El Gobierno no pudo refinanciar el total de la deuda que le vence en pesos en los próximos días, al tomar hoy del mercado $5,2 billones cuando enfrenta compromisos de pago por unos $7,5 billones.
Así lo indicó el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, al anticipar por la red social X en un posteo -tal cual es su costumbre- los resultados de la licitación celebrada en el día. “En la licitación de hoy se adjudicó $5,233 billones, habiendo recibido ofertas por un total de $5,653 billones: significa un rollover de 70,01% sobre los vencimientos del día de la fecha”, detalló.
Esto lo obligará a inyectar al mercado unos $2,42 billones el lunes (hasta hace unos días los números oficiales marcaban que tenía casi $4 billones depositados), buena parte de lo que irá a tenencia de los bancos, quienes optaron por cobrar los títulos para recomponer liquidez y no tener que seguir aumentando las tasas que ofrecen a los depositantes por captar colocaciones a plazo fijo.
“Es lo que llamamos punto Anker”, dicen desde el equipo económico, aludiendo a un estudio de cuando formaban parte de esa consultora que señalaba que, en el momento en que la oferta de pesos comience a escasear,seríael Tesoro el que iba a ir resignando su propio financiamiento en el mercado para poder acompañar de manera “genuina” una demanda de pesos y crédito en esa moneda en recuperación.
Empero, parte del resultado de la subasta se debe a la intención oficial de acompañar el reacomodamiento a la baja en las tasas de interés -tras los aumentos que había tenido que convalidar en las últimas subastas para adecuarse a los rendimientos vigentes en un mercado sacudido por la incertidumbre cambiaria- del mercado para bajar el costo de financiamiento.
“Las tasas, a simple vista, más o menos salieron en línea con el mercado secundario”, observó al respecto el economista Gabriel Caamaño, director de consultora Outlier.
Despejada esa incógnita, con el cambio a un sistema de bandas de flotación para el dólar oficial, se adivina que el objetivo de Economía (ahora que su liquidez de resguardo volverá a crecer fuerte por los $11,7 billones que le girará el Banco Central en concepto de utilidades) era dar esa señal.
Pero la parte más importante se debe al menor apetito que se deja ver nuevamente en el mercado por demandar estos títulos.
De hecho, el monto total de pedidos de compra presentados por los ocho instrumentos de deuda en pesos de distinto tipo ofrecidos a los inversores quedó 25% por debajo del monto total que se buscaba refinanciar (y el ratio de rechazo oficial de ellas fue de sólo el 7,3%), algo sobre lo que incidiría el mencionado “punto Anker”, tanto como la resistencia de los inversores a tomar exposición a plazos más largos en un año electoral que, en menos de un mes, tiene una señal de largada con la elección porteña.
Hay que recordar que mientras hasta hace dos semanas se ofrecían papeles a 30 días, en esta ocasión el plazo mínimo se acercaba a los cuatro meses. Y que parte de los papeles ofrecidos vencen en 2027.
El grueso de la captación oficial llegó gracias a los títulos a tasa fija ofrecidos: explicaron más del 90% de ella (atrajeron $4,82 billones en total). Y la nueva curva validada para los instrumentos a tasa fija se mantiene invertida (es más alta a plazos cortos y baja en los más largos). Parte del 38,12% a 109 días y baja al 31,13% a un año y ocho meses vista.
El resto de los ingresos llegaron por los bonos ajustables por inflación (Boncer) y la letra dollar-linked ofrecida, que captaron medio billón de pesos en total, con sobre tasas del 3,79% al 9,98%.
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