En un escenario de constante transformación tecnológica, la inteligencia artificial (IA) empuja hoy a las empresas a innovar en sus procesos a una velocidad sin precedentes. Sin embargo, todo cambio implica nuevos desafíos: ¿Cómo convertir a la IA en una aliada de los empleados de una empresa? ¿Cuáles son las claves para retener y potenciar su talento? ¿Por qué es fundamental que cada colaborador tome un rol proactivo respecto a las nuevas tecnologías? Esos fueron algunos de los ejes que se debatieron en el décimo capítulo del Summit de Recursos Humanos, organizado por LA NACION.
En la apertura del evento, Sergio Mondino, líder de Tecnología y Analítica en RRHH de Pan American Energy, señaló en una entrevista con la periodista Carla Quiroga que la irrupción de la IA plantea un cambio profundo en todo tipo de áreas y tareas. “Es algo 100% transversal. No hay profesión que no se vea atravesada por esto”, aseguró.
En este sentido, Mondino puntualizó que la verdadera transformación reside en la velocidad: “Hoy, cualquier persona con una computadora y una herramienta conversacional puede empezar, en cuestión de minutos, a crear, analizar datos y tomar decisiones complejas con mucha más información”.
En Pan American Energy desarrollaron IA Lab, un espacio de trabajo para dar a conocer y acercar a los colaboradores las herramientas que existen en el mercado. “La intención final es que la gente pueda aplicar la tecnología en su día a día, en tareas que son rutinarias y aburridas, para tener tiempo y aportar valor desde otro lado con las capacidades humanas”, comentó Mondino.
En efecto, la irrupción de la IA está redefiniendo cientos de profesiones alrededor del mundo, afirmó desde Silicon Valley Rebeca Hwang, managing director de Kalei Ventures y corresponsal de LA NACION en el futuro, en un diálogo con José Del Rio, secretario general de Redacción.
Además de delegar tareas repetitivas y tediosas a la IA, Hwang se detuvo en un fenómeno que denominó “la venganza humanista”: “Las habilidades más deseables del futuro van a ser la influencia social, la capacidad de aprender de uno mismo, la curiosidad y la capacidad de atender a un cliente”, disparó. También destacó que la programación, la matemática y los lenguajes computacionales desparecerán como habilidades esenciales en un trabajo.
En el panel “Liderazgo, talento, flexibilidad e innovación”, Esteban Sacchi (Ford Argentina), Melina Cao (Unilever), Érica Zamora (Cervecería y Maltería Quilmes) y Verónica Rodríguez Bargiela (Aeropuertos Argentina) compartieron la fórmula de cómo están transformando las prácticas de recursos humanos para adaptarse al nuevo escenario.
“Ya no buscamos gestores de tareas como antes. Hoy el liderazgo tiene que ser servicial, transparente, cercano. Un buen líder no es quien controla, sino quien desarrolla a otros y genera experiencias para que las personas elijan quedarse”, explicó Sacchi. En Ford, la transformación incluyó más de 40.000 horas de capacitación para adaptar al personal a una planta con 300 nuevos robots, junto con la incorporación de mujeres en roles tradicionalmente masculinos y la inclusión de personas trans y con discapacidad en la línea de producción. “La tecnología fue la excusa, pero el cambio fue cultural”, resumió.
Para Cao, el gran cambio de época está en cómo se percibe la flexibilidad: “Ya no es un beneficio, es una forma de trabajo. Pero para que eso funcione, los líderes tienen que creer en ella de verdad. Si lo decís y no lo vivís, se nota enseguida. Hoy no hay tiempo para incoherencias”. En Unilever, la construcción de la cultura organizacional se aborda de forma cotidiana, con foco en el lenguaje interno, el diseño de los espacios de trabajo y la promoción activa de conversaciones que reflejen los valores de la compañía, dijo. “La cultura es cómo se hacen las cosas acá, y los líderes son el pegamento que la sostiene. Pero ese liderazgo tiene que ser genuino, humano, imperfecto y auténtico”, agregó.
Por su parte, Rodríguez Bargiela remarcó la importancia de incorporar nuevas tecnologías desde una lógica colaborativa. En Aeropuertos Argentina lanzaron una academia de datos, diseñaron programas de alfabetización digital y formaron centros de expertise para democratizar el conocimiento dentro de la organización. “La inteligencia artificial no viene a reemplazar personas, viene a potenciar talento. Pero para eso hay que crear culturas ágiles, abiertas al cambio y sostenidas en la confianza”, dijo.
Con casi 20 años de experiencia en Cervecería y Maltería Quilmes, Érica Zamora resaltó la importancia de un liderazgo cercano, empático y en constante evolución. “La esencia del liderazgo no cambió, sigue siendo estar cerca de la gente. Pero ahora también hay que saber decir ‘no sé’, hay que saber aprender”, afirmó. En su visión, la convivencia entre generaciones dentro de las organizaciones representa una oportunidad, no un desafío. “Los más jóvenes traen una conexión muy fuerte con el propósito y una forma directa de expresar lo que sienten. Hoy no hay temas tabú, todo se pone sobre la mesa”, señaló.
En otro panel, Patricio Marzialetti, director de Recursos Humanos de Prisma Medios de Pago, Payway y Newpay; Sabrina Martins, directora de Recursos Humanos de Alsea en Sudamérica; y Sandro Cosentino, director de Talento Humano de Grupo Corven, discutieron sobre el futuro del trabajo y qué cambios se están viendo en sus empresas.
Hoy, el contexto marcado por la fuerte pisada de la IA requiere de un talento camaleónico y flexible, señaló Marzialetti. Desde las empresas, el gran desafío es tener gente con actitud protagonista, que quiera dejar huella y que no tenga incomodidad con los cambios constantes que a veces vienen, añadió.
Por su parte, Martins aseguró que cuando hay un interés genuino por parte de los equipos de usar la nueva tecnología lo más importante es formarlos para que puedan usarla a su favor. “Hay un aporte concreto en donde la inteligencia artificial acorta caminos que antes nos llevaban mucho más tiempo”, afirmó la ejecutiva.
Sobre las funciones de recursos humanos, Cosentino señaló que para las tareas de reclutamiento la nueva tecnología puede ser muy útil, sobre todo, para entender si la persona encaja o no con la cultura de la empresa. “Para esto, la inteligencia artificial puede jugar un rol fundamental para asociar perfiles con la misión y los valores de cada compañía”, dijo.
Otro de los paneles del evento abordó los desafíos de gestión cuando el talento escasea. “Nuestra estrategia es diferenciarnos, en el interior del país hay mucho talento al que apuntamos a capacitar y trabajar mucho en su desarrollo interno”, comentó Mauro Storero, gerente de Capital Humano de SanCor Salud, quien agregó: “Pese a que las nuevas generaciones tienen quizás inquietudes más cortoplacistas, como empresa tenemos que generar alternativas para que sigan siendo parte del proyecto”.
“En nuestro rubro encontramos que las carreras de ingeniería, sobre todo las de especialidad, tienen pocos egresados. Entonces eso hace que haya mucha sed por esos perfiles”, sostuvo Adriana Maggiotti, gerente ejecutiva de Desarrollo Organizacional, Compensaciones, Aprendizaje y Reclutamiento de YPF, en un panel que fue moderado por Ignacio Federico, prosecretario de redacción de LA NACION.
En tanto, la consultora senior de Recursos Humanos de Arcos Dorados, Eliana Fucaraccio, comentó: “Hoy los jóvenes buscan flexibilidad y estamos muy cerca de eso. El 85% de las personas que contratamos y que tienen entre 16 y 25 años están estudiando una carrera”.
“Hoy se compite en los procesos de selección contra el mundo también, porque muchos jóvenes buscan tener experiencias internacionales”, dijo Maggiotti. Entonces, una práctica que realiza YPF es asignarles un tutor para que los acompañe en los primeros pasos.
¿Puede una máquina detectar el talento mejor que un humano? ¿Qué sucede con quienes ocupaban tareas repetitivas ahora automatizadas? ¿Y qué rol deben asumir los líderes para no quedar fuera de juego? Estas fueron algunas de las preguntas que atravesaron el panel “La nueva agenda de los líderes”, del que participaron Alejandra Oniszczuk, directora general de AW Global; Federico Barni, CEO de Jobint; y Gonzalo Bergé, fundador de Possybl, una consultora no tradicional del mundo de los recursos humanos.
“Todo el proceso de reclutamiento y selección sigue siendo obsoleto. La IA tiene una gran oportunidad de hacerlo más ágil y conversacional”, afirmó Barni, al explicar que herramientas basadas en agentes inteligentes permiten prefiltrar candidatos con mayor precisión. Aunque, aclaró, la decisión final aún recae en una persona. “El disparador sigue siendo humano. Pero la IA puede reducir miles de perfiles a una selección más afinada y certera”.
Desde otra perspectiva, Oniszczuk, de AW Global, advirtió que muchas compañías todavía están en una fase de conversación más que de implementación efectiva. “Estamos hablando más de lo que estamos adoptando. Antes de incorporar IA hay que rediseñar la estructura organizacional con foco en el negocio. Y una vez que se redefine, recién ahí se empieza a mapear el talento y ver qué tareas puede tomar un agente y cuáles no”, sostuvo. Para ella, el cambio es profundo y personal: cada empleado deberá reinventarse y preguntarse qué valor puede seguir aportando. “Hoy hay agentes que hacen conciliaciones bancarias. Esa persona que antes pasaba cinco días en esa tarea, ¿qué va a hacer ahora?”, planteó.
Por su parte, Bergé, que hace un par de años se animó a dejar la vida corporativa para crear su proyecto, aportó una mirada desde la consultoría no tradicional. “Muchos CEOs acceden a posiciones con nuevos mandatos estratégicos. Pero las estructuras que encuentran fueron pensadas para modelos anteriores. Por eso ayudamos a rediseñar talentos, posicionamientos, incentivos y formaciones. El rol del talento humano sigue siendo clave, pero probablemente sea distinto”.
El consenso entre los oradores fue claro: el cambio es inevitable y requiere líderes con visión, adaptabilidad y compromiso. “Estamos en medio de una revolución del empleo. Una revolución que comenzó con la IA en manos del usuario y que ahora desafía a las organizaciones a adaptarse. No solo en sus procesos, sino en su cultura”, concluyó Oniszczuk.