incrementar depósitos en pesos y dólares al mismo ritmo que aumentan las financiaciones. En algún momento, se va a producir una escasez de financiamiento, que hará espiralizar la tasa, y esto traerá como correlato problemas en la morosidad de los bancos”, agregó.

Dólar e inflación: la economía rumbo a octubre. Juan Carlos de Pablo, mano a mano con Morales Solá

La morosidad del sistema financiero aumentó en abril y alcanzó el 2,2%, lo que empezó a ser foco de atención de los bancos. En el segmento de familias, la morosidad escaló 0,4 puntos porcentuales y llegó al 3,7%. “El aumento de la tasa de morosidad empezó a afectar especialmente a las familias, en un contexto de tasas de interés activas relativamente altas. En junio, la tasa de préstamos personales siguió moviéndose al alza, agravando aún más esta situación. Además, diversos motivos, como la desinflación, cambios normativos o el fin de las LEFI estimularán el aumento en el spread de tasas en el futuro”, agregaron desde la consultora económica LCG.

Tema aparte son los préstamos en dólares, que alcanzaron los $16.234 millones para el total acumulado de junio. Fue un crecimiento mensual del 3,2% y del 152,2% frente a un año atrás. El 76,4% de la deuda está en préstamos comerciales, los cuales aumentaron 2,6% mensual y 164,3% anual. “El carry cubierto para estimular los préstamos en dólares seguramente esté llegando a su fin, en tanto, las expectativas de depreciación continúan al alza”, agregaron desde LCG.

En cuanto al saldo financiado en dólares de las tarjetas de crédito, el mes pasado cerró en US$639 millones. En este caso, fue una caída del 18% mensual, pero muestra un alza del 40,4% frente a junio del año pasado.

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