León XIV enfrentó su primer test de carisma en un evento masivo y sorprendió a los fieles al mostrar una nueva faceta

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ROMA.- A casi tres meses de su elección -el 8 de mayo pasado-, el papa León XIV enfrentó este sábado su primer gran desafío de masas, al protagonizar una vigilia de oración ante un millón de jóvenes de 146 países, mega-evento culminante del Jubileo de los Jóvenes, que concluirá este domingo con una misa campal en el mismo predio de Tor Vergata, en las afueras de Roma.

Ante una mar de chicos con remeras de diversos colores y banderas, que lo aclamaron, León XIV, que lució más suelto, recordó que “encontramos la felicidad cuando nos donamos a nosotros mismos”.

El Papa León XIV llega para una vigilia de oración durante el Jubileo de la Juventud en el campo Tor Vergata en Roma, el sábado 2 de agosto de 2025. (Vatican Media via AP)Alessandro Sardo – Vatican Media

Al llegar a la enorme explanada, al atardecer de una jornada con mucho calor pero inmenso entusiasmo, estalló una verdadera fiesta en Tor Vergata. Y León desde su papamóvil saludó durante media hora a la multitud, enfervorizada, que seguía corriendo a su vehículo, haciendo la señal de “ok” con el pulgar alto, bendiciendo y mostrándose incluso con muy buenos reflejos al atrapar repentinamente una pelotita que de repente alguien le lanzó.

Durante un diálogo, el primer papa agustino respondió tres peguntas y llamó a los “papa-boys” a buscar la verdad y a seguir a Cristo. “Queridos jóvenes, toda persona desea naturalmente esta vida buena, como los pulmones tienden al aire, ¡pero cuán difícil es encontrarla! Hace siglos, san Agustín captó el profundo deseo de nuestro corazón, aun sin conocer el desarrollo tecnológico de hoy. También él pasó por una juventud tempestuosa; pero no se conformó, no silenció el clamor de su corazón. Agustín buscaba la verdad que no defrauda, la belleza que no pasa. ¿Cómo la encontró? ¿Cómo encontró una amistad sincera, un amor capaz de dar esperanza? Encontrando a quien ya lo estaba buscando, Jesucristo. ¿Cómo construyó su futuro? Siguiéndolo a Él, su amigo desde siempre”, recordó, conectándose con los jóvenes, en un ceremonia marcada por gran espiritualidad.

El Papa León XIV (izq.) habla con jóvenes y peregrinos durante una vigilia de oración antes de la misa dominical como parte del Jubileo de la Juventud, en el barrio oriental de Tor Vergata en Roma. (Photo by Filippo MONTEFORTE / AFP)FILIPPO MONTEFORTE – AFP

Para Robert Prevost, primer papa nacido en Estados Unidos, pero con nacionalidad también peruana, de 69 años y estilo y formas muy diferentes de su predecesor argentino, se trató de lo que algunos observadores definieron su primer “carisma-test”.

Una primera prueba de fuego, que superó con creces debido a dos factores: el primero, en este tipo de grandes eventos de jóvenes, bautizados por algunos como los “Woodstock católicos”, la euforia siempre está, pase lo que pase; segundo, el hecho de que habla diversos idiomas, algo que lo diferenció de su carismático predecesor y que le dio la capacidad de ponerse a traducir, él mismo, de forma espontánea, conceptos clave de su diálogo con los jóvenes, como que “¡La amistad puede cambiar al mundo, la amistad es el camino para la paz!”.

“El romance inicial de los jóvenes con el Papa, cualquiera que sea, para mí no tiene comparación y es fantástico. Y es verdad, podría haber sido Bonifacio o Pío XIII, pero la emoción igual habría estado”, dijo a LA NACION Inés San Martín, vaticanista argentina que está realizando el podcast “Descifrando a León”.

San Martín subrayó el hecho de que también a los dos predecesores del más reservado León XIV les tocó debutar en eventos masivos ante jóvenes: Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Colonia, Alemania, en 2005; Francisco en la JMJ de Río de Janerio, Brasil, en julio de 2013. Y subrayó que, en todos los casos, hubo algo así como un cambio de marcha.

“El martes pasado, cuando León apareció en la apertura del Jubileo de los Jóvenes en papamóvil en la Plaza de San Pedro, por ejemplo, vi a un papa que realmente está creciendo, está llegando a su ápice como pontífice. Vimos antes un León tímido, que no se quería sacar una selfie, manteniendo la distancia y ahora es realmente otra persona, lista incluso para hablar improvisando como hizo el martes y esta noche”, comentó. “Para mí fue un recordar ese primer baño de masas de Benedicto XVI en Colonia, de Francisco en Río de Janeiro y ahora de León acá”, añadió. “A mí me sorprendió verlo el martes pasado, cuando se estaba yendo, con sus ojos llenos de lágrimas: creo que fue el momento en el que él entendió la enorme dimensión del contacto con las masas. En los últimos tres meses la tuvo que entender a nivel político, pero las masas, ese encuentro con miles de personas que están ahí por Jesús, pero también por él, que se volvieron locos cuando llegó, no lo había tenido y se emocionó”, resaltó.

El Papa León XIV celebra una vigilia de oración con los jóvenes participantes en el Jubileo de la Juventud en el campo de Tor Vergata en Roma, el sábado 2 de agosto de 2025. (AP Photo/Gregorio Borgia)Gregorio Borgia – AP

Coincidió el veterano vaticanista español, Juan Vicente Boo, autor de diversos libros sobre el Vaticano y excorresponsal de ABC. “El primer encuentro masivo de los jóvenes con el nuevo Papa es siempre ‘amor a primera vista’, algo parecido a lo que sucedió con las miles de personas que estaban en la plaza de San Pedro cuando vieron la fumata blanca sin saber quién era el elegido”, dijo a LA NACION. “Incluso recuerdo que el tímido papa Benedicto XVI sorprendió al mundo en la JMJ de Colonia desatando casi el mismo entusiasmo que Juan Pablo II”, evocó, al considerar la vigilia de este sábado del papa León, un primer gran desafío masivo, como “la mejor que he visto desde la de 2000”.

El Papa León XIV celebra una vigilia de oración con los jóvenes participantes en el Jubileo de la Juventud en el campo de Tor Vergata en Roma, el sábado 2 de agosto de 2025. (AP Photo/Andrew Medichini)Andrew Medichini – AP

En una atmósfera parecida a la que reinó hace 25 años, cuando un ya viejo y enfermo san Juan Pablo II reunió en Tor Vergata a 2 millones de jóvenes para una JMJ histórica, pero distinta por la presencia masiva de celulares, la mayoría de los jóvenes llegaron a pie a la cita, con sus banderas, mochilas, bolsas de dormir y cantos pasado el mediodía de una jornada de sol.

En la previa y a la espera de la llegada de León XIV -a las 19.30 locales-, en el inmenso palco montado en el predio -donde había más de 4000 agentes, centenares de equipos médicos, baños químicos, decenas de pantallas gigantes y todo lo necesario para el acampe-, hubo música, testimonios, y videos con viejos mensajes a los jóvenes de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y el papa Francisco. Entonces también hubo momentos de oración y tuvieron su actuación diversas organizaciones católicas, como por ejemplo “Mary’s Meals”, movimiento global que todos los días le da de comer, en la escuela, a más de 2,5 millones de niños de las zonas más pobres y castigadas del planeta.

Aunque italianos y españoles eran mayoría, los argentinos, con sus banderas, camisetas de la selección y alegría, no pasaron desapercibidos. “El Jubileo para mí esta siendo una experiencia inolvidable que puedo ver que se refleja en cada sonrisa, en cada mirada, en cada caminata, en la música, en los chicos de todos los diferentes países… Eso es impresionante, también es impresionante la cantidad de argentinos que hay, siempre que los ves, es una fiesta, así que se respira mucha pero mucha paz”, dijo a LA NACION Francisca Bossa, que vino con un grupo de 55 chicas del colegio Echeverry Boneo y 70 varones del San Pablo. “Para mí lo que verdaderamente buscamos todos es a Jesús y es impresionante ver que tanta, pero tanta gente, venga por el mismo motivo y cómo en las adoraciones todos se arrodillan, con distintas culturas, distintas maneras, se dan la paz, pero todos nos entendemos, parece que todos somos hermanos… Sin conocer el de al lado, siempre se está preocupando por vos”, destacó esta joven de 17 años.

Como los más de 1000 argentinos de todo el país que viajaron, Francisca el jueves estuvo en un rosario, una misa y un fogón que se organizó en la Iglesia argentina de Roma. Entonces también hubo música y bailes folklóricos y se compartieron muy ricas empanadas donadas por el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino.

Cuando ya se hacía oscuro, a la hora de responder preguntas -la primera sobre la amistad sincera en tiempos de redes sociales, de una joven mexicana-, León, en español, recordó palabras de Francisco, que así como exaltó la extraordinaria oportunidad de las redes sociales, también advirtió que cuando están dominados por lógicas comerciales e intereses, “pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo”.

Al contestar otra pregunta de una chica italiana sobre cómo se puede encontrar el coraje para tomar decisiones importantes, el Papa recordó que esto “viene del amor, que Dios manifiesta en Cristo”. Recordó entonces palabras dichas por san Juan Pablo II hace 25 años en la misma explanada, cuando llamó a no tener miedo. Y destacó decisiones importantes como el matrimonio, el orden sagrado y la consagración religiosa, que “expresan el don de uno mismo, libre y liberador, que nos hace auténticamente felices”, dijo. Durante el intercambio, León también pidió oraciones por dos jóvenes, una egipcia y otra española, que no pudieron llegar al mega-evento porque fallecieron luego de atravesar problemas de salud.

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El Papa León XIV parte a bordo de un helicóptero después de una vigilia de oración antes de la misa dominical como parte del Jubileo de la Juventud, en el barrio oriental de Tor Vergata en Roma el 2 de agosto de 2025. (Photo by Filippo MONTEFORTE / AFP)
FILIPPO MONTEFORTE – AFP

En la tercera y última pregunta, realizada en inglés por un compatriota estadounidense sobre cómo se puede encontrar a Cristo y hacer el bien, León evocó al papa Francisco, que al convocar este Jubileo escribió un documento titulado “La esperanza no defrauda” y en el que subrayó que “en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien”.

Volvió entonces a destacar la importancia de seguir a Cristo. Y recordó que “al papa Benedicto XVI le gustaba decir que quienes creen nunca están solos”. “En otras palabras, encontramos a Cristo en la Iglesia, es decir, en la comunión de quienes lo buscan sinceramente. El Señor mismo nos reúne para formar una comunidad de creyentes que se apoyan mutuamente”, explicó. “¡Cuánto necesita el mundo misioneros del Evangelio que sean testigos de justicia y paz! ¡Cuánto necesita el futuro hombres y mujeres que sean testigos de esperanza!“, clamó. ”Queridos jóvenes, ¡esta es la tarea que el Señor resucitado nos confía a cada uno de nosotros!”, les dijo.

Volvió entonces a citar a San Agustín e invitó al millón de jóvenes de todo el mundo a decirle al Señor: “¡Gracias, Jesús, por llamarme. Gracias Jesús por habernos amado!”.

En medio de un clima de gran recogimiento y con bellísima música tocada por una orquesta, León XIV protagonizó luego la Adoración del Santísimo, arrodillado, concentrado y evidentemente, muy emocionado. Mientras podía verse la imagen en decenas de pantallas gigantes, reinaba entonces un silencio impactante, un ambiente muy espiritual.

Después de un bellísimo “Magnificat” entonado por tres jóvenes cantantes, el Papa agradeció al coro y a la música. Y saludó al millón de jóvenes, a quienes les recomendó “descansar un poco”, en vista de la santa misa de este domingo. “¡Augurios a todos y buenas noches!”, se despidió, finalmente, firmando autógrafos, sonriente, estrechando manos de quienes habían podido subir al inmenso escenario. Mientras se retiraba, aclamado al grito de “¡Papa Leone! ¡Papa Leone!”, pasadas las 22 locales, al Pontífice se lo veía visiblemente satisfecho, probablemente consciente de haber superado, con creces y con estilo propio-medido, sobrio, sin llamar la atención-, su primer gran desafío.