La historia de los duelos por el título mundial de ajedrez tiene ejemplos de dominio absoluto, de lucha pareja, de la política metida de lleno en plena Guerra Fría, de lucha entre experiencia y juventud, y de tensión y nervios por doquier. Lo que sucedió este jueves en Singapur es un hito más en esa historia: el indio Dommaraju Gukesh, de apenas 18 años, se convirtió en el campeón más joven de todos los tiempos al destronar al chino Ding Liren, quien cometió un error de principiante en un final igualado.
Habían llegado a la 14° partida, la última estipulada a ritmo pensado, igualados 6,5 a 6,5. Si terminaba en tablas, todo se iba a definir este viernes en un desempate de partidas de ritmos cada vez más rápidos. Pero sucedió lo inesperado en una posición en la que todo indicaba que empatarían y Gukesh logró el punto necesario para consagrarse y festejar con los brazos en alto.
Llegaron a las 25 movidas con igualdad de material: dama, dos torres, alfil de casillas blancas y cuatro peones por bando. Liren tenía dos contra uno en el flanco dama con blancas y Gukesh tenía tres contra dos en el flanco rey con negras. Los analistas en vivo coincidían en que habría tablas. Pero no.
El ahora ex campeón Liren pensó seis minutos y movió 26.a4, entregando un peón para llegar a una posición en la que la teoría indica que aun simplificando material, es empate sí o sí. Pero una cosa es la teoría y otra es la práctica, más cuando se juega la última partida de un match por el título.
Gukesh, que de los dos fue el que siempre jugó a ganar durante el duelo, no dio el brazo a torcer en busca de mínimas ventajas. Pero no las conseguía ante Liren, famoso por su talento pero también por quebrarse ante situaciones difíciles. Y se quebró nomás de la manera más insólita a un nivel de grandes maestros.
Después de cambiar damas, una torre y un peón por bando, llegaron a la 54° movida. La fatídica para Liren, quien en lugar de mover su torre por la misma fila en la que estaba, la ofreció para un cambio con la torre de Gukesh. Y todo se cayó a pedazos con el abandono en la 58°. Un colapso total. Inadmisible para un gran maestro y menos para un campeón mundial.
Enseguida la mayoría de los analistas que seguían en vivo la definición sacaban la misma conclusión: esa movida de Ding Liren fue una de las peores en la historia de los matches por el título mundial. El chino se fue devastado y el indio se emocionó hasta las lágrimas delante del tablero.