WASHINGTON.- Las tropas de la Guardia Nacional de Estados Unidos comenzaron a llegar este martes a Washington después de que el presidente Donald Trump anunciara el lunes que 800 soldados serían desplegadas al declarar una emergencia de seguridad pública.
Es la primera vez que la Guardia Nacional se despliega en Washington desde enero de 2021, tras el violento ataque al Capitolio. La medida se produce a pesar de que la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, señaló que los delitos violentos están en un mínimo de 30 años.
La llegada se produjo el día después de que Trump anunciara que activaría a los miembros de la guardia y tomaría el control del Departamento de Policía Metropolitana y desplegaría efectivos en la capital, lo cual Bowser calificó de “inquietante y sin precedentes”.
Trump dijo que se trataba de una emergencia delictiva, pero se refirió a los mismos índices de criminalidad que, según los funcionarios de la ciudad, ya comenzaron a disminuir notablemente. El presidente tiene el derecho legal de tomar tales medidas, hasta cierto punto.
Bowser se comprometió a colaborar con los funcionarios federales a los que Trump encargó la supervisión de las fuerzas del orden de la ciudad, pero insistió en que el jefe de policía seguía al mando del departamento y de sus agentes. “Cómo hemos llegado hasta aquí o qué pensamos de las circunstancias… ahora mismo contamos con más policías y queremos asegurarnos de que los utilizamos”, declaró.
Bowser había dicho el lunes que el plan de Trump de tomar el control del Departamento de Policía Metropolitana y llamar a la Guardia Nacional no era una medida productiva y argumentó que su percepción del estado de emergencia simplemente no se corresponde con el descenso de las cifras de delincuencia. Aun así, la ley otorga al gobierno federal más influencia sobre la capital que sobre los estados de Estados Unidos, y Bowser afirmó que la capacidad de su administración para oponerse es limitada.
Bowser sostuvo este martes una reunión sobre el despliegue armado con la fiscal general Pam Bondi, que publicó en las redes sociales que el encuentro fue productivo.
Tras las primeras movilizaciones, aún no está claro cuán visible y agresiva será la presencia federal en Washington a medida que avance la semana, cómo podría desarrollarse, quién será el objetivo y cuánto tiempo podría durar.
La ley permite a Trump tomar el control de la policía de Washington durante un máximo de 30 días, aunque la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, sugirió que podría durar más tiempo, ya que las autoridades “reevaluarán y reconsiderarán” la situación más adelante.
Prolongar el control federal más allá de ese plazo requeriría la aprobación del Congreso, algo que probablemente sería difícil de conseguir ante la resistencia demócrata.
Alrededor de 850 agentes federales fueron desplegados en Washington el lunes y arrestaron a 23 personas durante la noche, dijo Leavitt. Los cargos, según dijo, incluían delitos relacionados con armas y drogas, conducir bajo los efectos del alcohol, evasión de tarifas en el metro y homicidio.
La Policía de Parques de Estados Unidos también desalojó 70 campamentos de personas sin hogar. Las personas que vivían ahí pueden irse, acudir a un refugio para personas sin hogar o someterse a un tratamiento contra la adicción a las drogas, dijo Leavitt. Quienes se nieguen podrían enfrentarse a multas o penas de cárcel.
La ciudad y Trump han tenido una relación accidentada. Mientras el mandatario invoca su plan diciendo que “vamos a recuperar nuestra capital”, Bowser y la policía mantienen que el crimen violento en general ha disminuido a un mínimo de 30 años tras un fuerte aumento en 2023. Los robos de autos, por ejemplo, cayeron alrededor del 50% en 2024 y volvieron a bajar este año.
Bowser, de tendencia demócrata, pasó gran parte del primer mandato de Trump enfrentada con el presidente. Rechazó sus planes iniciales para realizar un desfile militar por las calles de D.C. y se opuso cuando el mandatario convocó a una gran cantidad de agencias del cumplimiento del orden para confrontar a quienes manifestaban contra la brutalidad policial en el verano de 2020.
Más tarde, la alcaldesa hizo que se pintaran las palabras “Black Lives Matter” en grandes letras amarillas en la calle a una cuadra de la Casa Blanca.
Durante el segundo mandato de Trump, respaldado por el control republicano de ambas cámaras del Congreso, Bowser ha caminado por una cuerda floja pública durante meses, enfatizando puntos en común con el gobierno en temas como el exitoso esfuerzo para traer de vuelta a los Washington Commanders de la NFL al Distrito de Columbia.
Su decisión de desmantelar Black Lives Matter Plaza a principios del año sirvió como una clara metáfora de cuánto han evolucionado las dinámicas de poder entre los dos mandatarios.
Ahora, esa tensa relación entra en un territorio desconocido, ya que Trump ha cumplido en solo unos meses de lo que muchos funcionarios de Washington esperaban en silencio que fueran solo amenazas vacías. El nuevo enfrentamiento ha hecho que Bowser adquiera simpatías incluso entre sus críticos de larga data.
Además de este nuevo despliegue de Tropas, The Washington Post reveló este martes que Trump está considerando crear una “Fuerza de Respuesta Rápida anti Disturbios Civiles” compuesta por cientos de miembros de la Guardia Nacional, listos para ser desplegados rápidamente en ciudades que experimenten protestas o disturbios.
El Post señaló que 600 soldados estarían listos para desplegarse en menos de una hora. La iniciativa podría costar cientos de millones de dólares, considerando que los soldados tendrían que estar listos en cualquier momento, al igual que los aviones que los transportarían.
Agencias AP y ANSA
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