Las auditorías en Salud comenzaron a funcionar como una topadora. Ese es el caso de la Obra Social del Personal Aduanero que, según fuentes oficiales, decidió avanzar con la baja voluntaria tras la solicitud de información y documentación de las autoridades nacionales. Asimismo, otras 11 entidades se encuentran en proceso preventivo de crisis y esta semana, tal cual adelantan, también podrían eliminarse. Entre ellas, se encuentra la de los técnicos de fútbol.
La Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), en la gestión libertaria, ganó notoriedad por el conflicto que el Gobierno mantuvo con las prepagas y por el fin de la triangulación entre ellas, sus usuarios y obras sociales que no eran las que brindaban prestaciones. Pero, “tras bambalinas”, impulsó auditorías a las entidades cuyas primeras consecuencias empezaron a sentirse.
Este martes dejó de existir la primera obra social desde que comenzó este proceso: la de los Aduaneros. Tal como indicaron desde despachos oficiales, “ellos solicitaron la baja voluntariamente”. Las autoridades adjudicaron dicha situación a la intención de evitar un ida y vuelta de documentación en medio de las auditorías iniciadas.
Un dato relevante sobre la situación de esta obra social, y que el Gobierno destacó en el Boletín Oficial, es que no registraba actividad. “No tuvo actividad desde su inscripción, por lo tanto, no ha tenido beneficiarios bajo cobertura ni desarrolló ninguna prestación médico asistencial”, indicó la resolución firmada por el superintendente de Servicios de Salud, Gabriel Oriolo.
En paralelo a esto, el Gobierno asegura que habrá más entidades que dejarán de pertenecer al Registro Nacional de Agentes de Salud, donde conviven obras sociales y prepagas habilitadas. De hecho, hay 11 que están en la mira.
Según adelantaron fuentes oficiales, ese listado está compuesto por la Obra Social del Personal de la Industria del Fósforo, Encendido y Afines; la Obra Social del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas; la Obra Social de Agentes de Propaganda Médica de Entre Ríos; la Obra Social de Técnicos de Fútbol; la Obra Social de Volkswagen Argentina; la Obra Social de Fedecámaras; la Obra Social de Empleados de Prensa de Córdoba; la Obra Social Peones de Taxis de Rosario; la Obra Social del Personal de Seguridad Comercial, Industrial e Investigaciones Privadas; la Obra Social del Personal de Prensa de Mendoza; y la Obra Social del Personal del Azúcar del Ingenio Ledesma.
El caso de estas 11 es distinto al de los Aduaneros, ya que no solicitaron su baja voluntariamente. Atraviesan una situación de crisis. En consecuencia, se espera un plan de contingencia para ellas. Si no fuera diseñado, las autoridades podrían proceder a eliminarlas del Registro Nacional de Agentes de Salud.
“Los Agentes del Seguro deben tener sus cuentas en orden y ofrecer prestaciones de calidad a sus afiliados. No hay lugar para entidades irregulares. Quienes no funcionen correctamente se liquidarán”, señalaron fuentes oficiales.
De esta manera, destacaron que la SSS retomó auditorías a obras sociales y a prepagas que “hace años” no se hacían.
Este nuevo panorama del universo de las obras sociales comenzó a mostrar sus primeras modificaciones luego del fin de la intermediación que ellas ejercían entre usuarios y prepagas. Según estimaciones oficiales, ese sistema absorbía $30.000 mensuales. Ese era el dinero que se quedaban obras sociales por el solo hecho de intermediar entre trabajadores registrados que derivaban sus aportes a las empresas de medicina privada.
La gestión libertaria dispuso el fin de esa triangulación en enero de este año. “Un golpe contra la casta”, describieron en su momento. En el Gobierno hablaban de “sellos de goma”, en situaciones en las que las obras sociales solo persistían por ser intermediadoras, sin brindar prestaciones. Este esquema quedó vigente solo en los casos en los que los usuarios hayan manifestado su deseo de conservarlo.