El sector lácteo argentino se prepara para enfrentar en los próximos meses una de las mayores fusiones empresariales de su historia. Arcor y Danone presentaron formalmente el lunes su intención de comprar el 51% restante de Mastellone Hnos, la histórica empresa dueña de La Serenísima. La compra está pendiente de que los dos gigantes se pongan de acuerdo en el precio con los potenciales vendedores, la familia Mastellone y el fondo de inversión Dallpoint Investments.
Sin embargo, las negociaciones forman parte de una operación de fusión mucho más amplia y compleja que, de no encontrar ningún obstáculo, terminará hacia fin de año con una única mega empresa La Serenísima, que reunirá todos los negocios lácteos que hoy están divididos en dos compañías separadas: Danone Argentina -que pertenece 100% a la multinacional Danone- y Mastellone Hnos, cuyo capital hasta ahora se reparte entre los sucesores de Pascual Mastellone y el fondo Dallpoint (con 51% de las acciones) y un 49% que está en manos de Bagley, la sociedad que cerraron Arcor y Danone en 2016.
El objetivo final que persiguen la compañía cordobesa Arcor y la francesa Danone es conformar una nueva compañía láctea unificada, en la que ambos grupos tengan una participación del 50% y que concentre todas las operaciones de la marca La Serenísima en el país.
La operación busca dar origen a lo que todas las partes que hoy están negociando denominan como “La Serenísima Unida”, una fusión de los negocios que actualmente se reparten entre Mastellone Hnos, dedicada a la producción de leche, quesos y manteca con la marca La Serenísima; y por el otro, Danone Argentina, que produce postres, yogures y otras categorías refrigeradas, con marcas como Ser, Yogurísimo y La Serenísima (esta última es una marca de uso compartido entre Mastellone Hnos y Danone).
El primer paso clave es la compra del 51% de las acciones de Mastellone Hnos que hoy están en manos del fondo Dallpoint y de la familia Mastellone —los herederos de Don Pascual—. Sin embargo, según pudo saber este medio, aún no hay acuerdo entre las partes: mientras que Arcor y Danone comunicaron formalmente su decisión de ejercer la opción de compra, los vendedores consideran que la oferta realizada está por debajo del valor real de la compañía y la califican como un “precio hostil”.
“Arcor y Danone ya comunicaron que quieren comprar y la familia Mastellone y el fondo Dallpoint quieren vender. Falta que se pongan de acuerdo con la fórmula para valuar ese 51%, pero la voluntad de las dos partes de avanzar con la operación existe, así que seguramente se van a terminar poniendo de acuerdo”, explicó una fuente cercana a las negociaciones.
Con esta jugada, Arcor y Danone buscan consolidar todas las categorías bajo una sola gestión, ganar eficiencia operativa y reforzar su posición frente a un contexto desafiante para la industria alimenticia, marcado por la caída del consumo y la presión de costos. La eventual unificación también facilitaría una estrategia de marca integrada y el desarrollo de productos cruzados, hoy limitados por las estructuras separadas.
El avance hacia una “La Serenísima Unida” se da en un contexto en el que el negocio lácteo enfrenta fuertes desafíos: la producción total de leche en la Argentina cayó cerca de un 10% en los últimos tres años y el consumo per cápita viene bajando de forma sostenida desde 2020. A esto se suma un encarecimiento de los costos industriales, la competencia de segundas marcas y una creciente concentración de la demanda en canales de precios bajos.
La contracara de un mercado interno que sigue muy golpeado es el potencial exportador que ofrece la industria lechera argentina. “Al igual que pasó cuando la francesa Lactalis se quedó con Ilolay o Savencia con Milkaut, esta operación podría significar para un gigante como Danone el acceso a una de las mayores cuencas lecheras del mundo, como es la Argentina”, explicó una fuente del sector lácteo.