De traje negro y corbata, y acompañado por su esposa Stella y sus dos hijos. Así retrataron los periodistas a Julian Assange, el fundador de Wikileaks este sábado en la Plaza San Pedro. El australiano, quien asistió al funeral del papa Francisco, en Roma, estuvo cerca de la parte superior de la avenida que conduce a la entada al Vaticano y se mezcló con el resto de los fieles que concurrieron a despedir al argentino Jorge Bergoglio.
Stella Assange, su esposa y quien se casó con él mientras estaba detenido en Londres, relató que ella y sus hijos se reunieron con Francisco en junio de 2023 “para discutir cómo liberar a Julian de la prisión de Belmarsh”, en Gran Bretaña. Además, recordó que que el Papa le escribió a Julian mientras él estaba en la cárcel y que incluso le ofreció asilo en el Vaticano.
“Ahora Julian es libre, todos hemos venido a Roma para expresar la gratitud de nuestra familia por el apoyo del Papa durante la persecución de Julian”, escribió también en X.
Wikileaks, un sitio fundado por Assange junto a un grupo de activistas, hackers, programadores y académicos en 2006, publicó más de 10 millones de documentos clasificados, proporcionados por fuentes anónimas, y que incluían información del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre dirigentes extranjeros, relatos de ejecuciones extrajudiciales y recopilación de información contra aliados entre otros.
En 2010, cuando WikiLeaks alcanzó su cota máxima de popularidad, Suecia reclamó la detención de Assange por violación de una mujer. Aunque los cargos fueron restirados posteriormente, y de que Assange negó la acusación, en mayo de 2012 un tribunal de Londres accedió a su extradición a Suecia.
Paralelamente, Assange también fue acusado por el gobierno de Estados unidos por varios cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadora, lo que lo exponía a un máximo de 175 años de prisión
Julian Paul Assange este sábado la plaza de San Pedro del Vaticano. EFE/Rocío Sánchez Lamadrid
Para evitar su extradición, Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años, durante el gobierno de Rafael Correa. En 2019, al asumir Lenín Moreno, el país centroamericano le retiró el asilo diplomático.
En abril de 2019 Assange fue detenido por la policía de Londres y lo trasladaron a la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de la capital británica. Fue liberado cinco años después tras un acuerdo con la justicia estadounidense el que se declaró culpable de obtener y divulgar información confidencial y regresó a su país natal.
La polémica por Wikileaks
Julian Assange fundó WikiLeaks en 2006 junto a un grupo de activistas, hackers, programadores y académicos de ideas afines. El australiano, que entre 2003 y 2006 había estudiado Filosofía, Física y Matemáticas en la Universidad de Melbourne, sin llegar a terminarlas y que en su juventud ya había incursionado en el mundo del hacking, definió su papel como el de un “Robin Hood digital”.
Wikileaks trabajó durante sus primeros años en colaboración con las principales organizaciones de noticias, con quienes se dedicó a difundir detalles de ejecuciones extrajudiciales en Kenia, la represión de los disidentes por parte de China, la posible corrupción financiera en Estados Unidos y Perú, entre muchos otros.
Al principio de la década de 2010, Assange fijó cada vez más su mirada en Estados Unidos, lo que le valió el reconocimiento mundial simultáneo como guerrero de la libertad de expresión, pero que también lo llevó a pasar media década tras las rejas inglesas.
Entre la información que compartió Wikileaks, en la que se relevan abusos a los derechos humanos en la guerra de Irak y Afganistán, hay un video que muestra a civiles, entre ellos dos periodistas de Reuters, muertos por el fuego de un helicóptero de combate estadounidense en Irak en julio de 2007.
Además, en 2016, WikiLeaks publicó miles de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata que dieron lugar a revelaciones que avergonzaron al partido de Hillary Clinton durante su campaña presidencial.
Durante el juicio contra el australiano, desde Washington aseguraron que Assange no es un periodista sino un pirata informático. Además, lo acusaron de haber puesto en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán.
Al quedar en libertad, luego de haber firmado el acuerdo que puso fin a su tiempo tras las rejas, Assange afirmó: “No soy libre hoy porque el sistema funcionó, sino porque, tras años de encarcelamiento, me declaré culpable de haber hecho periodismo”.