El piloto argentino que, con rebeldía, está cada vez más cerca de la Fórmula 2

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Del kartodromo de Zárate a conquistar Le Mans. Nicolás Varrone nació hace 24 años en Ingeniero Maschwitz y desde antes de su nacimiento parece que forjaron su destino para terminar corriendo arriba de las cuatro ruedas. En un deporte en el que hace falta contar no solo con talento, sino también con un abultado presupuesto, se la rebuscó a lo largo de su vida para competir “a la Argentina”, con descaro, talento y audacia. Ahora se encuentra a las puertas de la Fórmula 2, refinando negociaciones para desembarcar en la antesala de la máxima competencia automovilística del mundo.

Como parte de la quinta edición del evento de Movilidad organizado por LA NACION, Varrone realizó un recorrido por sus comienzos, los desafíos de competir en Europa con un presupuesto limitado y el espíritu que lo llevó a ganar las 24 horas de Le Mans en la categoría LMP2 y el título en la divisional LMGTE del Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA.

Nicolás Varrone: «El argentino que está cada día más cerca de la Formula 2»

Se puede cometer el error de pensar que esta historia comienza un seis de diciembre del 2000 en Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires, fecha en que nació el piloto. Sin embargo, todo comenzó mucho antes, pero sí involucra a las pistas. Hijo de padres pilotos que se conocieron a través del automovilismo, corriendo la categoría Sport Prototipo allá por los noventa, pasó su infancia entre carreras y talleres.

Su pasión por los autos es producto de haber convivido e inculcado esa afinidad con los fierros desde temprana edad. “Yo me crié en un taller, era todo el tiempo estar con los autos de carrera y de calle. Crecí en ese mundo que ya desde chico me encantaba”, inició su relato.

A los siete años comenzó a correr en el kartodromo de Zárate, donde descubrió que quería transformar esa actividad que tanto le gustaba en su trabajo. El obstáculo que le apareció en este momento fue la cuestión presupuestaria. “Vivir de un deporte es dificilísimo y en el automovilismo tenes el factor económico que ya para arrancar cuesta mucho correr. Desde el karting ya muchas cosas pasan por el presupuesto: motores, gomas nuevas, todo es dinero”, remarcó.

Varrone tuvo que contar con el presupuesto como limitante desde sus comienzos Fabián Malavolta

Por la situación económica de su familia, tuvo que sortear muchas dificultades para poder competir contra sus rivales. “Nos costaba mucho seguir el ritmo de correr todos los fines de semana o correr todas las categorías. No iba nunca a entrenar durante la semana e incluso por ahí estaba tres meses sin subirme al karting e iba directo a correr porque era caro y había que priorizar”, explicó sobre la situación en sus inicios y que sería recurrente.

A pesar de todo, contó que desde temprana edad su papá le explicó la situación y cómo tendría que ser su actitud si quería competir: “La mayoría de mi vida estuve en desventaja. Mi viejo me dijo que esto es un deporte muy caro, que si yo iba, me la bancaba y no ponía excusas lo íbamos a seguir haciendo, pero si no, nos dedicábamos a otra cosa”.

Su papá le explicó que si quería correr no podía poner excusasFabián Malavolta

Nicolás aprendió con el tiempo a gestionar esa presión y falta de competencia permanente en una capacidad de adaptarse a múltiples escenarios en poco tiempo. “Eso fue la clave para todo lo que conseguí. Hoy en día tengo oportunidades de grande que me dijeron dos días antes: ´te vas a subir a esta pista y auto sin conocer ninguno y tenes que salir y rendir como si la conocieras´. Fueron oportunidades clave que pude aprovechar».

Sobre oportunidades, Varrone recordó en este quinto ciclo de Movilidad la vez que casi se pierde la oportunidad de ser representado por José Manuel Balbiani, ex piloto y actual manager del bonaersense. “Me había mandado un mensaje por Facebook Messenger contactándome para correr en Europa y yo con 15-16 años, Facebook ya no se usaba, era más de las personas grandes. Cuatro meses después vi el mensaje y me quería morir, pero el justo estaba en Buenos Aires y nos pudimos encontrar”.

El piloto recorrió anécdotas de su carrera en la quinta edición del evento de Movilidad organizado por LA NACIONFabián Malavolta

El piloto tuvo la oportunidad de correr en el Viejo Continente tras un paso fugaz por la Fórmula de Renault Argentina. Corrió en muchos circuitos y categorías, siempre compitiendo contra uno de sus rivales más férreos que lo persigue desde los siete años: el presupuesto. “Tuve muchos momentos que parecía que se terminaba mi carrera, no solo en Europa, en general, por falta de oportunidades. En esos momentos se me caía el mundo, no solo por mi carrera y conseguir un futuro sino por lo que a mi me apasiona; si no puedo correr no se qué voy a hacer”, dijo.

En algunos momentos de la carrera de cada deportista, su actividad le demanda un poco de rebeldía para poder triunfar. Y el caso de Nicolás no es la excepción. En una ocasión se metió en el circuito de Spa (Bélgica) a la noche cortando un alambrado junto a su papá, todo para que él lo pueda caminar en persona y prepararse para el día siguiente.

Entre risas, Varrone recordó cuando se metió en el circuito de Spa a la noche cortando un alambradoFabián Malavolta

Otro tema muy presente en el deporte es la presión y exposición mediática en redes sociales, un tema recurrente en los últimos meses a raíz de la repercusión que generó Franco Colapinto. “El automovilismo es muy individualista y difícil, toda la presión recae en vos; mucha gente que está atrás de uno trabajando. Desde los 11 años hablo con psicólogo deportivo y con él trabajé muchísimas cosas a lo largo de mi carrera”, explicó Varrone.

Una carrera que se volvió muy representativa de la trayectoria del deportista fue en el circuito de Spa en F3, cuando clasificó octavo y terminó ganando, incluso con una goma cortada. “Como piloto hay que entender cuándo es el momento para arriesgar y cuándo no. Si sos agresivo todo el tiempo probablemente termines afuera muy seguido y se te rompa el auto. Pero ese día la verdad que no pensé que iba a ganar. Empecé a pasar autos y en un momento estaba tercero y en mi cabeza pensé que o ganaba o no la terminaba, pero no me iba a conformar con el tercero”.

Varrone logró ganar en el circuito de Spa en F3 incluso con una goma cortadaFabián Malavolta

De esa forma define su filosofía de conducción: salir y romperla. “Si lo rompo todo al auto, bueno, lo rompo todo, pero en mi cabeza es salir a dar lo mejor: la cabeza no puede estar pensando que pasa si…”. Un ejemplo de esa forma de pensar es el recuerdo de cuando se robó un auto para demostrar sus condiciones.

Michele Rinaldi, dueño del equipo que lleva su apellido y para el que Varrone corría (no tenía una butaca para el año siguiente) tenía un cliente con una Ferrari GT con la que este había corrido Le Mans, pero no lo conocía a Nicolás y ya tenía otro piloto de confianza. Rinaldi le quería demostrar a su cliente que Varrone era mejor y los juntó en un autódromo, pero nunca le dijo al dueño del auto. En un momento cuando el dueño se fue, el piloto argentino se robó el auto y dio tres vueltas, impresionando al dueño y consiguiendo así s butaca para el año siguiente.

Sus palmares muestran que en 2023 se coronó Campeón Mundial del WEC (World Endurance Championship) en la categoría GTE Am y en 2024 logró una de las victorias más redundantes de su carrera al ganar las 24 Horas de Le Mans en la categoría LMP2, entre otras competiciones de renombre. En estos momentos su gran objetivo es cerrar una butaca con un equipo de F2, con negociaciones que se encuentran bastante encaminadas. Al respecto, el piloto cerró con una frase contundente: “Creo que es muy posible poder correr este año las últimas dos o tres fechas”. De concretarse Varrone se encontraría con un nuevo gran desafío y un paso más cerca del sueño de todo piloto y por el cuál acelera a fondo: la Fórmula 1.