La minería artesanal y de pequeña escala de oro es un pilar económico en la región senegalesa de Kédougou, donde se concentra el 98% de los sitios mineros del país. Estas explotaciones han llegado a producir aproximadamente 4,2 toneladas de oro en un año, y brindaron empleo a cerca de 32.500 personas. Los ingresos generados permiten a las comunidades locales acceder a servicios esenciales como salud, alimentación y educación.
Sin embargo, esta actividad ha provocado una degradación ambiental significativa. La deforestación, la erosión del suelo y la contaminación del agua, el aire y el subsuelo son consecuencias directas del uso de químicos como el mercurio en el procesamiento del oro. La minería artesanal es una de las principales fuentes de emisiones de mercurio en Senegal, con un uso anual estimado de 5,2 toneladas: 3,9 toneladas en Kédougou y 1,3 toneladas en la región de Tambacounda.
El mercurio, empleado por su accesibilidad y eficacia en la amalgamación del oro, representa graves riesgos para la salud de los mineros y las comunidades cercanas. La exposición a este metal puede causar debilidad muscular, problemas de visión y audición, y pérdida de coordinación y equilibrio. Además, la contaminación por mercurio afecta los ecosistemas acuáticos, especialmente en el río Falémé, deteriorando la calidad del agua y amenazando la biodiversidad.
En respuesta, el Ministerio de Minas y Geología de Senegal ha iniciado un proyecto para instalar unidades de procesamiento de oro sin mercurio en las zonas mineras de Kédougou. No obstante, los desafíos persisten. La deforestación se ha extendido más allá de los sitios mineros, afectando áreas como el Parque Nacional Niokolo-Koba, debido a la creciente demanda de madera para las actividades mineras. Asimismo, la degradación del suelo y la pérdida de tierras cultivables han incrementado la inseguridad alimentaria en la región.
Con información de CCE y Plan D’action National