Los analistas Domingo Cavallo y Ricardo Arriazu, muy cercanos en su pensamiento económico al presidente Javier Milei, volvieron a advertir esta semana sobre la falta de acumulación de reservas. Dijeron que es necesario para que el Banco Central (BCRA) tenga “espalda ante cualquier eventualidad” y para eliminar la expectativa de que se produzca una fuerte devaluación a futuro.
En una charla que brindaron en el summit organizado por Facimex, ambos economistas analizaron la situación actual, dijeron que la Argentina no puede darse el lujo de “hacer pasos en falso”. Advirtieron también sobre la inflación en dólares, dijeron que eso afecta la competitividad del país y señalaron los peligros de abrir la economía con un tipo de cambio apreciado y sin un plan de reconversión de los sectores afectados.
En primer lugar, ambos analistas elogiaron la política fiscal del Gobierno y dijeron que, a diferencia de otras veces, actualmente es el Presidente el que tiene la convicción de reducir el gasto y no solo lo es el ministro de Economía.
Esta situación, indicaron, podría ayudar a explicar “por qué esta vez puede ser diferente”. Sin embargo, dijeron que hay que generar otras condiciones para que el programa económico sea sostenible en el tiempo.
En ese sentido, tanto Cavallo como Arriazu destacaron la falta de reservas del BCRA. “Es muy importante que el Gobierno logre acumular reservas propias, no tanto por el endeudamiento, sino por superávit de la balanza de pagos, que lo habilite a comprar divisas. A mí me gusta la idea de estabilizar el tipo de cambio, pero hay que hacerlo comprando reservas”, dijo el exministro de Economía de la convertibilidad.
Cavallo dijo que si el Banco Central comprara US$40 millones diarios, para fijarse una meta, eso le daría US$800 millones al mes y entre US$8000 y US$9000 millones al año.
“No creo que eso vaya a provocar un aumento muy grande del tipo de cambio. Y aunque se aumentara, con la disciplina fiscal que se ha logrado, el traslado a precios sería marginal y por un plazo corto”, dijo.
El también expresidente del Banco Central volvió a enfatizar que la compra de divisas “quizás postergaría un poco el descenso de la tasa de inflación”, pero advirtió: “Eliminar la inflación sin haber acumulado reservas es peligroso, porque puede haber, a partir de un determinado momento, una expectativa de que se va a producir una fuerte devaluación. Eso depende también de la situación política y de cuán segura esté la gente de si el Gobierno va a seguir con las reformas estructurales”.
El economista cordobés dijo que la acumulación de reservas no solo permite asegurar el pago de las importaciones y el servicio de la deuda, sino también facilita que el dólar funcione como moneda de intermediación financiera y que haya expansión del crédito basado en esa divisa. También dijo que ayudaría a que haya una remonetización en pesos, ya que se emiten para comprar dólares, y esto ayudaría a que bajen las tasas de interés y a que el crédito permita la reactivación de la economía.
“Con el crédito bancario en dólares y en pesos, está siempre el riesgo de una corrida bancaria, que es lo que nos pasó en 2001. Para enfrentar eso y mantener la estabilidad del sistema financiero, se necesita capacidad del Banco Central de eventualmente proveer liquidez. Por eso se necesitan mucho las reservas. El programa económico tiene que encontrar la forma de empezar a acumular reservas para consolidar el clima de estabilidad y posibilitar un crecimiento sostenido de la economía”, dijo Cavallo.
Arriazu coincidió “con el Mingo”, como le dijo, y criticó el sistema de bandas cambiarias, ya que el economista considera que el régimen de flotación no es el mejor para un país bimonetario como la Argentina.
“No estoy a favor de la banda, hemos metido un grado de incertidumbre y problemas para comprar dólares. Igualmente, al haberse estabilizado el tipo de cambio, no hubo problema y nadie puede decir que el Gobierno lo está atrasando. Pero, dentro de eso, querer llevar el tipo de cambio abajo para destruir la inflación tiene enormes problemas. Yo ya estaría comprando reservas”, dijo el economista tucumano.
En este sentido, Arriazu dijo que todavía “hay que ser muy cuidadosos en cómo se maneja el tipo de cambio”, ya que la Argentina “no puede darse el lujo de hacer pasos en falso”.
“Cuando yo supuestamente dije en una charla informal que se podían venir las bandas cambiarias, al día siguiente, todas las mesas de dinero reaccionaron, ya que el carry trade es una apuesta entre tasa de devaluación y la tasa de interés. Si uno cree que puede venir una suba de la tasa de devaluación, todo el mundo automáticamente pasa a cerrar posiciones y se pierden reservas. Todo eso es el impacto de cuando uno maneja mal el tipo de cambio”, dijo.
Arriazu dijo que hay que acumular US$100.000 millones de reservas, que nunca se van a acumular por la cuenta corriente. Como ejemplo, señaló que Brasil acumuló US$370.000 millones a través de la cuenta capital. “En ese período tuvo déficit en cuenta corriente. Pero hay que acumularla para tener la espalda ante cualquier eventualidad”, dijo.
Arriazu consideró igualmente una buena iniciativa las medidas del BCRA y del Ministerio de Economía que se anunciaron esta semana, ya que permiten acumular reservas, pero criticó que se incentive a los argentinos a gastar los dólares que están ahorrados.
“Sería un grave error tratar de incentivar a la gente a que gaste lo que tiene ahorrado. Eso generaría un exceso de demanda de bienes y un exceso de oferta de pesos, lo cual haría subir los precios en dólares. Los argentinos sacan por año fuera del sistema US$20.000 millones. Basta con que saquen US$10.000 millones para que la economía tenga una tremenda reactivación. Ese dinero va a servir en las próximas etapas, cuando haya que aumentar el stock de capital e invertir, pero eso se hace con confianza”, dijo Arriazu.
Con relación al riesgo país, dijo que si bien la Argentina tiene los mejores números macro de América Latina, tiene un nivel de 650 puntos básicos, cuando el promedio de América Latina es menos de 400, y Uruguay y Paraguay tienen menos de 100 unidades. “La explicación está en nuestra historia. Somos estafadores seriales y el problema es que la gente no sabe si no va a venir otro estafador serial”, señaló.
Cavallo destacó que esta vez “puede ser diferente porque el compromiso del equilibrio fiscal no es solo del ministro de Economía, sino del propio Presidente”. El padre de la convertibilidad destacó esa convicción de Milei, aunque dijo que a veces “se mete en explicaciones teóricas que nadie entiende y que incluso confunden a los propios economistas”.
También señaló que en términos del funcionamiento de la economía, “sería mejor que el Gobierno no pensara tanto en las elecciones de octubre”.
“De todas maneras, el resultado de las elecciones es clave, obviamente, para que después se puedan introducir los cambios en las leyes, pero a mí me parece que no tiene que abusar el Gobierno en tratar de inducir resultados que la gente pueda ver como artificiales y no sostenibles en el tiempo”, dijo Cavallo.
Por último, señaló que en el tema de la apertura de la economía, “no tiene efecto muy positivo hacerlo con un tipo de cambio bajo o habiendo forzado una apreciación del peso, porque obviamente se va a causar mucho daño”.
La mejor forma de hacerlo, por lo tanto, es avanzando con la desregulación de la economía. “Tiene que haber una desregulación en todo lo que es el comercio exterior, sobre todo eliminando retenciones, y lo mismo con la intermediación financiera. Para mí va demasiado lento y con pocas precisiones respecto de a qué ritmo y de qué manera va a ir avanzando”, señaló.
Arriazu advirtió también por los riesgos internacionales, sobre todo por la política comercial llevada adelante por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En el plano local, dijo que la clave está en que la convicción fiscal sea del Presidente. “Si además consigue apoyo de la gente en las elecciones, sería necesario para evitar que esto que se logró no se pierda”, señaló.
Para ello, volvió a advertir sobre los sectores “perdedores” con la apertura de la economía. “El proteccionismo castiga a los sectores que realmente tienen ventajas comparativas. Hay que cambiar eso y lamentablemente no hay otra alternativa que destruir. Eso va a generar bolsones de pobreza y de desempleo, que pueden generar problemas políticos. Por eso hay que estudiar dónde van a estar los sectores perdedores. Si se hace más lento, no se hace nunca. Pero al mismo tiempo, el que quiebra no es culpa de él. El que quiebra es porque le generaron los incentivos para que él invierta porque era la manera de producir. Saliendo de los equilibrios macro, este es el gran desafío que tenemos para que justamente el programa tenga sustentabilidad”, concluyó Arriazu.