Lavaderos de autos, talleres mecánicos y persianas cerrando temprano. Esta era la postal típica de un rincón de Buenos Aires, en el que hoy se evidencia una metamorfosis que nadie hubiera esperado: en tan solo cinco cuadras de la avenida Coronel Niceto Vega, se levanta una de las zonas más cool de Palermo, que atrajo la atención de los desarrolladores inmobiliarios y pasó de ser un lugar inseguro y “feo” a una avenida trendy.
“Me daba miedo comprar en la zona, porque, aunque los precios eran interesantes y había edificios nuevos, veía que era un lugar rodeado de cocheras y talleres. Después de la pandemia, el boom inmobiliario derramó en Chacarita y hoy mi departamento cuesta un 20% más que hace cinco años, por la revalorización que tuvo la zona”, describe Lucía, vecina del lugar.
La microzona, ubicada entre las calles Dorrego y Juan B. Justo, fue desarrollando varias virtudes que la pusieron en el centro de la escena del real estate. Se trata de una zona residencial, en pleno Palermo, pero en un lugar alejado del tráfico intenso que caracteriza a este concurrido barrio. De hecho, no cuenta tampoco con tantos comercios en su planta baja y, por ende, con tanto flujo peatonal.
La zona se vio beneficiada por varios movimientos, como la elevación de las vías del tren San Martín, que mejoraron la circulación en el barrio. La conexión con la avenida Juan B Justo, facilita el acceso a la Avenida del Libertador; además, el transporte público es otro punto a destacar de la zona: “Para mí es lo más Niceto Vega, porque tenés acceso en colectivo a todos lados, en menos de 20 cuadras estás en Plaza Italia, por ejemplo”, cuenta Candela, que vive hace seis años en un departamento sobre la avenida.
Se trata también de una zona que se alimenta del derrame que genera Chacarita y Colegiales, en un punto que muchos han bautizado como “Chacalermogiales”. Las calles aledañas han tenido un auge de bares y restaurantes, que generaron un polo gastronómico que hoy caracteriza a la zona; a la vez, mantiene el espíritu barrial propio de Colegiales, zona típicamente residencial de casas bajas y árboles.
“Estar en una avenida residencial, en pleno Palermo Hollywood, pero lejos de la congestión, genera un atractivo especial”, asegura Gustavo Glazman, socio de Infinity Line, que desarrolla proyectos sobre la avenida Niceto Vega, y que detalla que son pocos los lotes que quedan disponibles ahí. En su caso, arrancaron construyendo hace 11 años en la avenida (un edificio de unas 70 unidades), y ya han completado dos edificios y tienen dos más en carpeta. “La zona prometía. Ubicada cerca de todo, pero lejos del ruido; todo indicaba que tenía que crecer, no había alternativa”, agrega.
Glazman hoy sigue apostando por la zona y tiene entre manos dos proyectos más en la avenida: en la esquina que cruza con la calle Carranza levantará un edificio con 33 departamentos de tres ambientes, de entre 75 y 120 m², que cuenta con un precio de preventa de US$3400/m². Además, entre las calles Humboldt y Fitz Roy, construyen otro emprendimiento, pero en este caso de oficinas, que sumará 10 pisos y 8000 m² corporativos al lugar.
“Para mí fue un efecto pospandemia que haya migrado todo hacia el oeste de la ciudad. La gente quiere estar en un lugar cerca de todo, pero manteniendo una vida tranquila y esta zona, con viviendas bajas y los ph es un lugar tranquilo”, señala Jeremías González Toledo, director comercial de Inarch, quien destaca que los precios de la zona también representan una ventaja, ya que los terrenos tienen una incidencia menor a la de Palermo, Núñez o Belgrano, por lo que el metro cuadrado final es más accesible que otros barrios. En este sentido, señala que el promedio en pozo arranca en US$3000/m² y llega a US$4000/m²
Por su parte, han construido cerca de la avenida a unas cuadras de esta microzona, en Arévalo y Córdoba. Se trata de un edificio de nueve pisos, con dos niveles destinados a amenities, que se terminará de construir a inicios del 2027 y ya está vendido en un 80%. Tendrá unidades de uno, dos y tres ambientes, de entre 35 y 74 m², con un m² que arranca en US$3000 y llega a US$3700.
Tiene fe en que el levantamiento de las vías de tren revitalizará todavía más la zona y, de hecho, revela que están analizando comprar un terreno por el lugar. Este dato no es menor, considerando que su empresa es la que está detrás de ViaViva, el megaproyecto que se construyó debajo de las vías del tren Mitre en el tramo que atraviesa los barrios de Belgrano y Palermo. En su primera etapa desarrolló las calles que van desde Monroe hasta Sucre (el Barrio Chino); actualmente está construyéndose su segunda etapa, en Libertador, entre La Pampa y Olleros, y más adelante completará el último tramo, desde Olleros a Dorrego.
También señala que se trata del “nuevo polo gastronómico por paliza”. Efectivamente, la zona agrupa propuestas que van desde la reconocida parrilla Anchoita, en la cual es difícil conseguir reserva, a una de las sedes de la Ventana de Anafe.
Micaela Najmanovich, la dueña y creadora de este último emprendimiento gastronómico que nació hace ocho años, pero desde el 2024 está en Arévalo y Niceto Vega, asegura: “Es una zona de muchas productoras y todo el universo audiovisual mueve mucho. También hay mucho turismo, que se hospeda en la zona y consume el barrio”.
Revela que son sobre todo las calles aledañas las que concentran la gastronomía del barrio. De hecho, en su caso, decidieron ubicarse en una calle aledaña, ya que “te brinda algo más privado, retraído, sin dejar de estar en una zona pública, con movimiento y en crecimiento”.
“Aparecen cafés por todas partes, en calles que uno pensaría que no van a tener concurrencia, pero se llenan”, cuenta otra vecina y opina que la avenida tiene dos caras distintas, ya que desde Dorrego a Bonpland se concentra la zona más residencial y familiar, mientras que desde esta última hasta Juan B Justo, hay una movida nocturna que todavía se mantiene. “Para mí la zona va a crecer un montón, porque suele ocurrir que estos lugares se saturan y empiezan a crecer hacia sus aledaños”, agrega.
Otro de los emprendimientos de comida de la avenida es El poblado bar, un bar-restaurante donde sirven comida típica de Colombia, con platos como sancocho o jugos naturales de frutas de allá, como guayaba, maracuyá y lulo. Un caffecito y Barra Chalaca son otras de las propuestas que completan el circuito gastronómico de la avenida.