El presidente del Banco Mundial dijo que trabaja en un “paquete de apoyo significativo” con el FMI y el BID

1

Antes de partir a Estados Unidos, el presidente, Javier Milei, recibió hoy en Casa Rosada al presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. El encuentro ganó relevancia porque forma parte del frente de negociaciones del Gobierno para conseguir dólares que refuercen las alicaídas reservas del Banco Central (BCRA). Estas conversaciones son parte de un proceso más global que incluye al Fondo Monetario Internacional (FMI), como principal protagonista de las negociaciones, al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

“Estamos preparando un paquete de apoyo significativo que reúne toda la fortaleza del Grupo Banco Mundial”, sostuvo el presidente del Banco Mundial. Según el comunicado de Presidencia, Banga destacó los resultados económicos de la gestión de Milei y, en consecuencia, adelantó que habrá una “muestra a corto plazo”.

El texto oficial agregó que del encuentro también participaron la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. La foto grupal difundida muestra a los funcionarios nacionales con los del Banco Mundial y, junto a la mesa, una motosierra.

“El Presidente del Banco Mundial indicó que también se avanza en estrecha coordinación con el equipo económico argentino, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para asegurar que el apoyo esté alineado, sea efectivo y envíe una señal fuerte de confianza internacional en el futuro de Argentina”, destacó el comunicado.

De esta manera, las negociaciones por dólares que fortalezcan las reservas del BCRA comenzaron a ganar mayor grado de visibilidad. En la última semana, el Ejecutivo mantuvo reuniones formales y contactos con otras entidades con las que conversa por fondos frescos. La vocera del FMI, Julie Kozack, confirmó el viernes pasado que habló por teléfono con Caputo y aseguró que el acuerdo explora un préstamo de US$20.000 millones. Ese mismo día, Quirno mantuvo una bilateral con el presidente del BID, Ilan Goldfajn, y el día anterior participó de la reunión de directorio con el CAF.

Todas estas líneas exhibieron puntos en común. Uno de ellos es el interés por conocer el monto total que el Gobierno busca y de cuánto sería el primer desembolso. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que le parece “razonable” realizar un primer giro del 40%, que sería de US$8000 millones en caso de que se aprobara un nuevo programa por US$20.000 millones. A esa discusión también se subió una congresista estadounidense, María Elvira Salazar, que fue retuiteada por Caputo. En redes sociales compartió una carta en la que solicitó al Tesoro que apoye a la Argentina a conseguir un primer desembolso equivalente al 75%, es decir, de US$15.000 millones.

Las otras entidades, Banco Mundial, BID y CAF, evitaron mencionar los montos que se están discutiendo. Misma actitud de cautela adoptó el Gobierno. “Estamos encaminados, solamente hay que tener paciencia”, sostuvo Quirno, luego de la bilateral con Goldfajn en Chile.

A su vez, el Banco Mundial y el BID expresaron que trabajan en coordinación con el FMI. Algo similar explicó el secretario de Finanzas, quien indicó que primero esperan que se termine de sellar el nuevo acuerdo con el Fondo y luego el “paquete adicional” proveniente de los bancos multilaterales.

El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, con el presidente del BID, Ilan Goldfajn.

El presidente del BID dio algunas pistas sobre ese “paquete adicional”. Goldfajn habló de dos posibles instrumentos que se consideran para el caso de la Argentina. Uno de ellos es el préstamo llamado SDL, cuyo nombre completo es Financiamiento Especial para el Desarrollo, cuenta con una particularidad. Un documento del BID precisa que el país solicitante tenga un “arreglo de préstamo con el FMI” para ser aprobado. De acuerdo con dicho informe, poseen un “límite máximo de US$500 millones, o el 2% del PBI de un país, lo que sea menor”. Esa cifra puede variar en función de otros fondos disponibles para el Estado que no hayan sido comprometidos o asignados a un proyecto de inversión específico. Es decir, permite la reasignación de hasta el 40% de los recursos de este último tipo.

La otra opción lleva las letras PBL, que significan Préstamo de Apoyo a Reformas de Política, no necesita un acuerdo previo con el FMI. Tal cual explica el sitio oficial del BID, esta línea brinda “financiamiento flexible, líquido” y el tamaño del crédito “depende de las necesidades financieras de un país”. El documento citado del banco multilateral explica que este tipo de crédito presta apoyo presupuestario rápido: “La mitad de los montos aprobados se desembolsa en un plazo de dos meses”.

Conforme a los criterios de