LOS ÁNGELES.- La policía de Los Ángeles aplicó durante la noche del martes un toque de queda en el centro de la ciudad en un esfuerzo por sofocar cinco días de disturbios por las protestas contra las redadas migratorias del presidente Donald Trump, que ya se están expandiendo a otros estados.
Miembros de la Guardia Nacional permanecieron vigilantes detrás de escudos de plástico, pero no parecieron participar en los arrestos por parte de la policía durante las primeras horas de la medida.
Horas más tarde, muchos de los manifestantes se habían dispersado, aunque continuaban enfrentamientos esporádicos que fueron mucho más pequeños que en noches anteriores.
La alcaldesa de Los Ángeles, la demócrata Karen Bass, había declarado una emergencia local en el quinto día de protestas y dijo que el toque de queda se extendería desde las 20 del martes hasta las 6 de la mañana del miércoles. A su vez, indicó que se esperaba que durara varios días.
“Llegamos a un punto de inflexión” después de que 23 negocios fueran saqueados, dijo Bass durante una conferencia de prensa el martes.
El toque de queda cubre un área de 2,5 kilómetros cuadrados del centro que incluye el área donde vienen ocurriendo las protestas desde el viernes. La ciudad de Los Ángeles abarca casi 1290 kilómetros cuadrados.
La medida no se aplica a los residentes del área designada, personas sin hogar, medios acreditados o funcionarios de seguridad pública y emergencia, según el jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell.
McDonnell agregó que el “comportamiento ilegal y peligroso” había estado escalando desde el sábado. “El toque de queda es una medida necesaria para proteger vidas y salvaguardar la propiedad después de varios días consecutivos de creciente agitación en toda la ciudad”, dijo.
El gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, acusó antes a Trump de arrojar una “red de arrastre militar” sobre la segunda ciudad más grande del país con su uso creciente de la Guardia Nacional y el despliegue de marines, aunque el martes todavía no se los había visto en las calles.
Newsom solicitó a una corte que detuviera con urgencia la asistencia militar a los agentes federales de inmigración, después de que algunos guardias empezaran a proteger a los agentes mientras realizaban arrestos. Newsom alegó que eso sólo aumentaría las tensiones y promovería disturbios civiles. El juez fijó una audiencia para el jueves, lo que daba al gobierno varios días para continuar con esas actividades.
Trump activó a más de 4000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines a pesar de las objeciones de las autoridades de la ciudad y el estado. Originalmente fueron desplegados para proteger edificios federales.
La Guardia Nacional tiene autoridad para detener temporalmente a personas que ataquen a agentes, pero cualquier arresto finalmente sería realizado por las fuerzas del orden.
En un discurso público el martes por la noche, Newsom calificó las acciones de Trump como el inicio de un “asalto” a la democracia. “California puede ser la primera, pero claramente no terminará aquí. Otros estados son los siguientes”, dijo.
“Este descarado abuso de poder por parte de un presidente inflamó una situación combustible, poniendo en riesgo a nuestra gente, a nuestros oficiales e incluso a nuestra Guardia Nacional. Fue entonces cuando comenzó la espiral descendente”, dijo el gobernador demócrata, con aspiraciones presidenciales para 2028. “Volvió a elegir la escalada. Eligió más fuerza. Eligió la teatralidad en lugar de la seguridad pública (…) La democracia está en peligro”, agregó.
Las manifestaciones se extendieron a otras ciudades del país, incluidas Dallas y Austin en Texas, Chicago y Nueva York, donde se congregó un millar de personas y se realizaron múltiples arrestos.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, dijo que desplegará la Guardia Nacional el miércoles para “mantener el orden” ante las protestas previstas.
“La Guardia Nacional de Texas será desplegada en distintos puntos del estado para garantizar la paz y el orden. Protestar pacíficamente es legal. Dañar personas o propiedades es ilegal y desembocará en detenciones”, escribió en la red X el gobernador Greg Abbott, agregando que la Guardia empleará “todo tipo de herramientas” para ayudar a “mantener el orden”.
Las autoridades también se preparan para las manifestaciones anti-Trump que habrá en todo el país el sábado, cuando tanques y vehículos blindados recorrerán las calles de Washington DC en un desfile militar que marcará el 250 aniversario del Ejército estadounidense y coincidirá con el cumpleaños 79 del presidente.
Mientras tanto, Trump dejó abierta la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección, que autoriza al presidente a desplegar fuerzas militares dentro de Estados Unidos para suprimir rebeliones o violencia interna o para hacer cumplir la ley en ciertas situaciones.
Es uno de los poderes de emergencia más extremos disponibles para un presidente de Estados Unidos. “Si hay una insurrección, ciertamente la invocaría. Veremos”, dijo el martes desde la Oficina Oval.
Más tarde, el presidente llamó “animales” y “un enemigo extranjero” a los manifestantes en un discurso en Fort Bragg, que en principio pretendía conmemorar el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos.
Agencias AFP, AP, Reuters y ANSA
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