Gabriel Caamaño: “Se pueden acumular reservas y tener una desinflación un poquito más lenta”

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Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier, se destaca en el análisis que suele hacer por tener una mirada transversal de la economía. En una entrevista con LA NACION, habló sobre la sostenibilidad del plan económico del Gobierno.

–¿Qué análisis hace a más de dos meses del nuevo esquema cambiario?

–Me parece que fuimos a un régimen que es mucho mejor, que es mucho más flexible y que en caso de que se necesiten correcciones, no hace falta abandonar el régimen, porque es una flotación con bandas, que se van abriendo. Hay también un régimen monetario más definido, que sigue siendo de transición, porque es de agregados, pero ya tiene un poco más de forma, y el ancla fiscal sigue vigente. Dicho eso, me parece que en la implementación se sigue usando el ancla cambiaria, que se la está forzando un poquito, sobre todo vía mercados futuros. Si se quiere hacer esto durante mucho tiempo, puede traer problemas. Si es por algún tiempo limitado, puede caminar, pero en algún momento van a tener que aflojar.

–¿Aguanta hasta las elecciones?

–Hasta octubre parece mucho forzarlo, por eso hace ruido que hayan empezado tan rápido a forzarlo y tan bajo, cuando el tipo cambio apenas estaba en la mitad de la banda. Igual va cambiando, en mayo fue mayor el nivel de intervención en futuros, pero en junio aparentemente todo indica que fue menor. Lo importante sería que sea gradual, que cada vez se lo vaya forzando menos. Y en todo caso, que se guarden esa capacidad de intervención para cuando tengan algún evento disruptivo o de volatilidad, que no ha pasado.

–En la segunda parte del año, cuando no haya tanta liquidación del agro, ¿podría haber una mayor intervención?

–Sí, hay algo de eso. Pero es un tema de dónde intervinieron, que fue cuando el tipo de cambio estaba de la mitad de la banda para abajo y sin volatilidad. En esta etapa del año suele haber más oferta asociada a la cosecha, pero después también va a haber más oferta de la energía. A mí me hace más ruido haber forzado antes la intervención. El tema de la estacionalidad en el mercado de cambios a la larga es relativo; aparte ya debe estar incorporada en los precios, porque uno ya sabe que va a haber un pico estacional. Me hace más ruido el nivel en el que intervinieron en mayo, que seguro lo hicieron mirando el número de inflación.

“Yo tiendo a coincidir con Cavallo: no es blanco o negro esto, se puede acumular algo de reserva, tener una desinflación un poquito más lenta e intentar ganar las elecciones”, dice Gabriel CaamañoValeria Rotman

–Y les funcionó, porque el dato de inflación de mayo fue 1,5%.

–Por eso digo que seguimos con ancla cambiaria, que la van llevando con los contratos de futuros. En mayo hicieron una apuesta y les salió bien, pero hay que ver qué correlato eso tiene hacia adelante. Ellos pueden decir que intentaron romper la inercia o reanclar las expectativas. Veremos los próximos meses cómo siguen los datos de inflación y si eso fue cierto o no. También tenemos que ver si en algún momento el proceso desinflacionario se independiza del ancla cambiaria, porque si no, nunca van a poder tener más flexibilidad del tipo de cambio.

–La contracara de tener el ancla cambiaria es que el Gobierno decidió no sumar reservas a través de la compra de dólares en el mercado. El exministro Domingo Cavallo dice que la falta de reservas genera ruido en cuanto a la sostenibilidad de poder mantener el nivel actual del tipo de cambio. ¿Coincide?

–Sí, pierde sustentabilidad el proceso. Está bastante desarrollada la relación entre reservas internacionales y riesgo país, luego de una conferencia que dio Alan Greenspan [expresidente de la Reserva Federal] a fines de los 90 y después salieron varios papers sobre el tema. Uno de ellos incluso lo escribió Federico Sturzenegger [ministro de Desregulación] en 2023. El Gobierno decidió no mejorar el riesgo país para asegurarse una desinflación más rápida. Cavallo dice que ellos eligieron ir más rápido, pero a costa de ganar sustentabilidad y hacer el proceso más robusto. La baja del riesgo país mejora la actividad y la acumulación de reservas sirve para cubrirnos de algún shock de los movimientos de capitales o de los precios. El Gobierno eligió velocidad sobre robustez. En eso tiene un punto Cavallo. No es algo que inventó, eso está bastante documentado en la teoría.

–El Gobierno dice que el riesgo país va a caer si ganan las elecciones y que para eso necesita que la inflación baje rápido.

–Es una apuesta. Cada uno en la vida elige qué riesgo correr. El Gobierno dice que prefiere correr el riesgo de no acumular reservas y estar más expuesto a cualquier choque externo que pueda haber hasta las elecciones, pero no quiere correr el riesgo político de no ganar las elecciones. Yo tiendo a coincidir con Cavallo: no es blanco o negro esto, se puede acumular algo de reserva, tener una desinflación un poquito más lenta e intentar ganar las elecciones. No hace falta jugar un pleno a rojo o negro, se puede tener una estrategia mixta. El Gobierno está mucho más jugado a la baja de la inflación porque entiende políticamente que es su principal activo y está subordinando todo a eso.

Gabriel Caamaño: “La baja del riesgo país mejora la actividad y la acumulación de reservas sirve para cubrirnos de algún shock de los movimientos de capitales o de los precios”Valeria Rotman

–¿Ayudan a sumar reservas las emisiones del Bonte 2030 que hace Finanzas, donde los inversores se suscriben con pesos?

–Cuando colocan deuda en pesos contra dólares, están comprando dólares adentro de la banda al tipo de cambio al que le aceptan los dólares para la suscripción en pesos. Porque los inversores le venden los dólares al BCRA para hacerse de pesos para comprar los bonos. No hay diferencia desde el punto de vista monetario o cambiario.

–Si es lo mismo que comprarles dólares a los exportadores, ¿por qué de entrada no se compraron reservas de esta forma?

–En mayo hicieron fuerza para que el tipo de cambio vaya al piso de la banda para comprar dólares y no salió. Entonces ahora buscaron la manera de empezar a acumular algo de reservas, que es muy insuficiente. Pusieron el tope de US$1000 millones por mes y en junio no lo están agotando. Ellos quieren acumular reservas sin presionar al alza el tipo de cambio. Igualmente, la señal de convalidación la tuvieron que dar, porque el día que colocaron el primer Bonte, convalidaron que estaban comprando dólares adentro de la banda, y así lo leyó el mercado. El Gobierno está todo el tiempo intentando tener el tipo de cambio lo más alineado posible con la desinflación rápida mientras que intenta acumular reservas, porque saben que, si no acumulan, la baja del riesgo país va a ser muy lenta y la economía empieza a necesitar que los tractores que movilizan la actividad cambien.

–¿Qué significa eso?

–Hasta acá, la economía vino traccionando con el consumo, que, en el primer trimestre, a precios constantes, el ratio consumo PBI está en máximos históricos. Nunca el consumo privado representó tanto del PBI. Los dos picos anteriores fueron en los segundos trimestres de 2018 y 2023. Hasta acá hubo una recuperación muy basada en consumo privado, gracias a la recuperación del salario, del crédito y por el blanqueo. La inversión se viene recuperando, pero en niveles que todavía en términos del PBI son bajos; en el primer trimestre, dio menos que el promedio de 2023 y fue parecido a 2021 y 2022, que son años de recuperación con mucha capacidad ociosa. Las exportaciones en el primer trimestre, a su vez, dieron caída. Nosotros necesitamos que el consumo empiece a ceder en el liderazgo a la inversión y a la exportación. Eso no significa que el consumo no tiene que crecer, sino que tiene que crecer como una consecuencia de que crece el ingreso. Pero lo que genera el crecimiento del producto son la inversión y las exportaciones. Por ahora venimos en un proceso donde se recupera el consumo, entonces crece el producto. Ese orden tiene que cambiar para que esto sea más sustentable. Hasta ahora este proceso de recuperación sigue teniendo ese liderazgo del consumo, que es más una continuidad contra los procesos de recuperación anteriores que algo distinto.

–¿Cómo se cambia eso?

–Para que haya inversión y aumenten las exportaciones, hay que mejorar la rentabilidad. El problema es que la presión impositiva es muy alta sobre los sectores transables y el tipo de cambio real se apreció. El campo, por ejemplo, ve que con sembrar solo trigo no le cierra la cuenta, entonces tiene que hacer trigo y soja de segunda, pero si no le levantan de nuevo las retenciones, tampoco sabemos si le cierran las cuentas. Eso le está pasando a muchos sectores. Ahí está el tema de la secuencia, porque esto se soluciona bajando los impuestos, pero ahí se pierde el ancla fiscal. Entonces, ¿cómo se le mejora la rentabilidad a los sectores transables, sin abortar el proceso desinflacionario con una devaluación, y sin perder el ancla fiscal? Hay un problema de secuencia, pero no es insolucionable, se pueden hacer reformas o licitaciones para mejorar la infraestructura económica.

“Nosotros necesitamos que el consumo empiece a ceder en el liderazgo a la inversión y a la exportación”, dice Gabriel CaamañoValeria Rotman

–La experiencia argentina muestra que cada vez que el crecimiento económico fue liderado por el consumo, el país se quedó sin dólares y se terminó con una devaluación y con una nueva aceleración inflacionaria. ¿Por qué esta vez no pasaría lo mismo?

–El Gobierno tiene dos cosas diferentes para mostrar que son las dos cosas que mejor hizo: el tema fiscal y el proceso de desregulación, que todavía no hizo del todo, pero que dice que va a hacer, como reformar el mercado laboral. Pero con esas dos cosas solas no va a lograr romper esa ecuación, y el Gobierno lo sabe, por eso el año pasado lanzó el blanqueo y ahora intentó hacer algo similar, que todavía no arranca.

–Están los funcionarios del Fondo en el país, ¿la meta de reservas del BCRA se cumplió?

–La meta de reservas está incumplida, pero no sabemos en realidad, porque dijeron que la van a posponer. Aun posponiéndola no parecería que se fuera a cumplir, porque están US$3000 millones abajo de la venta y ahora viene el pago de los Bonares y Globales, que van a consumir más de US$4000 millones, con lo cual las reservas van a ser más negativas. Las metas de septiembre y de diciembre de reservas tampoco parecería que las vayan a cumplir. Tendría que haber un cambio muy significativo en el enfoque del Gobierno, y aun habiéndolo, me parece que ya pasó el momento en que se podrían haber sumado tantas reservas. Capaz que después de las elecciones hay un cambio muy fuerte y pueden obtener mucho financiamiento en moneda extranjera.

–¿Preocupa eso?

–Parece que la meta de reservas es la que menos le importa al Fondo; le importa más que se cumplan la monetaria y la fiscal. Con la fiscal nadie duda que la van a cumplir. Me parece igual que el Fondo está muy laxo. Cuando desembolsó los US$12.000 millones de entrada, ya se entregó. ¿Qué incentivo tiene el Gobierno en cumplirle, si ya le dio lo que quería de entrada? No creo que haya problema con el Fondo con la meta de reservas, mientras le cumpla lo fiscal y la meta monetaria. Pero sí le puede hacer ruido al organismo cuando el BCRA interviene en futuros con tanta fuerza, como ocurrió en mayo. Sobre todo, porque en el acuerdo se hablaba de la necesidad de que el tipo de cambio haga un proceso de price discovery dentro de la banda.

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