El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) alertó que los reiterados ataques rusos con drones, pero en particular el que se llevó a cabo del 2 de febrero de este año, provocó daños significativos en la cubierta exterior de Chernóbil, la planta nuclear que sufrió un accidente y una fuga grave en 1986 durante una prueba de seguridad.
Chernóbil tiene desde entonces un sarcófago para evitar otro desastre radioactivo. En 2016, se colocó una nueva cubierta de seguridad. Pero fue deteriorada por los bombardeos rusos, afectando “funciones de seguridad clave, incluso la capacidad de confinamiento”.
La advertencia coincidió con una nueva oleada de ofensivas rusas contra instalaciones energéticas y ferroviarias en Ucrania, que dejó a miles de personas sin calefacción ni acceso al agua. Según las autoridades ucranianas, solo durante la noche de este sábado Rusia lanzó 653 drones y 51 misiles sobre distintos puntos del país.
Moscú, por su parte, se desvinculó de lo sucedido y apuntó en su lugar a una “provocación” por parte de las autoridades ucranianas.
La OIEA detalló que la Nueva Cubierta Segura, instalada en 2016 para prevenir fugas radiactivas del reactor 4 sufrió “graves daños”. Un equipo técnico confirmó el viernes que el revestimiento exterior de la estructura de acero macizo sufrió un incendio y que, como consecuencia, el “arca”, como se le conoce coloquialmente, “perdió sus funciones de seguridad primarias, incluida la capacidad de confinamiento”, aunque sin generar daños permanentes ni en sus estructuras de soporte ni en sus sistemas de supervisión.
Como consecuencia de esa ofensiva, la planta de Zaporiyia -otra de las diez centrales nucleares más grandes del mundo – permaneció más de una semana desconectada de la red eléctrica.
Ni Chernóbil ni Zaporiyia están operativas, pero ambas necesitan un suministro constante de energía para mantener los sistemas de refrigeración que estabilizan las barras de combustible gastado y evitar incidentes nucleares. “Se efectuaron intervenciones temporales limitadas en el tejado, pero una restauración completa y oportuna sigue siendo esencial para evitar un mayor deterioro y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”, explicó el director de la Oiea, Rafael Mariano Grossi.
En este contexto, el organismo subrayó que la estructura del Centro de Contención Nuclear (CEN) necesita trabajos “rápidos y completos” de restauración y protección para prevenir filtraciones y humedades, proteger los sistemas de ventilación, monitorear la corrosión y asegurar el confinamiento radiactivo.
Grossi anunció que en 2026, gracias al respaldo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (Berd), el sitio de Chernóbil comenzará reparaciones temporales adicionales para apoyar el restablecimiento de la función de confinamiento, allanando el camino para la restauración completa una vez finalizado el conflicto.
La advertencia vuelve a instalar a Chernóbil en el centro de la preocupación internacional, en un contexto en el que la guerra continúa afectando infraestructura crítica en todo el territorio ucraniano.
En octubre, el presidente Volodimir Zelenskyy había alertado: “Cada día de la guerra de Rusia, cada ataque a nuestras instalaciones energéticas, incluidas aquellas relacionadas con la seguridad nuclear, es una amenaza global”.
El mandatario respondió así a una ofensiva con más de 20 drones Shahed contra la infraestructura de Slavutych, ciudad que abastece de energía a Chernóbil, y que provocó un apagón en el complejo nuclear. “Las medidas débiles y a medias no funcionarán. Se necesita una acción fuerte”, afirmó. Y añadió que los drones rusos “no podían desconocer” el riesgo que implicaba atacar esa zona.
En simultaneo, este sábado por la noche Ucrania fue blanco de una de las ofensivas aéreas más extensas de los últimos meses. De acuerdo con la fuerza regional de Kiev, Rusia lanzó un total de 653 drones y 51 misiles contra objetivos energéticos y ferroviarios, provocando cortes de calefacción y agua.
“El objetivo de Rusia es infligir sufrimiento a millones de ucranianos”, señaló Volodimir Zelenski.
Uno de los ataques más significativos impactó en la estación ferroviaria de la ciudad de Fastiv, a unos 70 kilómetros de Kiev, donde un dron incendió el edificio principal. Si bien no hubo víctimas, la operadora estatal Ukrzaliznytsya confirmó la interrupción del servicio de trenes suburbano.
La ofensiva afectó instalaciones energéticas en las regiones de Chernígov, Zaporiyia, Leópolis y Dnipró. Equipos de emergencia trabajaron durante la madrugada para contener incendios y evaluar daños.
En la región de Odesa, el ministro de Restauración, Oleksiy Kuleba, informó que 9.500 usuarios quedaron sin calefacción y 34.000 sin suministro de agua por los impactos sobre la red local.
*Agencias ANSA, AFP, AP, DPA y EUROPA PRESS