Para el consenso del mercado, la inflación ya habría llegado al 2% —o incluso lo habría superado— en agosto, y cerraría el año en torno al 28,2%, el menor nivel de los últimos 8 años.
De confirmarse ese dato el próximo miércoles 10 -cuando el Indec lo difunda-, el IPC habrá alcanzado el mes pasado el mayor nivel de los últimos cuatro meses, teniendo en cuenta que entre mayo y julio se mantuvo en un rango de entre 1,5% y 1,9%.
La cifra surge de la encuesta que, mes a mes, realiza el Banco Central (BCRA) entre economistas para su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). En esta oportunidad se llevó adelante entre el 27 y el 29 de agosto -antes de la intervención cambiaria del Tesoro para controlar al dólar- y contempló los pronósticos de 39 participantes.
El mercado estimó una inflación mensual de 2,1% para agosto (+0,4% respecto de lo proyectado en el REM previo). El número baja al 2% entre quienes mejor proyectaron esa variable en el pasado (Top 10), aunque también lo ajustaron al alza 0,2% con relación al REM anterior.
Según las proyecciones, la aceleración inflacionaria sería pasajera, dado que esperan que el IPC aumente a un ritmo de entre 1,6% y 1,8% de aquí a fin de año.
Eso obedecería a la interpretación de que el Gobierno podría superar la pulseada cambiaria en la que se embarcó estas semanas, manteniendo al dólar controlado y siempre dentro de la banda cambiaria. El mercado lo ve arriba de $1400 recién después de las elecciones de octubre y en $1441 a fin de año, lo que implicaría una suba del 41,2% en 2025. Aun así, corrigió al alza hasta en un 22% sus estimaciones de corto plazo. A esto se suma que el apretón monetario en marcha haría contraer 0,3% la tasa de actividad durante el trimestre en curso.
Lo que también deja claro el relevamiento es que, a seis meses vista, nadie espera una desaceleración significativa de la inflación: se prevén variaciones de 1,8% y 1,5% para enero y febrero, horizonte máximo de la muestra.
Como se señaló, el ajuste recesivo que impulsa el Gobierno para controlar al dólar se pagaría con un recorte en la tasa de crecimiento proyectada, que pasaría del 5% al 4,4/4,3% en 2025. “En el relevamiento de agosto, el conjunto de analistas del REM estimó que el PIB trimestral ajustado por estacionalidad entre abril y junio habría crecido 0,1% respecto del primer trimestre de 2025 (-0,7 p.p. frente al REM previo), y proyectan que retroceda -0,3% en el tercer trimestre de 2025 (-0,7 p.p. respecto al REM anterior)”, consignó el informe.
Sólo volvería a expandirse 0,6% entre octubre y diciembre (cuarto trimestre del año). A partir de allí, proyectan que crecería a un ritmo superior al 3% durante 2026 y 2027.
En cuanto al comercio exterior de bienes, los participantes del REM proyectaron para 2025 que las exportaciones (FOB) totalizarán US$82.285 millones (US$663 millones más que en la encuesta previa), y las importaciones (CIF) alcanzarán los US$75.180 millones (+US$65 millones). De allí se desprende que el superávit comercial anual esperado es de US$7105 millones (US$598 millones más que en el REM previo).
A su vez, la tasa de desocupación abierta para el segundo trimestre de 2025 fue estimada en 7,6% de la Población Económicamente Activa (igual al REM anterior), pero caería a un nivel de entre 7% y 6,7% en el último trimestre del año.