Durante 2022 y 2023, faltaban dólares para garantizarles a hospitales sus insumos médicos, o a las industrias sus importaciones, entre muchas otras cosas. Pero hubo un negocio que explotó. Es el que implicaba obtener la divisa norteamericana a valor oficial, visiblemente retrasado por el cepo cambiario y muy por debajo de otras referencias, como el blue.
La diferencia entre ambos precios se conocía como brecha. Una de las actividades más redituables, entonces, era obtener dólares baratos y venderlos caro, algo que se conoce como rulo.
El Banco Central abrió cuatro sumarios que investigan operaciones de aquella época. Sospechan que hubo presuntas compras al valor oficial y ventas en el mercado paralelo por US$1191 millones. Todo, mediante transferencias entre bancos, agencias de cambio y monotributistas o beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que adquirieron préstamos de hasta US$300.000 que fueron retirados en efectivo.
La Unidad de Información Financiera (UIF) también puso un ojo sobre estos movimientos y remitió un informe a la Justicia. “Por el modo en que se canalizaron las sumas de dinero en cuestión, la UIF estimó que se pondrían en crisis su origen y licitud”, según la presentación de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) en el marco de una investigación que maneja la jueza María Servini a partir de información de la UIF.
Esta investigación tripartita (BCRA, UIF y Procelac) nació en el Banco Central. “Por ello, se sospechó de la legalidad de estas operaciones, a raíz de múltiples y coincidentes indicios que pusieron en duda su genuinidad y alertaron sobre la implementación de un mecanismo en apariencia regular, pero que evidentemente tenía por finalidad adquirir divisas a valores oficiales para luego ser destinadas a abastecer al mercado paralelo”, señala uno de los sumarios de la entidad presidida por Santiago Bausili.
El denominado rulo hace referencia a la adquisición de dólares oficiales y su comercialización en el mercado paralelo. Es decir, comprar barato y vender caro. Esta supuesta operatoria a gran escala, como es la que investiga la entidad monetaria, precisaba de una ingeniería entre distintas partes, según surge de los documentos oficiales.
En ese esquema existen tres elementos clave: dólares físicos, casas o agencias de cambio para adquirir la moneda y comercializarla, y compradores o personas que demandaran las divisas. Sobre este último grupo, uno de los sumarios del Central recabó un listado de sujetos que obtuvieron mutuos (préstamos) de una casa de cambio investigada. Allí existen sospechas de posibles prestanombres.
Franco P. (LA NACION no publica los nombres completos, a los cuales tuvo acceso, por razones de seguridad) tiene 31 años. Su domicilio fiscal está en Gregorio Laferrere sobre una calle de tierra, según surge del cruce de información entre los sumarios del BCRA y la información relacionada con su CUIT. En 2019, recibía la AUH y, cuatro años después, obtuvo un mutuo (préstamo) por US$150.000 con la casa de cambio Concordia Inversiones.
Los sumarios del BCRA contra las agencias de cambio Mega Latina, Gallo Cambios, Arg Exchange y Concordia Inversiones reflejan distintas fases de la presunta operatoria investigada a gran escala. Los acusados por la entidad monetaria consideraron que los planteos en su contra son arbitrarios y nulos. Así figura en la documentación.
El primer eslabón de esta cadena muestra a los bancos como proveedores de los dólares físicos. Según fuentes del sector, pueden obtenerlos vía importación o a través del Banco Central, entre otras formas. Por ejemplo: el sumario del BCRA contra Mega Latina investiga qué pasó con los US$466 millones vendidos por la casa de cambio. Ese documento describe que la entidad obtuvo US$327 millones a través de compras realizadas al Banco de Servicios y Transacciones (BST), y los restantes se los compró a 12 casas y agencias.
Consultado por LA NACION por otra nota sobre el tema, el expresidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, contestó que la entidad había cumplido con todos los controles. “Cerramos 136 operadores de cambio. Pusimos nuevas normas; entre otras, aumentamos la exigencia de capital, introdujimos un régimen informativo específico y una autorización para el traspaso accionario. No hay que olvidar que el gobierno de Macri había desregulado el sector y con eso abrieron 200 operadores nuevos. El mercado de cambios mueve US$1000 millones. En momentos de incertidumbre, no darle dólares a un banco que los solicita mete mucho ruido y puede generar una corrida. Después hay que seguir la trazabilidad, si los operadores de cambio cumplen con los requisitos. A las agencias que no cumplieron, las cerramos y se llevaron adelante los sumarios y reportes correspondientes».
LA NACION consultó a representantes del BST y no hicieron comentarios al respecto.
Hay que remarcar que los sumarios del Central apuntan contra las agencias de cambio. No lanzaron ninguna acusación dirigida a bancos.
La segunda fase de la presunta operatoria investigada tiene a las casas y agencias de cambio en el centro. Un sumario resuelto por el BCRA contra Gallo Cambios investiga la venta de US$474 millones entre mayo de 2022 y octubre de 2023.
El de Mega Latina (US$466 millones) analiza el período “desde enero de 2022 hasta noviembre de 2023″. Y el de Arg Exchange, cuyo titular fue Elías Piccirillo, puso la lupa en la venta de US$251 millones “desde enero a diciembre de 2023, pero se concentró principalmente entre los meses de marzo a mayo y de octubre a diciembre de ese año”.
En estos tres documentos, las casas y agencias de cambio citadas son descriptas como intermediarias que vendían los dólares a otras entidades del sector. El sumario contra Mega Latina describió: “Respecto de las compras y ventas detalladas en el cuadro precedente, la preventora informó que Mega Latina SA compró dólares estadounidenses en mayor medida al Banco de Servicios y Transacciones SA (BST) y a los operadores Stema Cambios SA y Gis Cambio SA; vendiendo los mismos a otros operadores de cambio, en particular a Gallo Cambios SAS (70% del volumen operado)”.
A su vez, el BCRA profundizó sobre las ventas de Gallo Cambios: “Se observó que el 92,71% de los dólares fueron entregados en billetes por Gallo Cambios a los operadores compradores, haciendo perder de esta manera la trazabilidad bancaria de dicha moneda extranjera”.
Para el Central, la pérdida de la trazabilidad del dólar es un dato importante. En sus sumarios habla de esto como un indicio sobre la supuesta “implementación de un mecanismo que, bajo la apariencia de operaciones regulares, tenía por finalidad adquirir divisas a valores oficiales para luego ser destinadas a abastecer al mercado paralelo”.
Las principales ventas de Mega Latina las absorbieron Gallo Cambios, Soy Vos y Torjo. Los mayores compradores de Arg Exchange, según el sumario al que accedió LA NACION, fueron Intercash, Cambio Imperial y Gis Cambio.
Sobre Gallo Cambios, el Central destacó que 12 operadoras de cambio que le transfirieron pesos a esta casa tuvieron su autorización revocada entre 2022 y 2024, es decir, durante la gestión de Pesce y la actual. Entre ellas, se encuentra Fenus, cuya accionista, según un informe oficial del segundo semestre de 2023 era Graciela Vallejo, madre de Ariel Vallejo, titular de Sur Finanzas.
Entonces, hasta este punto, los sumarios del BCRA relevaron una ruta de los dólares que llegó hasta las casas y agencias de cambio. Los investigadores pusieron la lupa sobre las transferencias en pesos que estas últimas recibieron, ante la ausencia de trazabilidad de los dólares.
“Además, se señaló que los operadores de cambio que a continuación se mencionan, los cuales fueron partícipes de la operatoria cuestionada, recibieron transferencias en pesos de personas jurídicas y/o humanas en sus cuentas del Banco de Servicios y Transacciones SA (BST) durante el período de análisis, sin haber registrado operaciones a su nombre, lo que derivó en su revocatoria para funcionar”, se lee en el sumario contra Mega Latina.
De este modo, se llega a la tercera fase de la operatoria investigada. Esta busca responder qué pasó con los dólares después de su alegada pérdida de trazabilidad.
Por un lado, los documentos oficiales dieron cuenta de transferencias en pesos que recibieron las agencias de cambio sin tener operaciones a su nombre. Por otro, el sumario contra Concordia Inversiones SRL introdujo a los mutuos o préstamos como una de las vías de salida de dólares hacia el público general.
Este sumario alude a “transferencias en dólares estadounidenses, realizadas a 53 personas humanas” entre el 1° de febrero y el 19 de abril de 2023. Según el detalle, hay sujetos que recibieron más de una transferencia. Hubo 56 movimientos por US$150.000 cada uno, seis de US$125.000, dos de US$110.000, uno de US$130.000 y otro de US$100.000. Todos ellos suman US$9,8 millones.
“Como justificación del origen de los fondos presentaron contratos de mutuos que documentaban préstamos otorgados por la entidad sumariada”, sostiene el sumario contra Concordia Inversiones. Un detalle: la devolución de los montos iba a realizarse en “‘Dólar Billete’” (sic), tal cual surge del documento.
Allí están volcados los nombres y CUIT de los receptores de los mutuos. Un cruce de esa información con documentos comerciales en la base Nosis permitió observar que de los 53 sujetos, cinco percibieron la AUH y siete son monotributistas.
Algunos de estos casos son como el citado más arriba, de un hombre de 31 años cuyo domicilio fiscal se encuentra en Laferrere, en medio de una calle de tierra.
Otro caso llamativo es el de dos personas dentro de la nómina de 53 que tienen registrado el mismo domicilio en Caseros. Una de ellas aparece como receptora de una transferencia de US$150.000. La otra, como destinataria de dos movimientos: uno de US$150.000 y otro de US$115.000.
Los domicilios fiscales de los receptores de esos movimientos llegan hasta Monte Chingolo. Allí aparece una persona que recibió dos transferencias: una de US$150.000 y otra de US$115.000.
Una de las cuestiones que resaltó el BCRA en el sumario contra Concordia Inversiones es que otorgar mutuos no está permitido para casas y agencias de cambio. El texto del Central también incluye que “los sumariados no presentaron defensa alguna”. Y a propósito de los fondos atribuidos a los mutuos sostiene: “Al ser acreditados en la cuenta receptora, eran retirados en efectivo de forma inmediata”.
“Así cabe concluir que la sumariada, por medio de la habilitación que le había sido otorgada por el BCRA, adquirió moneda extranjera a otros operadores de cambio a precio oficial que luego entregó a terceros en el marco de una actividad no contemplada por la normativa vigente”, profundizó el sumario.
Sobre la presunta finalidad de dichos dólares, el BCRA consideró que “razonablemente puede presumirse”. Dos párrafos después habla de la brecha cambiaria, a la que calculó en 84,3% entre febrero y abril de 2023.
En consecuencia, recordó que las transferencias citadas sumaron US$9,8 millones y estimó “que el rédito obtenido por la exagencia de cambio habría sido aproximadamente de USD8.286.576,66″. Una parte pequeña en comparación con las cifras multimillonarias de las que hablan los investigadores del rulo.