TEHERÁN.- El líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, afirmó este miércoles que su país no se rendirá, en el sexto día de confrontación abierta con Israel, y lanzó un fuerte mensaje de advertencia a Estados Unidos.
“La nación iraní se opone firmemente a una guerra impuesta, como se opondrá firmemente a una paz impuesta. Esta nación nunca se rendirá a los dictados de nadie”, afirmó Khamenei, según un comunicado oficial leído por un conductor de la televisión estatal, al día siguiente de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le exigiera al régimen islámico un “rendición incondicional”.
Igualmente, agregó, “los norteamericanos deben saber que cualquier intervención militar por su parte implicará daños irreparables”.
Más temprano, Esmail Baghaei, vocero del Ministerio de Exteriores iraní, advirtió en una entrevista con Al Jazeera English que “cualquier intervención estadounidense sería la antesala de una guerra total en la región”. No ofreció más detalles, pero miles de soldados estadounidenses están estacionados en países cercanos al alcance de las armas iraníes. Washington amenazó con una respuesta masiva a cualquier ataque.
Otro funcionario iraní dijo que el país seguiría enriqueciendo uranio con fines pacíficos, descartando aparentemente las exigencias de abandonar su controvertido programa nuclear.
Las declaraciones de Khamenei, quien solo fue visto una vez desde que comenzaron los ataques, se produjeron después de que Donald Trump exigiera una “rendición incondicional” en una publicación en redes sociales y advirtiera al líder supremo que Washington sabe dónde se esconde, pero que no hay planes para matarlo “al menos por ahora”.
Trump, que inicialmente se distanció del ataque sorpresa lanzado por Israel que desencadenó el conflicto el viernes, dio señales en los últimos días una mayor participación estadounidense, afirmando que quiere algo “mucho más grande” que un alto el fuego. Estados Unidos también envió más aviones de combate a la región.
El presidente norteamericano está ante una decisión crítica en la guerra. Mientras que aún podría seguir apostando por algún tipo de vía diplomática que presione a Irán a renunciar al enriquecimiento de uranio, otra opción es que ceda a los pedidos de Israel para que le provea a su aliado la bomba Massive Ordnance Penetrator (GBU-57), conocida como el mayor “destructor de búnkeres”, que servirían para destruir las instalaciones nucleares subterráneas iraníes.
Según los expertos, la GBU-57 solo puede ser trasladada por un bombardero B-2 norteamericano. Israel no posee ni el arma ni el aparato necesarios para transportar esa bomba y lanzarla sobre los objetivos.
Más allá de las amenazas, continúa el fuego cruzado en el sexto día de ataques. Aviones de combate israelíes bombardearon Teherán durante la noche y la madrugada del miércoles, mientras Irán lanzó una pequeña andanada de misiles hacia Israel sin reportes de bajas.
Los últimos ataques israelíes alcanzaron una instalación donde se fabricaban centrifugadoras de uranio y otra de componentes de misiles, según el ejército de Israel. Además, reportó haber interceptado diez misiles durante la noche, mientras disminuyen los ataques de represalia de la república islámica.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), de la ONU, dijo que Israel atacó dos instalaciones de producción de centrifugadoras dentro y cerca de Teherán.
El ejército israelí dijo que también llevó a cabo ataques en el oeste del país, donde golpeó sitios de almacenamiento de misiles y un lanzador de misiles cargado.
Los ataques israelíes han alcanzado varias instalaciones nucleares y militares y mataron a altos generales y científicos nucleares. Un grupo de derechos humanos con sede en Washington dijo que al menos 585 personas, incluyendo 239 civiles, murieron y más de 1300 han resultado heridas.
Por su parte, Irán lanzó unos 400 misiles y cientos de drones en ataques de represalia que mataron a por lo menos 24 personas en Israel y dejaron cientos de heridos. Algunos proyectiles impactaron en edificios de departamentos en el centro de Israel, causando graves daños, y las sirenas antiaéreas han obligado repetidamente a la población a correr hacia los refugios.
A medida que avanza el conflicto, Teherán ha disparado menos misiles. No ha explicado la disminución, pero se produce después de que Israel atacara puestos de lanzamiento y otra infraestructura relacionada con los misiles.
Agencias AP y AFP