OSLO.– La conferencia de prensa de la líder opositora venezolana y ganadora del Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, en Oslo programada para este martes a las 13 hora local (9 en la Argentina) se pospuso sin nuevo horario previsto, anunció el Instituto Nobel, el secretariado del comité que otorga el galardón, en medio de una fuerte expectativa en relación a la posibilidad de que la dirigente haya dejado la clandestinidad para salir de Venezuela y recibir su premio.
“Todo apunta a que lograremos organizar una conferencia de prensa hoy”, dijo el portavoz del instituto, Erik Aasheim, sin mayores precisiones.
El Instituto Nobel había afirmado el sábado anterior que Machado participaría en la ceremonia de entrega del premio en Oslo este miércoles, lo que hacía crecer la expectativa y las dudas sobre si la líder opositora podría aceptar su premio en persona, bajo riesgo de ser declarada “fugitiva” por las autoridades venezolanas.
Mientras aumentaba la expectativa por una aparición pública, el foco de la atención comenzó a desplazarse hacia un interrogante más inquietante: su paradero real.
La duda principal que envuelve la capital noruega es dónde está la opositora, ya que no ha hecho una aparición pública desde el 9 de enero de este año.
La líder opositora vive en la clandestinidad desde agosto de 2024, tras las elecciones presidenciales que llevaron a una investidura de Nicolás Maduro cuestionada a nivel internacional dado que el régimen no presentó pruebas de ese triunfo, mientras que la oposición recopiló y publicó actas electorales para demostrar una victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia, quien se postuló ante la inhabilitación que pesaba sobre Machado.
Su entorno mantiene un absoluto secreto, y su familia en Oslo asegura que desconoce su ubicación actual.
El hermetismo en torno a la dirigente convive con un clima de tensión emocional entre los venezolanos presentes en la capital noruega, muchos de los cuales han viajado para acompañar un momento que consideran histórico.
Una legión de admiradores venezolanos espera con gran incertidumbre la llegada de Machado a Oslo. En el Grand Hotel, donde suelen hospedarse los galardonados, su madre Corina Parisca, sus hermanas, y una decena de personas de su círculo cercano, se mostraban confiados de su presencia.
“Todos los días le rezo el rosario a Papa, a Dios, a la Virgen, a ambos juntos, porque tengamos a María Corina mañana”, afirmó Corina Parisca. “Y si no la tenemos mañana, es la voluntad de Dios”, dijo a la agencia AFP al llegar a Oslo el lunes.
Mientras tanto, Edmundo González Urrutia viajó este martes a Oslo -desde Madrid, adonde está exiliado- para sumarse al equipo.
Esteban Felix – AP
En el pequeño centro de la capital noruega, se observan desde el lunes figuras destacadas de la cultura, la política y los medios desaparecidos venezolanos, todos en el exilio, quienes viajaron a Oslo para la premiación.
La expectativa no solo movilizó a la diáspora venezolana. El anuncio de su presencia en Oslo también activó movimientos diplomáticos de alto nivel.
A la ceremonia de entrega en la Municipalidad de Oslo asistirán varios mandatarios latinoamericanos, invitados por la propia Machado, quien hizo el anuncio a través de sus redes sociales.
Entre los presidentes confirmados se encuentran el argentino Javier Milei, José Raúl Mulino de Panamá, Daniel Noboa de Ecuador, y Santiago Peña de Paraguay.
Milei salió el lunes por la noche de la Argentina rumbo a Oslo junto a su hermana y secretaria general de Presidencia, Karina Milei, y se esperaba su presencia para este martes pasado el mediodía argentino. Para el miércoles, además de asistir a la ceremonia de la entrega del Nobel, tiene previsto reunirse con el rey noruego, Harald V, y luego con el primer ministro, Jonas Gahr Store.
Mulino, el primer mandatario internacional en llegar a Oslo, el lunes, declaró que viajó por la misma razón que otros presidentes “democráticos de la región,” para “darle una gran felicitación a esa heroína de la democracia, al pueblo venezolano luchador”.
El reconocimiento a Machado, de 58 años e ingeniera de profesión, se otorgó el 10 de octubre de 2025 “por su incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
Este galardón la convierte en la primera venezolana y la séptima personalidad latinoamericana en recibir esta distinción de paz. El premio incluye una suma de 1,2 millones de dólares, además de una medalla de oro y un diploma.
Lejos de la capital noruega, la reacción del oficialismo venezolano siguió un curso completamente distinto, marcado por la confrontación política y la deslegitimación de la premiada.
En contraste con la expectativa de Oslo, el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), convocó a los seguidores del chavismo, especialmente al campesinado, a una gran marcha en Caracas el miércoles 10 de diciembre, día de la entrega del Nobel de la Paz.
“Con respecto a Oslo, no sé, nosotros de eso no sabemos nada, no participamos en esa subasta, es una subasta, el mejor postor agarre”, ironizó Cabello al ser consultado sobre la posible presencia de Machado en Oslo. “Nosotros tenemos el mejor de los premios, este pueblo, el mejor de los premios lo tiene este pueblo, es la tranquilidad en la que vivimos y que construimos nuestro propio destino, a pulso, no sabemos”, agregó Cabello durante una rueda de prensa del PSUV.
Cabello dijo en más de una ocasión que sabe de la ubicación de la ganadora de las primarias de 2023 y que le llegaría la “justicia” cuando lo consideraren necesario.
El ministro del Interior y Justicia ha dicho en varias oportunidades, además, que Machado se encuentra fuera de Venezuela hace meses.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, advirtió en noviembre que las autoridades considerarían a la Nobel de la Paz como “prófuga” si ella abandonaba el país.
Machado enfrenta investigaciones penales en curso por delitos graves como traición a la patria, por lo que su aparición en Oslo podría marcar el fin de su clandestinidad.
Durante su rueda de prensa semanal, el número dos del chavismo reiteró que la única transición política posible en Venezuela es “hacia el socialismo”. Y afirmó que no descansarán hasta que el socialismo esté consolidado en el país, mientras otros países “pueden hacer lo que quieran”.
Cabello también criticó al presidente panameño Mulino, uno de los invitados al Nobel, a quien calificó de “mamarracho” y aseguró que “en Panamá no hay gobierno, ahí se hace lo que diga EEUU”.
Se preguntó en qué pretendía mediar Mulino y lo señaló de no perder oportunidad para “lanzar un dardo envenenado” contra el pueblo de Venezuela.
Cabello le recordó a Mulino la invasión a Panamá entre 1989 y 1990 para derrocar al dictador Manuel Noriega, al expresar que le creería si fueran capaces de hacer un acto en rechazo a ese evento histórico.
El clima de confrontación regional no se limita a la disputa política venezolana. En paralelo, se desarrollan tensiones militares en el Caribe que alimentan la narrativa del chavismo sobre injerencias externas.
La entrega del Nobel coincide con un despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, donde se reportaron 87 muertes en ataques lanzados por Washington contra supuestas lanchas de narcotraficantes.
El analista Michael Shifter considera que mantener el impulso del movimiento inspirado por Machado será difícil, sin que existan avances hacia el cambio político, independientemente de si ella logra regresar a Venezuela o no. Shifter apuntó que existe un factor de fatiga en juego, mientras la mayoría de los venezolanos enfrenta condiciones económicas y humanitarias desesperadas.
En el plano institucional, el chavismo respondió endureciendo su discurso frente a organismos internacionales, especialmente aquellos que investigan violaciones de derechos humanos en Venezuela.
Otro tema abordado por Cabello fue el cierre de la oficina técnica de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) en Venezuela por falta de avance en la cooperación del Estado venezolano.
El funcionario sentenció que la CPI, la cual se usa para perseguir gobiernos, debía irse de la misma forma que le había llegado la hora a la Organización de Estados Americanos (OEA) en el país en 2019.
Cabello calificó de “grosero” el silencio que la CPI guarda sobre casos de masacres en distintas partes del mundo, señalando que el organismo no abre la boca por las masacres en el Caribe y el Pacífico. Fustigó que, a pesar de esto, si se va la luz en Venezuela, la CPI inmediatamente inicia un juicio.
La decisión de María Corina Machado de viajar a Oslo para recibir el Nobel de la Paz provocó un revuelo inmediato en Venezuela.
Diplomáticos y analistas creen que, después de un año casi entero en la clandestinidad, su salida del país difícilmente habría ocurrido sin algún entendimiento previo con el chavismo.
Entre sus seguidores, en cambio, domina el temor a que no la dejen volver.
También hay voces que cuestionan que se haya ido justo ahora. Desde el gobierno apuntan contra el premio y contra ella; en la vereda opuesta, medios digitales celebran la ceremonia como un triunfo político.
Agencias ANSA y AFP