Determinar cuál fue el primer modelo de este tipo en la historia no es una tarea sencilla. Y no lo es, en parte, porque el propio concepto de SUV —sigla en inglés para Sport Utility Vehicle— se ha diluido con el tiempo, distorsionado por las modas y por una industria que encontró en esa denominación una etiqueta comercial sumamente eficaz.
Lo que alguna vez nació como una carrocería robusta, con chasis de pickup, tracción integral y capacidad para circular fuera del camino asfaltado, hoy abarca casi cualquier vehículo que no encaje estrictamente en las categorías tradicionales.
El furor por los SUV modificó las reglas del juego. Las marcas se alejaron de los autos chicos y cada vez apuestan más a unidades urbanas con estética aventurera, mayor despeje del suelo, barras en el techo y plásticos en los guardabarros.
Así aparecen en el mercado desde “SUV compactos” que tienen una mecánica menos poderosa y un tamaño reducido, hasta los SUV considerados de lujo, con motorización potente y un tamaño superior a los cinco metros.
Por supuesto que la industria no fue ajena a este fenómeno. Participó activamente, creando nuevos modelos para cada nicho e incluso redefiniendo las fronteras entre auto, utilitario y camioneta.
Por eso, cuando se busca identificar al primer SUV de la historia, el debate no es menor. Sin embargo, la mayoría de los especialistas coincide en señalar al Chevrolet Suburban Carryall, lanzado en 1935, como el modelo pionero. Aquel vehículo combinaba una carrocería cerrada con la base estructural de una pickup, capacidad para varios pasajeros y una versatilidad que anticipaba, con décadas de ventaja, las claves del segmento que hoy domina el mercado global.
En una época donde la industria automotriz comenzaba su expansión a pasos agigantados de la mano del fordismo, la otra gran terminal estadounidense sorprendió con las capacidades y tamaño de su nuevo modelo.
La primera versión del Chevrolet Suburban contaba con espacio para ocho pasajeros y una capacidad de carga de 3259 litros. Para mover un vehículo de este tamaño contaba con un motor de seis cilindros en línea “Stovebolt” que otorgaba unos 60 HP. Se presentó en sociedad con un chasis robusto de media tonelada basado en una pickup, con un estilo de carrocería de dos puertas. Uno de sus agregados más novedosos para la época fue que su carrocería era completamente de acero.
En 1937 se agregó un diseño exterior remarcando el estilo Art Deco, y su potencia se incrementó pasando a contar con unos 79 HP. El origen del modelo proviene de buscar una solución práctica, poder encerrar en un vehículo una gran capacidad de trasporte (en kilogramos y pasajeros) pero con una mayor comodidad para los ocupantes que cuando viajaban en una pickup. Fue un modelo muy usado por escuelas, compañías eléctricas y con los años también por las fuerzas armadas.