Francisco Cerúndolo y la era de la madurez: el salto que dio su tenis y por qué los mejores del mundo no quieren jugar contra él

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La victoria de Francisco Cerúndolo sobre Jakub Mensik por 3-6, 7-6 (7-5) y 6-2 que le permitirá jugar este sábado las semifinales de Madrid ante el noruego Casper Ruud no debe ser considerada una más. Más allá del valor de los números -de su segunda semifinal en un Masters 1000, del mejor ranking de su carrera que tendrá desde el lunes, de estar hoy octavo en la carrera hacia el Masters de Turín- a lo que debe apuntarse en este presente del mejor tenista argentino es el gesto de madurez que alcanzó en La Caja Mágica.

A veces se recuerdan las derrotas ajustadas. Esas que surgen en el inconsciente a la hora de encarar un gran desafío como el de los cuartos de final de un Masters 1000. De hecho, el año pasado tuvo tres partidos consecutivos en Indian Wells, Miami y Houston en los que perdió con Ben Shelton, Karen Khachanov y Luciano Darderi en el tie break del tercer set, respectivamente. “Estoy jugando bien, no puedo ganar estos partidos, estoy ahí y no lo puedo concretar”, decía por aquellos días.

Pero contra Mensik, Cerúndolo aguantó. Y mucho tras ceder el primer set y lograr el segundo en el desempate. No hubo quejas excesivas, no hubo descargas emocionales aunque esté en su esencia. No se puso mal aún perdiendo el saque en su primer turno de servicio en el que jugó muy mal. Mantuvo la energía siempre.

Mucha gente se preguntó en los últimos tiempos por qué Cerúndolo nunca pudo afirmarse en el top 20, por ejemplo. De hecho, apenas estuvo nueve semanas en ese grupo. Pero desde julio de 2022 (casi tres años), su peor ranking fue 37°. Le sobró regularidad aunque sin dar un gran salto que ahora está al alcance de la mano.

Claro que no es sencillo conseguir ese objetivo de ser top ten. El ranking avanza de a poco y cuando el embudo se hace cada vez más grande es más difícil llegar. Pero son este tipo de partidos como el que le ganó a Mensik los que sirven para intentar acceder a esa elite. Es importante, además, señalar que la ayuda de sus entrenadores, alguno por más tiempo y otros por menos, le permitió hacerse dueño de esos encuentros. Ahora, cuando tiene la ventaja, puede haber nervios, claro, pero hace lo que tiene que hacer y arrasa.

Cerúndolo está jugando un tenis -el mejor de su vida- que se ve reflejado en sus victorias y el ranking que se actualiza partido a partido muestra también una sensación inequívoca en el vestuario: no hay la menor duda en el circuito que los grandes jugadores no quieren cruzarse con jugadores como el propio Mensik o el estadounidense Tommy Paul, por dar dos ejemplos. Pero hoy mucho menos quieren que Cerúndolo quede en su camino hacia las instancias finales de los grandes torneos.

Ahora tocará Ruud. No es la mejor versión de Ruud aunque es superior a la que mostró en buena parte de la temporada en la justamente acaba de irse del top ten. Pero es la mejor versión de Cerúndolo y por eso hay licencia para ilusionarse. Porque además, si bien hay diferencias en el ranking, Cerúndolo le ganó cinco de los ocho partidos que jugaron, lo superó en los dos últimos y cedió apenas seis games en el último que disputaron hace menos de dos meses, en Miami.

Sin embargo, también el análisis del choque que se viene debe hacerse desde lo tenístico. Y allí también hay puntos favorables para nuestro compatriota. Lo más importante es que a Cerúndolo le encanta jugar con Ruud. ¿Por qué? Porque tendrá más tiempo para decidir y para ejecutar. Y en el duelo que se planteará de revés a revés, si el adversario no cambia al límite por un golpe paralelo, tendrá que correr muchísimo. Y, se sabe, en el tenis el que corre está en desventaja.

¿Más puntos favorables? En lo estadístico, en polvo de ladrillo y jugando contra tenistas top ten, Cerúndolo ganó nueve partidos y perdió siete. Y contra top five el record también es positivo con cinco victorias y tres derrotas. Pero a Cerúndolo, también y más allá de estar jugando su mejor tenis -y se ratifica el concepto- le encantan los estadios grandes y jugar contra adversarios importantes. El ya se la cree que pertenece a esa liga aunque después tenga días que no se condicen con su potencial. El ya está entre los mejores jugadores del mundo aunque todavía los números no lo digan. Por ahora.