Luego de que se conociera el caso de una mujer estadounidense que denunció haber sido abusada sexualmente en un vuelo de la línea aérea American Airlines, la empresa aseguró que están trabajando “en estrecha colaboración” con las autoridades en la correspondiente investigación.
“La seguridad de nuestros clientes y miembros del equipo es nuestra máxima prioridad. Nos tomamos este asunto muy en serio”, agregaron en un breve comunicado, enviado por correo electrónico, ante la consulta de LA NACION. “A esta persona no se le permitirá volar con nosotros”, se añadió en la escueta respuesta sobre lo sucedido y respecto del hombre acusado del delito.
El episodio, según consta en la denuncia judicial, fue en abril de 2024, cuando la víctima -identificada por los medios estadounidenses como Bárbara Morgan- viajaba desde San Francisco rumbo a Dallas para encontrarse con su hijo. Durante el vuelo nocturno, se sentó en una butaca contigua a la de Cherien Abraham. “Colocó la mano sobre el muslo de la demandante, la deslizó hacia la vagina y le acarició los genitales”, se describió en el documento que presentaron los abogados patrocinantes ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Norte de California la semana pasada.
Tras el ataque, la mujer intentó alertar a los auxiliares de vuelo de la línea aérea, pero —según su testimonio— no recibió respuesta por parte del personal de la aerolínea. Según el texto al que accedieron los medios locales, la agresión contra la mujer fue perpetrada por el mismo hombre oriundo de Texas que ya había sido denunciado ante la aerolínea por abuso de otra pasajera en un viaje de 2023.
La denuncia de Morgan también apuntó contra American Airlines porque, a su entender, desestimó su relato. Abraham fue arrestado y acusado por funcionarios federales en marzo de este año en relación con la presunta agresión a otras tres pasajeras en vuelos distintos.
“Es difícil describir lo traumático que es que un desconocido te toque así, en un avión lleno de gente, en un espacio reducido, sin ningún sitio adónde ir. Me sentí expuesta y, a la vez, completamente invisible”, relató Morgan, residente en California, durante una entrevista televisiva.
“Cuando el vuelo aterrizó y denuncié lo sucedido, esperaba que American Airlines interviniera y, como mínimo, me dijera que harían más para proteger a otras mujeres. En cambio, recibí respuestas frías y culpabilización, como si hubiera hecho algo malo. Esa vergüenza me acompañó”, agregó la mujer.